15-05-2023
La médica veterinaria Yesica López, directora municipal de bromatología, y el médico veterinario del Senasa Fabio Rubino, hablaron con Verte sobre la enfermedad y las medidas de prevención.
Casi como un acto litúrgico, al igual que todos los años se viene el frío y llega al campo el tiempo de la faena de cerdos y la elaboración de chacinados, embutidos y salazones caseros que, sin el debido control bromatológico, puede significar un riesgo tanto para consumo familiar como para su comercialización.
“Triquinosis” es la palabra tan temida cuando se habla de carne de cerdo, ya sea como factura o ahora que el consumo ha conquistado terreno a la carne vacuna ante la importante diferencia de precio.
La triquinosis es una enfermedad parasitaria que fue diagnosticada por primera vez en el país en 1898. Las personas se enferman al consumir carne insuficientemente cocida o productos elaborados con carne de cerdo o de animales silvestres, principalmente jabalíes y pumas, que contienen en sus músculos larvas de parásitos del género Trichinella spp.
Como para que no se pierda el dato en el almanaque, la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca declaró, mediante la resolución 181/2023, que “cada tercera semana de mayo de cada año calendario se celebrará la Semana de la Lucha contra la Triquinosis” con el objetivo de fortalecer y potenciar el conocimiento de la información referida a la enfermedad, su prevención y control.
Con este motivo VERTE consultó a autoridades en la materia. La médica veterinaria Yesica López en la directora municipal de bromatología. “La triquinosis es una enfermedad zoonótica, es decir que se transmite entre los animales y las personas, que hasta el día de hoy no tiene cura entonces hacemos hincapié en las medidas de prevención” subrayó Yesica.
Esta enfermedad es una espiroqueta que se encuentra enquistada dentro de los músculos, principalmente del cerdo. También puede aparecer en animales silvestres como pumas, jabalíes, osos, zorros, ratas, caballos y leones.
“El contagio se produce principalmente a través del consumo de carne cruda o mal cocida. Siempre decimos que una cocción a más de 71 grados por diez minutos mata al parásito. No hay forma de que se produzca el contagio” sostuvo.
Comer carne de cerdo en forma de chacinados o distintos preparados es otra cuestión: “Los mayores riesgos son por comer embutidos, como las bondiolas, salames y otros. En el caso de la carne de cerdo para consumo si se hace una buena cocción no hay ningún tipo de riesgo”.
El método de diagnóstico es simple y rápido, a través de un análisis que se llama digestión enzimática. “Requiere llevar de cada animal que se faena 100 gramos de entraña refrigerados, no congelados. Estas larvas por lo general encuentran gran atracción por los músculos que tienen mayor actividad, y la entraña que es el músculo diafragmático lo es” precisó la médica veterinaria.
El examen se puede realizar tanto en laboratorios privados como en bromatología y los resultados están de un día para el otro o si se llevan a primera hora de la mañana podrían entregarse la misma tarde.
Yesica se excusó de hablar de la sintomatología de la triquinosis “porque no soy médica”, aunque aclaró que, si bien no tiene cura, no es una enfermedad mortal. Fuerte dolor articular sería uno de los síntomas de esta zoonosis.
El médico veterinario del SENASA en Olavarría Fabio Rubino entregó un informa acerca de las condiciones de crianza de los cerdos para evitar esta enfermedad: “La ocurrencia de esta enfermedad en los animales se ve favorecida por la crianza de cerdos en condiciones precarias, con acceso a basurales y presencia de roedores”.
“En esta situación, aumentan las posibilidades de que se inicie el ciclo de transmisión: los cerdos ingieren larvas de parásitos que se encuentran en roedores o cadáveres, estas ingresan al organismo y migran hasta alojarse en los músculos de los porcinos”.
“Los cerdos parasitados no presentan signos clínicos ni su carne muestra cambios en su aspecto, color, olor o sabor, por lo que la triquinosis no puede evidenciarse a simple vista en el campo ni en los productos alimenticios derivados”.
Por tal motivo, “el Senasa recomienda a los criadores de cerdos mantener el ambiente de crianza en condiciones higiénico-sanitarias apropiadas, alimentarlos adecuadamente y evitar que estén en contacto con la basura e ingieran desperdicios. Asimismo, resulta muy importante combatir la presencia de roedores, ya que son posibles portadores de la enfermedad y pueden transmitirla a los porcinos”.