12-12-2020
Fue atacada por un alumno en el Colegio San Antonio. Su fallecimiento movilizó Olavarría. En 2005, la justicia ordenó a pagar indemnización a los padres del joven y a la Orden Franciscana.
Este 12 de diciembre se cumplen 20 años del crimen de la docente Maritza Prezzoli. Ella se desempeñaba como docente del Colegio San Antonio. La reconstrucción de los hechos indica que se hallaba en el aula del primer piso del establecimiento con alumnos de noveno grado del ciclo EGB, y fue apuñalada por un joven de 15 años.
Maritza Prezzoli murió el 12 de diciembre de 2000 en el Hospital Municipal, tras ser sometida a varias intervenciones quirúrgicas. Su fallecimiento despertó indignación y tristeza en la comunidad de Olavarría que participó de marchas y reclamos por este hecho.
Ella era Ingeniera Química y se desempeñaba como profesora en el establecimiento al que había concurrido para tomar exámenes. El atacante fue derivado a un Instituto de Menores y años después, en 2005, sus padres y la Orden Franciscana responsable del colegio fueron condenados a pagar una indemnización.
Una carta de lectores, publicada en el Diario La Nación, refleja algo de lo sucedido aquellos días en Olavarría:
Absurda puñalada
Señor Director:
"Estamos profundamente conmovidos los educadores de todo el país por la cruel y absurda puñalada que mató a nuestra colega Maritza Teresa Prezzoli, en Olavarría.
"Lo dolorosísimo e irreparable es que ya no late más el corazón de un ser humano que tenía derecho a vivir, a ser feliz y a seguir ejerciendo la dignísima tarea de educar a adolescentes y jóvenes. Se trata de un crimen injustificable y de una muerte injusta.
"Y nos duele también, profundamente, que quien usó el puñal asesino fuera un alumno suyo. La docente era una profesional que trabajaba con devoción y hondo sentido del deber, semejante a los educadores de todas las geografías, y el adolescente que la agredió es de edad y condiciones aparentemente semejantes a cualquiera de nuestros alumnos. El escenario del drama es probablemente igual a los de cualquier escuela del país. Con esta repercusión inesperada -aunque explicable-; el hecho luctuoso ocurrió como si todos estuviéramos de algún modo involucrados; similares protagonistas y espacios que podrían ser comunes.
"Frente a este muy triste episodio, debemos deducir que hay un flanco peligrosamente enfermo en nuestra sociedad, y que, por algún designio que nos trasciende, todos nos sentimos, a la vez, víctimas y culpables. En consecuencia, creo que deberíamos reflexionar sobre las situaciones que se viven en las familias y en las escuelas y sobre los valores y los mensajes que emitimos como padres y como docentes.
"Hoy lloramos la muerte de Maritza Teresa y también -por qué no decirlo- nos apiadamos por el infortunio del muchacho y por su futuro. Seguramente que hay algo, o mucho, que no hicimos y que hubiese impedido esta tragedia escolar -los padres, los docentes y la comunidad-, y hay algo -o mucho- que debemos hacer ahora, y para adelante, para que no vuelvan a repetirse la ignominia y la violencia mortal, nada menos que en una escuela y en lo que debería ser la relación cordial y fecunda entre maestros y discípulos."
(Fotos: El Popular)