11-04-2020
En medio del parate y la crisis económica, Verte sondeó a varios referentes locales de uno de los sectores más afectados por la pandemia de coronavirus. “Esto es mucho peor que el 2001”.
La crisis económica en el medio del aislamiento por el coronavirus golpea a diversos rubros, y con más fuerza lo hace en los que necesitan de la circulación de gente para funcionar, como son los restaurantes, los bares y los cines.
Cuatro representantes del sector en Olavarría dialogaron con Verte en las últimas horas y todos coinciden en que la situación es y va a ser más complicada, y todavía más cuando saben que estarán entre los últimos en poder abrir tras la salida paulatina de la cuarentena.
Emilio Bonsignore, uno de los dueños de la cervecería “Brau”, contó que están en contacto con el resto de los dueños de bares y restaurantes, “y la verdad es que vemos que la situación va a ser muy difícil. Estamos pensando que recién para agosto o septiembre se pueden llegar a normalizar las cosas y más que nada en nuestro rubro” aseguró.
Como ocurrirá luego con el resto de los consultados, Bonsignore acentuó muchas veces la sensación de incertidumbre que hay entre los colegas: “Lo vemos muy difícil (al futuro inmediato), no sabemos bien cómo vamos a aguantar todo este tiempo, va a ser muy duro, son meses que de por sí son difíciles y sin abrir va a estar muy complicado”.
Luego comentó que están “haciendo un esfuerzo enorme para pagarle los sueldos a los empleados” y viendo si las ayudas del Gobierno realmente se efectivizan, “porque por ahora son todo promesas pero no hay nada concreto”. En marzo cada uno se hizo cargo de los sueldos “y abril veremos cómo lo resolvemos” indicó.
“Lamentablemente va a ser muy duro. Algunos corren el riesgo de quedar en el camino y vamos a hacer lo mejor posible para evitarlo. Estamos en charlas continuas para intentar pasar este momento. Algunos están haciendo delivery pero son pocas las ventas, la gente tiene miedo. Estamos viendo qué hacer los que tenemos que pagar el alquiler, impuestos, creemos que esto va a ser largo” especuló.
El propietario del tradicional restaurante “Macola”, Enrique Locatelli, calificó como “muy duro” el momento que atraviesa el sector. “Cerramos el 14 de marzo y no volví a abrir. Esperé la ayuda del Gobierno que todavía no llegó para el medio salario, ya debo dos boletas de gas, la luz, como tengo un negocio muy grande tuve que pagar la mitad de los sueldos y si esto continúa no creo que pueda afrontar la otra mitad” avisó.
Locatelli espera, al menos, volver a trabajar con controles. “Creo que en Olavarría, si es una ciudad que está controlada y el problema nuestro no es el transporte como en Buenos Aires, acá con trabajar aunque sea menos y con sus respectivas prevenciones se podría hacer. Igual la gente no saldría porque está asustada pero podríamos trabajar” propuso.
“Delivery no hago directamente. Para 15 empleados, vender sólo por delivery no cierra los números porque tenemos que habilitar servicios para hacerlo y no da. Cuando se habilite si puedo volveré a abrir. Macola (con casi 30 años de trayectoria) es una familia y si no llego con los empleados no creo que podamos salir adelante y tampoco si no tenemos ayuda del Estado. El panorama es complicado. Hasta ahora lo que prometieron no lo pude aplicar” manifestó.
Volvió sobre la idea de buscar una alternativa para lo antes posible poder trabajar: “En el interior se podría ir manejando pero necesitamos el apoyo del Intendente y entre nosotros también: si nos dicen que podemos laburar con 20 mesas respetarlo y si en los bares hay horario restringido y mitad de la capacidad, hacerlo. El cine es lo mismo, se podría hacer butaca de por medio o cada dos, pero tampoco sé si vale la pena poner algo en marcha para que entren 10 personas” reflexionó.
“No sé cómo vamos a salir de esto, es mucho peor para mí que el 2001 y es algo inédito. Si nos ayudamos entre todos salimos, sino no. Con mis empleados hablé, me entienden, estamos todos en la misma, volver a abrir no depende de mí. No tengo millones de dólares, dependemos del consumo de los clientes, gracias a ellos pago los sueldos. Hay que esperar” terminó.
Mientras tanto, Diego Ciprés, titular del bar y boliche “Brandi”, también coincidió en que el parate de la actividad se va a prolongar un largo tiempo.
“El bar y el boliche están cerrados desde el 12 de marzo y creemos que esto va para largo. En marzo les pagamos los sueldos a todos los empleados como si no hubieran faltado ningún día, el tema que tenemos ahora es ver cómo pagamos los sueldos, o pagarlo en cuotas, es lo que estamos viendo con gente del mismo rubro gastronómico” confió.
Para Ciprés, “es una situación muy difícil, el boliche va a ser lo último que se va a abrir y para tener una idea nosotros tenemos muchas personas trabajando en el restaurante, el boliche, como seguridad y junta vasos. La verdad que la situación es muy complicada, este es un circo muy grande, no sólo pagamos el alquiler del lugar sino también un depósito y un galpón donde también guardamos cosas”.
Remarcó que la situación “es extremadamente difícil y creo que nos va a costar levantarnos muchísimo, imagínate que si de acá a uno o dos meses deciden que a comer vaya la mitad de la gente tampoco sirve porque con menos capacidad no dan los costos. Una vez que abrís tenés que disponer de luz, gas y un montón de cuestiones”.
Con mucha preocupación, el también arquitecto expresó que el rubro necesita “que esto pase y que en algún momento todos podamos volver a trabajar, pienso en los empleados que están desesperados y eso se va a resolver volviendo a trabajar”.
Analizó que “después lo que viene es la paranoia de la gente, los que van a querer salir y los que no”. Ciprés remarcó que esta vez el rubro gastronómico, bares y boliches “va a ser uno de los más afectados y seguramente la clase media y los que laburan día a día, más todavía”.
Verte también consultó al gerente de “Cine París”, Mariano Rinaldi, sobre la situación de esa actividad de esparcimiento, tan afectada como los restaurantes y los bares.
“La actividad está completamente parada y dependemos de los rubros que vaya reabriendo el Gobierno. Estimo que los cines no se van a abrir por lo menos hasta el 1 de junio, es la impresión que tengo por los datos que nos van llegando” anticipó.
En cuanto a los salarios dijo que marzo “la piloteamos porque algo se trabajó pero no sé qué va a pasar en abril, si el Gobierno va a dar una ayuda al sector, el impacto económico es fuerte”. Por otro lado, “los grandes estrenos que estaban previstos ya se pasaron para agosto, así que no sabemos qué va a pasar en vacaciones de invierno. Es todo muy día a día” manifestó.
Finalmente, Rinaldi expuso que los cines “mucho dependemos de los estrenos, que están postergados. Los informes al Incaa (el Instituto que regula la actividad) se cortaron el 20 de marzo. Lo peor va a ser la mercadería que se va a vencer, posiblemente lo vamos a donar”.