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Deportes No soy de aquí, ni soy de allá

25-04-2024

No soy de aquí, ni soy de allá

Mauro Beltramella, sus experiencias y sus vivencias en las categorías regionales del fútbol italiano, donde acaba de lograr el ascenso a la Eccellenza con el Ardore de Reggio Calabria.

 

Por fortuna el documento en formato tarjeta no presenta un renglón para indicar el domicilio como sí lo exigían los viejos libretones rojos de enrolamiento o los más chicos de tapa verde desde se instrumentó la era DNI.


Aunque sus buenos problemas han de tener los registros del RENAPER para ubicar la actualidad de Mauro Beltramella. Después de haber jugado en una decena y pico de clubes y ciudades, Mauro hoy reside en la punta de la bota de la península itálica.


Con los guantes siempre puestos, como desde que no recuerda, acaba de ascender a la categoría Eccelenza con el Ardore, en esta aventura europea que está cerrando su segunda temporada.


“Vine hace dos años por contacto de un amigo que había jugado conmigo en Los Andes y me comentó que había una oferta interesante para venir a jugar en las ligas regionales de Italia. Me interioricé un poco del tema, armé las valijas y me vine” recordó del otro lado de la video llamada.
 




Esto de pelearla donde sea y como sea y hacer frente a la incertidumbre no es cosa de ahora para Mauro Beltramella. Ni la llamada de la muerte lo intimidó en las vísperas de la Navidad de 2004, cuando con su moto chocó con la caja de un camión.


“Lo que recuerdo de esos momentos es que estuve dos días muertO, como en otra dimensión, y cuando abrí los ojos hice como una aspiración profunda que no sé cómo me salió” recordó de esos duros momento que su madre le sostenía una de sus manazas sentada al lado de la cama, esperando una señal, y familiares, amigos, colegas y periodistas aguardaban noticias en la vereda del Instituto Médico.


Días en coma, incluida la Navidad, el traslado a CABA para iniciar el proceso de rehabilitación. Fueron 7 años entrando al quirófano por diversas razones.


“Cuando más o menos me sentí recuperado le dije a mi mamá ‘no atajo más’ y me fui a estudiar kinesiología, pero apareció una llamada de Silvio Moncany con una chance de probarme en Chacarita y fue más fuerte que yo. Me acuerdo que me entrenaba en El Fortín para ponerme bien y les pedía que me tiraran pelotazos a la cara para perder el miedo” contó desde Italia.


Desde el preciso momento que le pidió a su madre que le enviara la máscara en el primer micro para Buenos Aires comenzó este periplo bajo los tres palos.
 




Tiro Federal de Rosario en la temporada 2004/2005, con el que logró el ascenso a Primera División; Los Andes en la 2006/2007; Rivadavia de Lincoln entre 2007 y 2010; Unión de Mar del Plata entre 2010 y 2013.


La primera experiencia en el exterior fue Happy Valley de la primera división de Hong Kong en 2013; retornó a Unión de Mar del Plata en 2014; Tristán Suárez en la 2014/15; Sportivo Italiano en 2015.


Volvió a Mar del Plata para atajar para Alvarado en la 2016/17; Rubio Ñú de Paraguay en la 2017/19; ascenso al Federal A con Ciudad de Bolívar en 2020; Racing de Olavarría en la 21/22.


Parecía un retorno para desarmar las valijas por siempre, cosa que no está en su ADN: Sportivo Obrero del ascenso paraguayo y el Ardore para jugar el torneo de la Promozione italiana en 2022.


Hoy se mueve como un calabrés más, maneja el idioma a la perfección, da entrevistas para la televisión regional, pero no siempre fue tan fácil. “Cuando llegué no sabía pedir ni un tenedor, pero de a poco me fui poniendo al día con el idioma y hoy no tengo problemas” valoró.


“¿Con qué fútbol me encontré? Fundamentalmente con un lugar donde todas las canchas son de césped sintético, salvo dos o tres que se parecen a aquellas que vemos en los videos a Maradona jugando partidos a beneficio en los pueblos cercanos a Nápoles” contó.


“Se juega muy rápido, a dos toques. En estos dos años ha evolucionado mucho la categoría, los entrenadores trabajan más la parte táctica y a diferencia de antes que llegaban al fondo y tiraban el centro a la olla ahora se trata de jugar siempre la pelota” describió a través de la pantalla.


No le fue mal la primera temporada: “Terminamos segundo, perdimos el ascenso en la última fecha, por eso elegí quedarme otra temporada para volver a intentarlo aunque tuve ofertas de la Serie D, donde el nivel es muy importante y los sueldos también son mucho más altos”.


