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01-10-2020

Recalde: los testimonios de una localidad que parece olvidada

A 100 km de la cabecera de partido padece la falta de personal médico y ambulancia. Además la poca o nula conectividad y una ausencia de señal telefónica y datos dilatan aún más las distancias.

 

Por Leandro Vesco para Proyecto Pulpería



Hace cuatro meses el único médico que teníamos ya no está por problemas de salud. Sólo queda una enfermera de tiempo completo, sin descanso”, con estas palabras Silvana Arnaudo, maestra rural, de 47 años, grafica la situación que se vive en Recalde y Mapis, dos pequeños pueblos del Partido de Olavarría que quedaron sin atención médica.
 

En tiempos de pandemia y con muchos caminos rurales amurallados, la posibilidad de ir a la ciudad cabecera es remota. Ambos poblados juntan alrededor de 450 habitantes. “Necesitamos un médico”, es el pedido que unifica a las familias. Tampoco tienen ambulancia.


“Ambas localidades (distan 22 kilómetros) presentan una misma problemática de salud ya que desde hace dos años se quedaron sin ambulancia por un accidente en el que la misma quedó destruida y no se repuso”, confirma Arnaudo, maestra de la Escuela «José Lamas" de Mapis. "Desde la Municipalidad prometieron ocuparse del tema y dicen que ningún médico quiere ir", sostiene Arnaudo.



El mapa del olvido bonaerense se presenta en estado puro aquí, a la falta de personal médico y ambulancia, se le suma la poca o nula conectividad. La señal telefónica y de datos son ausencias que dilatan las distancias.

 

 

“Estamos complicados, siempre tuvimos médico y no todos tenemos las mismas oportunidades para ir a Olavarría”, comenta Juan Esteban Preisegger, de 50 años, vecino de Recalde. La ciudad cabecera está lejos, a 100 kilómetros, que parecen mil. En una recta de polvo, una huella de tierra une Mapis, aquel pueblo y Blanca Grande, el camino se hace intransitable con lluvia pero achica 60 kilómetros la distancia hasta llegar a la ruta 226 que conduce finalmente a Olavarría (a 100 km) y con ella a todas las posibilidades de atención médica.


“La imposibilidad del acceso equitativo a la salud pública, es uno de los derechos vulnerados”, afirma Luciana Pedernera, periodista de 22 años, miembro de “Mujeres Rurales en Red”, un colectivo que une a mujeres del entorno rural. Buscan igualar condiciones de género en un ambiente donde cada vez y con más creatividad y trabajo, la mujer se está convirtiendo en protagonista de las principales acciones culturales y sociales.


La falta de médico en Recalde complica el natural aislamiento del pueblo y debilita también al vecino Mapis. La presencia de la enfermera en la sala sanitaria ayuda. Hace lo que puede, y mucho más. Ella vive en el pueblo con su familia.


La falta de ambulancia se nota. Ante una emergencia, la posibilidad de ir a algún centro de atención primaria depende de un particular. “Para nosotros estar sin médico y sin ambulancia tiene la misma importancia”, afirma Esteban.


Las grandes distancias y los costos son las razones que determinan el poco acceso a la salud de los vecinos de estos pueblos perdidos. La solidaridad es la única alternativa que existe para crear una red de contención. “El médico de la localidad vecina de Espigas, atiende dos veces por semana en Recalde, o si surge alguna urgencia se viene, pero deja a su pueblo sin cobertura, sin movilidad ni personal capacitado”, afirma Arnaudo. Nuevamente las distancias son cruciales. Espigas está a 50 kilómetros de Recalde y a 75 de Mapis, ambos por caminos de tierra.


Acá todos trabajamos en el campo, y siempre hay accidentes con animales o maquinaria, es fundamental tener un médico en el pueblo”, reclama Preisegger.

 

 

Tierra adentro, el olvido y las carencias son moneda corriente. Desde que comenzó la pandemia, se potenciaron. Al cerrar las escuelas, la familia rural no tuvo más su principal punto de encuentro. Sin conectividad, para los alumnos hacer las tareas significó otro derecho que perdieron.
 

La propia Arnaudo, junto a su colega Paz Criante, tuvieron que sacar copias de las tareas en la escuela y Preisegger aprovechando sus viajes por los campos, las fue dejando en las tranqueras para que los niños no perdieran contacto con la escuela y principalmente, con la educación y sintieran la contención de sus maestras. Para aquellos niños que viven en las márgenes del mapa, la maestra rural es una integrante más de la familia.


La salud y la educación, son las principales materias pendientes para las pequeñas localidades como Mapis y Recalde, antes de la pandemia y aún más durante. “La ausencia de médicos pediatras, especialistas en psicología, odontología, ginecología, entre otros, que se venía dando hace mucho tiempo, se agudizó en este contexto de pandemia. La salud de estas comunidades rurales se paralizó, hay localidades que se encuentran compartiendo medico clínico y otras con ausencia de especialistas en los espacios que en algún momento se lograron ganar para concretar este derecho”, afirma Pedernera.


“Actualmente para ser atendido o atendida por un especialista de la salud hay que dirigirse a la ciudad cabecera (Olavarría), lo cual implica tener movilidad personal, si no es así los costos económicos son muy elevados y en más de una ocasión cobertura de salud que no cubre el valor de las consultas”, describe la realidad esta periodista que vive en esta ciudad, pero que nació en el campo. Sabe de lo que habla.


“Vivir lejos de la ciudad cabecera del partido hace que todo cueste mucho más, desde lo material hasta el acceso igualitario de oportunidades”, resume. Postales de una provincia que cruje en su interior.  Este pequeño racimo de localidades, sueña con un médico y una ambulancia. Mapis, con dos habitantes en su planta urbana y 140 en la rural, no tiene electricidad. El siglo XX aún no llegó a este rincón quebrantable de Buenos Aires.


Podés firmar la petición: http://chng.it/mNW9DVBjCk




 

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