30-01-2023
A los 25 años, viene de romperla en Olimpo de Bahía Blanca, se relanzó a la Primera División y firmó en Atlético Tucumán. También habló de su relación con Lautaro Martínez tras su paso por Racing.
El fútbol se basa en la toma de decisiones. Dentro de la cancha y fuera de ellas. Los caminos que se elijan son los que guiarán al éxito o fracaso. La madurez de cada protagonista es fundamental para encauzarse a buen puerto y no a todos les llega en el mismo momento. Probablemente estos parámetros hayan sido los que llevaron a Lautaro Martínez y Braian Guille, compañeros de habitación en la pensión de Racing Club, a distintos senderos. Uno, a disputar una Copa del Mundo; el otro, a deambular por el Ascenso, perder la brújula y echar por la borda todo el esfuerzo que hizo desde niño para triunfar en el complicado mundo del fútbol. “Se me cerraron muchas puertas, me estaba ahogando por tomar malas decisiones”, es la frase con la que el flamante refuerzo de Atlético Tucumán describe su peor crisis antes de relanzarse en Olimpo de Bahía Blanca.
“Con Lautaro (Martínez) llegamos los dos en 2014 y compartimos habitación en la pensión. Él era de mentalidad muy fuerte, evitaba tomar una gaseosa o comerse una hamburguesa con papas fritas. Una vez fui a comer a la casa y él tenía una porción re chica en el plato. Le pregunté cómo se podía llenar con eso. Yo no podía, si tenía hambre me compraba cualquier boludez. Por eso él estaba todo marcado y fibroso, ni lo movías. Por detalles como esos algunos no llegamos adonde está él y obviamente te arrepentís”, es una de las primeras reflexiones y paralelismos que traza con el Toro, apodo que se ufana de haberle puesto a Lautaro en sus tiempos de Inferiores.
“Él era como muy correcto y centrado, sabía lo que hacía. Yo no, yo era un barrilete, no me importaba nada. Recién ahora estoy entendiendo las cosas, imaginate el tiempo que me costó”. En la pensión, Guille “vivía suspendido”, mientras que Lautaro cumplía a rajatabla cada pauta.
“Fui al Sub 20 sin estar en Primera. Volví de ahí y firmé contrato. En cinco meses me pasó de todo. Estaba feliz, sentía que el esfuerzo que había hecho desde los 11 años daba frutos. Pero no fui fuerte de la cabeza”. Hasta hoy, Braian le reprocha a Diego Cocca no haberle dado más minutos o ponerlo en los partidos que estaban dados para él
A Guille le bajaron el pulgar por indisciplina en Santamarina y Brown de Adrogué. Recaló en Defensores de Belgrano, nuevamente a préstamo, y no repuntó. Llegó a tocar fondo y pensar en que su tiempo en el fútbol profesional había terminado.“Hoy me arrepiento porque no gané nada, tiré todo el sacrificio que había hecho de chico. Se me cerraron muchas puertas por mi irresponsabilidad y las malas decisiones que tomé. Olimpo me agarró justo cuando me estaba ahogando y me sacó. Alfredo Dagna (presidente de la entidad bahiense) me bancó mucho. Miro para atrás, aunque trato de no hacerlo tanto, y yo estaba en las últimas, no me quería nadie. Si en X club preguntaba por mí, respondían ‘sí, es bueno el Negro, pero empecé a averiguar y mejor no, por su conducta’”.
El Aurinegro lo rescató del fondo del mar y él retribuyó la confianza: desde su contratación en 2019, su nivel fue de menor a mayor y la temporada pasada fue el segundo máximo goleador del Federal A (14 tantos). Olimpo ganó de punta a punta la clasificatoria de la Zona Sur, pero cayó en semifinales contra Villa Mitre, su clásico rival, en tanda de penales (Guille no jugó por haber sido expulsado en cuartos).
El gran trabajo realizado en 2022 lo puso en carpeta de varios clubes de Primera División. Estuvo cerca de Colón de Santa Fe, pero finalmente fue fichado por Atlético Tucumán: “Hoy trato de hacer las cosas bien, no excederme, cuidarme en todo. Hasta lo que publico en las redes. Entiendo qué sí y qué no. Y para mi vida personal también. El nacimiento de mi hijo me cambió todo. Todo lo que hago, lo hago por él y mi mujer.
Fuente:Infobae