La reivindicación personal llegó el fin de semana del 14 de abril, con el empate 1-1 ante el Virtus Rosano y el ascenso a la Eccellenza a dos fechas para el final de la temporada.


El Ardore es un equipo plagado de argentinos. Además de Mauro juegan Santiago Sánchez, Francisco Mariño, Santiago Quelas, Julián Huerta y el paraguayo Gonzalo Duré.


“Nos benefició el triunfo de Sporting Catanzaro, donde juega Tommy Lindner, que le ganó al Capo Vaticano que venía segundo y nos permitió asegurar el primer puesto” destacó.
Con el chico formado en Ferro Carril Sud viven a pocos kilómetros y están en permanente contacto.


“El Chino es un pibe bárbaro, hablamos mucho y trato de darle una mano en lo que pueda. Ellos lamentablemente están en otra cosa, peleando por salvar la categoría, pero yo le digo que no decaigan que cosas como estas siempre aparecen en la carrera de un futbolista” reveló.


“Tomás perdió a su mamá un par de meses antes de venir para acá y en lo que puedo le doy una mano. Además tiene una fortaleza mental enorme; yo por suerte he hecho muchos contactos en estos dos años y le digo que cualquier cosa que necesite no dude en llamarme” acotó.


En la charla se le escapa un “diverse” en lugar de distintas, un “girone” en lugar de grupo y otras palabras del idioma italiano, pero Mauro sigue como tal cosa.
 



El entrecruzamiento de idiomas no denota que esté al margen de lo que sucede en Olavarría: “Me puso muy contento cuando Dardo Seibel asumió al frente de las selecciones juveniles. Olavarría necesita un proceso que vaya más allá de la participación en un torneo”.


“Hoy las posibilidades están mucho más a mano de cuando jugamos el torneo con el Sub 15 de la categoría ’86 y fue muy buena la decisión que se ha tomado desde la Liga” opinó Mauro.


“Cuando era chico había grandes jugadores, que hoy seguramente habrían trascendido mucho más de lo que lo hicieron. La ‘85 también tenía jugadores espectaculares. No sólo Matías Abelairas, que hizo una campaña impresionante en el fútbol profesional ", valoró.


La región donde vive Mauro Beltramella ha sido bendecida por la naturaleza y abrazada por la historia.


Pero Mauro disfruta de sus playas, de clima y de la generosidad de hombre común que lo reconoce y lo admira por las calles.


A unos pocos kilómetros de la puerta de su casa se encuentran los restos del asentamiento griego, en la localidad de Centocamere y los del Tempio di Marasà, que han aportado una gran variedad de reliquias relacionadas con la religión, el arte y la cultura, tramos de las murallas de la ciudad griega e importantes testimonios monumentales de la época imperial romana.


“Todos sabemos que hay varias Italias dentro de la misma Italia. En esta zona la gente es más conservadora que en el Norte, más reservada, pero muy respetuosa” remarcó y añadió: “Eso sí, en el fútbol son muy apasionados aunque veo que los chicos, como tienen otros recursos y otras posibilidades, cada vez lo juegan menos”.


Ardore le recuerda su pasado y a sus bisabuelos: “Cuando paso por las casas veo que todas tienen en su pedacito de tierra plantas frutales y una huerta, como veía yo en la casa de mis nonnos cuando era chico”.


Sus ratos libres en este pueblo de unos 5.000 habitantes los ha aprovechado para hacer el curso de entrenador e incursionar en una escuelita de arqueros.


“Fue una experiencia muy linda -rescató-. Empecé con 4 nenes y terminaron siendo 14. Mientras juego me voy abriendo caminos en otras cosas para cuando esto se termine” anticipó.


Si Ardore será su lugar en el mundo en la próxima temporada, que para el ascenso italiano comenzará en septiembre, ya se verá.


No podría ser de otra forma tratándose de Mauro, que está en pareja con una siciliana que se llama Martina.


“Llevo dos años acá, pude sacarme la espina de ganar el ascenso y tal vez cambie de aire. Puede ser en otro equipo de la categoría, en una categoría más importante o incluso en otro país, pero siempre dentro de Europa ", planteó.


Lo que sí tiene claro es que dentro de dos semanas regresará a Olavarría, volverá al calor del hogar materno, se reencontrará con su abuela, visitará a sus amigos, se dará una vuelta por las casas de tantos colegas para relatarles las últimas experiencias en el fútbol italiano y después verá.


Porque en definitiva, Mauro no es de aquí, ni de todos los allá donde ha estado bajo los tres palos.
 

 

 

 

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