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17-07-2023

Aves rapaces, esos vecinos tan habituales

El paisaje urbano cada vez muestra más caranchos y chimangos. También se pueden ver taguató, gavilanes mixtos, lechucitas de las vizcacheras, lechuzas del campanario y hasta el lechuzón orejudo.


Con detener por unos segundos la mirada en el cielo o prestar atención a lo que sucede en algunos espacios verdes de Olavarría es suficiente.


No resulta nada extraño ver el revoloteo de los chimangos, cuando no comiendo algún roedor donde las columnas del alumbrado público giran en dirección de la calle, lo mismo que caranchos en las plazas o en los parques.


La frecuencia de estos avistamientos de aves de rapiña en la Ciudad se acrecentó y no es sólo una sensación, según la palabra del especialista en el tema Flavio Maldonado, profesor en biología y ciencias naturales; postitulado en educación ambiental; diplomado en ciudades y comunidades sostenibles, resilientes e inclusivas; diplomado en educación para la conservación del territorio y diplomado en el manejo de ejemplares silvestres bajo cuidado humano.
 

El profesor Maldonado forma parte además del staff de la revista “Chicos de ciencia hoy”, una publicación para estudiantes con la que profesores del área trabajan en diversas escuelas de Olavarría.


“A la pregunta de si las aves rapaces están en aumento en la ciudad de Olavarría y en otros lugares de la Argentina podríamos decir que su presencia en zonas urbanas y periurbanas tiene que ver con lo que está pasando a nivel ambiental, porque se han visto muy modificados los espacios naturales, pero también se están viendo modificadas las zonas urbanas” advirtió.


“Estas aves se están extendiendo hacia ámbitos periurbanos y eso lleva aparejado que encuentren diversos factores beneficiosos para poder habitar las ciudades. Uno de esos factores, que me parece determinante, es que tienen abundancia y disponibilidad de alimentos”, analizó el profesor Maldonado.


El exceso de alimento para las aves rapaces se puede identificar en dos grupos de animales: en las palomas y en los roedores.


“Hay un caso que se ha estudiado, que es el incremento de la presencia del gavilán mixto en zonas urbanas y algunos investigadores lo vincula no tanto con el incremento de alimento en la ciudad sino con que las zonas naturales le resultan más hostiles y en un entorno urbano encuentran mejores condiciones de habitabilidad” dijo.


Cerca de Olavarría no son tantos los ambientes naturales, observó el profesor Maldonado, ex titular de La Máxima.


“Las modificaciones en los ambientes naturales son dinámicas y hacen que las poblaciones de especies también se vuelvan dinámicas” conectó.


“De este modo en algunos momentos vamos a tener mayor cantidad de algunas especies en el ámbito urbano, y ahí aparecen dos especies indicativas, como el carancho y el chimango. Son generalistas, oportunistas y pueden estar contando una historia acerca del mal manejo de los residuos sólidos urbanos” manifestó.


Ese mal manejo de los residuos sólidos lo hace el estado, pero también lo hacen los particulares, según el docente.


“Hay una cuestión cultural cuando se ve en los caminos rurales, en las zonas periurbanas cómo se tira la basura o se generan micro basurales a cielo abierto y esto genera abundancia de alimento para roedores y con ello hay abundancia de alimento para estas aves, que son carroñeras” indicó el profesor Maldonado.


“Es cultural salir a pasear los domingos y arrojar los residuos en cualquier lado. Eso necesitaría de una política de estado abocada a la limpieza permanente de los lugares. Y es una obligación no sólo del estado, sino de los propios ciudadanos”.


“Nosotros también en los fondos de casa solemos arrojar desperdicios y no gestionamos bien el manejo de los residuos. Ello podría estar relacionado con los cambios en la fauna que se están produciendo” especuló.


Así, los caranchos como los chimangos en particular están disponiendo de una mayor cantidad de alimento y esto repercute directamente en el aumento de sus poblaciones o su presencia en la zona urbana. “El otro día me mandaron una foto sobre la presencia de un carancho en la plaza central” marcó.


“Ese carancho encuentra alimento u oportunidades de vivir plácidamente y también cuenta otra historia que vengo observando desde hace un tiempo y es el menor uso en muchos lugares de la clásica onda: hay menos hostilidad de parte de los seres humanos hacia las aves y esa menor hostilidad se evidencia a veces en la mayor tranquilidad que tienen en presencia de los seres humanos” valoró.


En Olavarría y otras zonas no hay estudios específicos sobre las poblaciones de estas aves, sí observaciones en tal sentido de aficionados al avistaje de aves.


“Para nombrar algunas de las especies que he podido observar a lo largo de los años, además del chimango y al carancho otra especie que se ve en la Ciudad es el taguató, que se mueven a través del corredor biológico que es el arroyo Tapalqué” identificó.


“En zonas un poco más periurbanas, aunque también en urbanas, hay gavilanes mixtos, lechucitas de las vizcacheras, lechuzas del campanario. Se ha comenzado a ver mucho el lechuzón orejudo en Olavarría, que aparece principalmente en zona de pastizales que se dejan descansar” describió el profesor Maldonado.


“Si nosotros les permitimos estar sin agredirnos vamos a permitirnos disfrutar de estas especies y muchas más aves con el correr del tiempo. Pero ese es un trabajo de educación ambiental que se está llevando a cabo en las escuelas. Algunos profesores estamos constantemente con eso y es importante resaltarlo y ponerlo en valor” señaló.

 

 

 

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