12-05-2023
Uno de los pediatras más reconocidos de Olavarría y de la región, presentará el domingo su libro “Retrato de una pasión”. De éste y de su amor por la profesión que abrazó medio siglo habló con VERTE.
Más de medio siglo atendiendo a los niños y tranquilizando a los padres de Olavarría y de toda la región con ese carácter tan especial, con las palabras apropiadas, con el diagnóstico exacto, con el consejo necesario y con tantas otras virtudes del doctor Omar César Cea necesitarían ser volcados al papel en varios tomos más que en un libro.
Daniel Lecointre, uno de los miles de niños que han pasado por su consultorio, hizo el esfuerzo de resumir la ilustre trayectoria del médico en el libro “Retrato de una pasión”, de la Editorial El Altillo, que será presentado este domingo a las 17 en el Centro Cultural San José.
“Fueron muchos años dedicados a lo que uno pensó que podía ser interesante, pero todo es obra de la casualidad. Esto empezó con una charla que tuvimos con Daniel (Lecointre) en un momento muy difícil de mi vida, yo estaba en el duelo de la pérdida de mi mujer. Cuando me habló no sabía si era por una consulta médica o qué” recordó el doctor Cea sobre el comienzo de este desafío literario.
Empezó como una entrevista grabada y el doctor Cea se largó en el que reconoció “era un momento que necesitaba hacer catársis porque creía que la palabra podía ser una comunicación con el mundo exterior. Estaba muy aislado, solitario. Un buen día parece ser que le interesó”.
“Yo con esa necesidad de hablar había empezado a grabar cosas en unos podcasts. Casi lo tenía como terapia. A Daniel también le interesaron esas grabaciones y así fuimos armando las cosas hasta que un día tomó formato de un libro. Cuando se acercó Guillermo Del Zotto con Andrea Green -mi ángel de la guarda y apoyo espiritual- seguimos trabajando y me dijo esto es una ‘serendipia’. Es una casualidad haber llegado a esto, que nunca me había imaginado” reconoció.
Cea sintetizó “Retrato de una pasión” como un libro de notas, de recuerdos, de lo que era la medicina en aquel entonces -hablando de fines de los 50 y comienzos de los 60- y cómo es ahora, de los errores, de los aciertos, de los sentimientos del paciente.
“De las noches que uno casi no dormía pensando si lo que había hecho en el día había estado bien; cómo estaría aquel o tal paciente que a uno le generaba dudas. Porque una de las cosas que primero tenemos que comprender es que somos seres humanos, con todos nuestros problemas a la carga y aparte hacer medicina” confesó con su relato siempre sereno y pausado.
Su aspiración es que el libro pueda servir a modo de legado o enseñanza de una forma de enfrentar las cosas, de hacer medicina. “Lo que hice durante tantos años y me provocó un duelo cuando tuve que dejarla allá por el 2010, cuando me dijeron que a ese ritmo no podía seguir. Mi ritmo era la calle, las visitas, el encuentro, el auto, el volver, el no tener horarios. Siempre tratando de acompañar” contó.
Al doctor Cea le gusta repetir una frase de su maestro de cabecera, el doctor Carlos Gianantonio, uno de los maestros de la pediatría argentina, que decía “acompañar siempre, curar a veces”.
“Creo que hay que encontrarlo a este libro. Es como un laberinto y en cada cosa, en cada caso hay un mensaje. Hay algunas fotos en su interior y empieza con una foto yo de pequeño con mi madre. Así empezaron mis cosas: cómo se siente una persona cuando me tocó a mí perder a mi madre siendo muy joven” anticipó.
“Cada foto tiene un significado. Mi paso por el Hospital Gutiérrez y siguen otras. Un retrato que me acompañó siempre en mi consultorio, que muestra al médico pensante sentado al lado de su paciente. Una manera que yo entendía que debía ser la medicina. Uno junto al paciente” destacó.
“Yo vengo de la medicina que le dedicaba gran tiempo a la conversación con el paciente, a la observación. La época que unos lo auscultaba, lo tocaba, lo palpaba, le preguntaba, lo miraba y se manejaba con sus gestos y actitudes. Era el ojo clínico. Así se aprendía la medicina. En medicina se aprende informándose mucho y ahí pasaríamos a otra etapa, la actual” reflexionó.
“Ahora es mucho más simple. Hay más información, pero cuando la información supera a la observación hay que tener mucho cuidado, porque hay que saber elegir lo que uno se quiere a informar. Hay información buena e información mala. Mucha información que viene presionada por la parte económica en la que se envuelve la medicina y no son muchas las cosas que se informan” reportó.
El primer título para este libro era “Relato de una pasión” y por sugerencia de Guillermo Del Zotto lo cambió por “Retrato de una pasión”, con una palabra identificatoria e infaltable.
El doctor Cea recordó los podcasts que empezaron su autobiografìa, que tal vez queden para una próxima edición.
“Fueron en un momento triste de mi vida, en el que no estaba feliz. Hablan de muchas cosas: de la calle, de mis marchas, de mis cafés soledad. Será otro tiempo, otro momento. Ya lo veremos” dejó flotando.