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Deportes “River fue la etapa más importante de mi vida”

16-06-2023

“River fue la etapa más importante de mi vida”

Así lo señaló Matías Abelairas en diálogo con Verte. El zurdo repasó toda su carrera. Fue campeón y figura del Millo en el 2008 y terminó su carrera donde todo empezó.

 

Matías Abelairas no necesita presentación, pero el trabajo periodístico lo impone a riesgo de olvidar registros.

 

Se hizo conocido casi cuando iba al jardín de infantes y ya deslumbraba con la delicadeza de su pie izquierdo en las infantiles de El Fortín; fue el comandante de los chicos que lograron el milagro de ganar entre los grandes del continente el Mundialito de Roca en 1998 y del Alto Valle saltó a las divisiones inferiores de River para destacarse, al punto de asomar en primera división en junio de 2004 con apenas 18 años.

 

Estuvo en casi toda la preparación de la Sub 20 que terminó levantando la Copa del Mundo en Holanda con un tal Lionel Andrés Messi y Bielsa lo citaba seguido como sparring porque nadie interpretaba los lanzamientos de pelota parada como él.

 

En el sube y baja de todos los chicos en un equipo grande llegó a la cima del éxito personal y colectivo en 2008, cuando River ganó el torneo local con el “Cholo” Simeone en el banco. Se puede decir que nadie lo hizo jugar como el eterno DT del Atlético de Madrid.
Vasco da Gama, el fútbol mexicano, una experiencia exótica en la Liga de Rumania, el título logrado con la camiseta de la Unión Española de Chile, Banfield fueron mojones en una carrera que está al alcance de muy pocos.

 

Como dice el tango, hoy Matías está de vuelta en la casita de los viejos -pero no vencido- después de haber dejado un sello personal en el fútbol argentino.
“Ya hace dos años que me instalé nuevamente en Olavarría, disfrutando la tranquilidad y salir un poco de esa vorágine de Capital. Al principio me tomé unos meses para descansar y luego me metí de lleno en El Fortín. Siempre dije que quería terminar mi carrera ahí” contó el zurdo que ahora ve en sus hijos la réplica de aquellos sueños.

 

 

Ese día llegó no hace mucho: “Con el correr de los años uno se va cansando de los entrenamientos y del cuidado, aunque lo sigo haciendo pero no tan exigente como en la alta competencia y eso lleva a tomar la decisión de parar un poco la pelota y empezar a disfrutar más de otras cosas”.

 

River siempre aparece en la charla. “Ser campeón con River es impagable. La gente lo agradece como si le hubiésemos salvado la vida y somos simples jugadores de fútbol. Nosotros como futbolistas teníamos el trabajo de hacer feliz una persona. A la gente le cambia el humor, el día y la semana un resultado de fútbol” reflexionó.

 

A propósito de esa época dorada, siendo uno de los jugadores claves de aquel equipo de Simeone, Matías enfatizó que “era toda una locura. Sinceramente me tenía que quedar adentro de mi casa porque soy un tipo de perfil bajo y me gusta pasar inadvertido”.

 

“River fue la etapa más importante de mi vida, eso lo tengo claro, aunque trato de no quedarme con eso” agregó y en ese paso trascendente eligió su mejor partido: “Fue con Gimnasia de La Plata. Veníamos de quedar afuera de la Copa Libertadores con San Lorenzo y jugábamos con un clima bastante bravo, pero lo pudimos ganar y yo metí dos goles. Con eso me quedo”.

 

Ese equipo del Cholo Simeone fue el que más marcó la carrera de “Pitu” Abelairas. “El Cholo fue el técnico que mejor me hizo rendir, sin ninguna duda. El máximo nivel de toda mi carrera lo tuve con él de entrenador” valoró.

 

El éxito en la carrera de un futbolista en un grande de Buenos Aires siempre estará atravesada por la relación con los medios. “Es difícil encontrar el equilibrio, no creerse el mejor de todos cuando son todas flores, ni el peor cuando las cosas no salen” aceptó.
“Hay que tratar de mantener una estabilidad emocional. En mi caso no veía los programas deportivos y trataba de no leer los diarios, porque uno consume y se cree las cosas que dicen, tanto cuando hablan bien o mal” remarcó.

 

Después de ese año inolvidable y cuando apuntaba para el despegue de repente todo cambió. “Me costó mucho tiempo volver a mi nivel después de la lesión en los ligamentos. Algunos se recuperan a los seis meses y vuelven como si nada y a mí me costó más de un año volver a sentirme bien y eso me hizo perder ritmo y perdí la confianza en mí”.
“Hay jugadores que necesitan la confianza del entrenador y yo soy un caso de esos y cuando se la dan uno rinde mucho más. Cuando es al revés no significa que uno baje los brazos. Me pasó con un montón de técnicos y es algo normal, no lea podemos gustar a todos” añadió.
Matías lo analizó desde su interés en seguir ligado al fútbol y al aroma a paso: “En este momento estoy haciendo el curso de DT y ahora uno entiende a los entrenadores un poco más. La idea es no bajonearse y entender que los gustos son muy amplios”.

 

La salida de River lo vio transitar por varias plazas en el extranjero. “Viví muchas experiencias en distintos países. En Chile, después de River, fue donde mejor me sentí. Fue un lindo año en Unión Española. Pudimos ganar dos torneos, algo histórico para la institución y por suerte las cosas me salieron muy bien”.

 

Matías asume como su gran deuda no haber podido jugar en una liga top de Europa: “Me quedó esa espina. Creo que me faltó continuidad. Los clubes allá observan mucho eso. Me hubiese gustado jugar en una liga importante de Europa. Era uno de los sueños que tenía cuando me fui de mi casa con 13 años”.

 

Disfrutó de la camiseta celeste y blanca, pero le quedó una deuda con la selección: “Me quedó un sabor amargo no haber podido ir al Mundial Sub 20. La camada era muy buena y no la tenía para nada fácil con los volantes. Recuerdo que fueron Gago, ‘Chaco’ Torres, Nery Cardozo, jugadores que tenían muchos partidos en Primera y yo tenía cuatro o cinco”.

 

En el cierre de la charla hizo una síntesis de su paso por la élite del fútbol: “Siendo exigente con uno mismo por ahí me hubiese gustado haber hecho una carrera mejor, pero prefiero darle valor a lo que hice. Si me comparo con Messi digo qué burro soy, yo no jugué ni un partido en España, pero si me comparo con un pibe que juega en el interior y sueña con pisar el ‘Monumental’ cinco minutos ahí digo soy un privilegiado. Todo depende de cómo uno se quiera comparar”.
 

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