10-02-2023
Aunque valen lo mismo que cualquier otra versión, los billetes de dólar previos a 1996 no están bien vistos en el mercado informal y eso trae problemas también a las entidades financieras.
La preferencia de los ahorristas argentinos por emisiones de billetes de dólar más nuevas continúa siendo un dolor de cabeza para el sistema financiero local. La estrategia de protegerse de la inestabilidad monetaria endémica atesorando moneda extranjera lleva varias décadas en la Argentina y eso hace que existan varias generaciones de billetes en circulación en el país. Pero si bien en el mercado formal todas las emisiones, por antiguas que sean, tienen el mismo valor, en la plaza informal ese no es el caso: nadie quiere dólares “cara chica”. Y eso causa toda clase de problemas en los bancos.
El problema con los dólares cara chica es de larga data. Se llama así en la jerga a los billetes de USD 100 emitidos antes de 1996 que tienen la cara de Benjamin Franklin más pequeña que en las versiones más recientes. Desde hace varios años, las cuevas pagan menos a los clientes que llegan con esas viejas ediciones del billete verde.
Recientemente, el influencer Sergio Mohadeb -identificado en Twitter como “Derecho en Zapatillas”- llamó la atención sobre este tema luego de visitar una sucursal del Banco Galicia que reafirmaba “estos tres billetes valen lo mismo y son válidos”.
“Sí pero en USA, acá el mercado dice otra cosa… ¿Es un derecho pedir billetes de dólar nuevos?”, se preguntó y desató la polémica. En el Banco Galicia no quisieron hacer comentarios.
Aunque en términos puramente legales los bancos tienen razón, los clientes tienen algunos motivos válidos para preferir billetes nuevos.
En la actualidad, por ejemplo, los “cueveros” pagan 1,5% menos a quienes quieren vender esa clase de billetes para hacerse de pesos. Es un tipo de cambio de $375 frente al $381 al que cotizaba el dólar libre al momento del cierre de esta nota. No parece mucho, pero en una operación de USD 10.000 puede haber una diferencia de 60.000 pesos.
La costumbre hace que hasta en operaciones inmobiliarias la parte vendedora impugne la vejez de algunos de los billetes.
En países vecinos esa costumbre también se extendió. Y los numerosos argentinos que viajaron a Qatar para presencial el Mundial de Fútbol el año pasado se encontraron con que, en ese país, sólo aceptaban los billetes más modernos “cara grande” y con una banda azul de seguridad. Todo el resto de los billetes no tenían validez alguna para los comercios y entidades financieras qataríes.
Así es que para los bancos el problema persiste. Tienen billetes de curso legal que sus clientes no quieren. La discriminación respecto a los billetes previos a 1996 ya generó que las casas de cambio locales salgan a pedir ayuda a la embajada de los Estados Unidos para que aclaren que son de curso legal y tan válidos como cualquier otro, algo que en la representación diplomática resuelven muy fácilmente refiriendo a la página web de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el banco central de ese país.
Recurrieron a un viejo recordatorio de la autoridad monetaria estadounidense para aclararlo.
“Se advierte a los consumidores de todo el mundo que no es necesario cambiar los billetes de USD 100 del diseño anterior por los nuevos. Es la política del Gobierno de los EE.UU. que todos los diseños de la moneda de los EE.UU. sigan siendo moneda de curso legal, independientemente del momento de su emisión”, había aclarado la Fed en 2013, la última vez que renovaron el diseño del billete.
Con información de Infobae Económico.