13-09-2023
La nutricionista Marcela Guerrero dialogó con Verte acerca de cómo cambiar los hábitos alimenticios de quienes no pueden consumir gluten. Qué pasa con los más chicos.
La enfermedad crónica de la celiaquía es una afección autoinmune que es provocada por la intolerancia al gluten, que se encuentra en cereales como el trigo, la cebada, la avena y el centeno, y de igual forma, en todos los productos derivados de éstos.
En los últimos años ha habido un enorme incremento en personas diagnosticadas con esta afección, y según los expertos, esto se debe a que hoy en día, por el avance en la medicina, hay un mayor conocimiento de la enfermedad, por lo que las personas son diagnosticadas con una mayor eficacia. Según la OMS, hasta hace no muchos años, el 60% de los celíacos no estaban diagnosticados.
La nutricionista Marcela Guerrero, dialogó con Verte acerca de los hábitos que deben adoptar quienes son diagnosticados con esta condición. También se refirió a cómo abordarla en el caso de los niños y el nuevo paradigma de alimentación que surgió en la búsqueda de consumir menos harina, como lo es la dieta llamada “Keto”.
En primer lugar, la profesional de la salud indicó que lo primero a tener en cuenta son los síntomas compatibles con la celiaquía, que van desde distensión abdominal, anemia, pérdida de peso y diarrea, entre los más comunes, hasta la caída del cabello, uñas quebradizas y reflujo gástrico.
En este sentido, luego del diagnóstico positivo, hay que cambiar la dieta. “Lo fundamental es cambiar los hábitos y pasar a los alimentos sin gluten. La recomendación es utilizar un listado oficial para poder identificar esos alimentos aptos para el consumo” sostuvo.
La organización es la clave
La dificultad que aún hoy en día persiste en muchos mercados para conseguir productos aptos para celíacos hace que estas personas deban organizarse, casi de manera estricta, para cocinar y trasladar sus alimentos a donde lo requieran.
Guerrero recomienda establecer un menú semanal, y dependiendo de las actividades planificadas cocinar con anticipación. “Esto hará más fácil la hora de pensar las comidas, desde el desayuno hasta la cena”, enfatizó.
Otro de los grandes problemas a los que se exponen los celíacos es la contaminación cruzada, que puede suceder en espacios gastronómicos, o en los propios hogares si no se tienen en cuenta los cuidados necesarios, mediante una separación y limpieza de los utensilios de cocina.
Por otra parte, comentó que si bien existen premezclas que facilitan mucho el trabajo a la hora de buscar opciones en los supermercados, suelen tener valores muy elevados. En este sentido, sugirió optar por buscar opciones de legumbres, que se pueden preparar en el hogar de forma fácil y rápida. “La primera vez puede ser que salga mal y después con la práctica se vaya mejorando”, insistió.
Con los niños, la situación es un poco más compleja, ya que la mayoría de las golosinas en el mercado no son aptas para el consumo de los celíacos. “Si bien se avanzó un montón en los últimos años, todavía queda mucho por recorrer” reconoció Guerrero.
En esta línea, expresó que lo mejor es enseñar a los más chicos a buscar las etiquetas en los productos que quieran comprar, y que con el tiempo, los reconozcan y “sepan cuáles son los que pueden comer”.
La reglamentación de la Ley 26.588 en abril de este año establece, entre otros puntos, que todos los restaurantes y bares tengan opciones aptas para celíacos en sus cartas, reconociendo el acceso a los alimentos libres de gluten, pero el problema radica en que “no exige un tratamiento adecuado para evitar la contaminación cruzada” indicó la nutricionista.
El SIBO
El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO), se produce por un crecimiento anormal de bacterias en el intestino delgado. Guerrero explicó que “tenemos que tener un porcentaje de bacterias buenas, y un porcentaje de bacterias malas y cuando ese equilibrio se rompe aparece este sobrecrecimiento bacteriano”.
Esto provoca que los pacientes no lleguen a ser celíacos, pero sí que haya una intolerancia al gluten. De igual forma, esta enfermedad debe ser diagnosticada por un profesional de la salud, y la alimentación debe cambiar para evitar la ingesta de gluten.
Los síntomas son similares, ya que quienes la padecen tienen tendencia a sufrir náuseas, dolor abdominal, estreñimiento, flatulencias e hinchazón estomacal.
La dificultad a la hora de diagnosticar este tipo de enfermedades, según explica la nutricionista, es que su sintomatología es muy similar a otras patologías. Entonces, muchas personas acuden a centros de salud por otra cosa, y en muchos casos “los médicos piden el estudio de celiaquía o SIBO, y muchas otras veces no”, sostuvo Guerrero, y agregó que se estima que por cada persona diagnosticada, hay diez que no saben que la padecen.
Las dietas que buscan eliminar el consumo de harina
En medio del aumento de los diagnósticos, también crecen las personas que optan dietas alternativas, que buscan una alimentación más saludable, eliminando principalmente el consumo de harinas. Son discutidas en el mundo profesional, ya que hay quienes las avalan, y otros las rechazan.
Una de las más adoptadas es la dieta cetogénica, más conocida como “Keto”, que se basa en una muy baja ingesta de carbohidratos, y un mayor consumo de grasas.
En este contexto, Guerrero expresó que como profesional tiene grupos de personas que practican esta dieta, y realiza un acompañamiento durante tres meses, en el que educa a sus pacientes acerca de los hábitos de alimentación saludables basados en ese régimen.
En medio del auge de los influencers y las redes sociales, donde abunda la información acerca de este tipo de prácticas publicada por personas sin ningún tipo de estudios o respaldo más allá de su experiencia personal, la nutricionista resaltó la importancia de “estar acompañados por profesionales, que adaptan y personalizan el camino de los pacientes”.
Indicó que además de brindar un gran beneficio a las personas celíacas por el no consumo de harinas, también “da muy buenos resultados en cuanto a la obesidad”.
Si se opta por este tipo de dieta sin el acompañamiento profesional, pueden surgir inconvenientes. La nutricionista indicó que pueden hacer mal al organismo “porque la persona bajará de peso, pero en vez de perder grasa, bajará el nivel de agua o masa muscular, porque no se alimenta de manera correcta”, enfatizó Guerrero.