11-08-2023
Un nuevo estudio evidenció que el uso de agroquímicos deja su huella en los cuerpos. Entre el 20% que dio presencia de glifosato hay tanto población rural como urbana.
Un nuevo estudio reflejó que los agroquímicos que impregnan el campo no sólo dejan su huella en el ambiente, sino también en los cuerpos. Esta vez, el dato proviene de Saladillo, en el corazón de la Provincia de Buenos Aires.
"Una de cada cinco personas muestreadas tienen glifosato -el herbicida más utilizado en el agro- y /o su metabolito AMPA en la orina, es decir que se detectó dicho veneno o su metabolito en el 20% de la población analizada", afirmó Gabriel Arisnabarreta, ingeniero agrónomo y miembro de la organización Ecos.
Forma parte de las agrupaciones del centro y sur bonaerense que en marzo de este año se unieron "para demostrar que los venenos utilizados en el agronegocio estaban llegando a nuestros cuerpos".
En el caso de Saladillo, se tomaron muestras de orina de "36 personas que no padecían en ese momento ninguna enfermedad declarada y que tuvieran entre 20 y 70 años". Los resultados llegaron a fines de julio.
"Una cifra realmente alarmante", consideró Arisnabarreta y agregó: "Es importante destacar que ese 20% incluye tanto a personas netamente urbanas, sin contacto directo con el campo o que están expuestas a fumigaciones como a aquellas que viven en zona rural. Esto hace que el panorama sea muy grave y delicado ya que el glifosato no estaría entrando a nuestro cuerpo solo por recibir una deriva directa de fumigación sino también a través del aire que respiramos, los alimentos que ingerimos o el agua que tomamos".
Los fondos para el estudio fueron "conseguidos por la organización Democracia en Red", que impulsa la campaña PIS (Pesticidas Introducidos Silenciosamente): "Una serie de herramientas, datos e información que facilitan la reducción del impacto de los agroquímicos desde los territorios".
El análisis en este caso se realizó con el "apoyo científico", de la bióloga Delia Aiassa, de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Es una experta en la materia: hace más de una década que comenzó a alertar sobre el vínculo entre glifosato y daños genéticos, e integra una red de seis universidades que están estudiando qué relación existe entre los agroquímicos y el cáncer.
Desde Ecos de Saladillo contaron por qué se sumaron a este estudio: "Lo sospechábamos (que había agrotóxicos en los cuerpos) porque nos veníamos reuniendo en los encuentros de Pueblos Fumigados de la Provincia y los datos que traían compañeras y compañeros de los distintos lugares no eran para nada alentadores. Aparecían agrotóxicos en el agua, en el aire, en los alimentos. ¿Cómo no iban a estar en nuestros cuerpos?".
Les preocupaba, además, que había "informes sobre aumento de enfermedades como el cáncer, abortos espontáneos, enfermedades endocrinas".
La toma de muestras se realizó "con un protocolo estricto, organizado por la Dra. Aiassa, para que las muestras de orina fueran representativas de la población de Saladillo y para que se mantuviera la privacidad de lxs voluntarixs que participaron de la campaña. Se siguió toda una cadena de custodia de las muestras hasta que llegaron al laboratorio privado Fares Taie en Mar del Plata".