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25-09-2023

El panorama de los hogares de niños, niñas y adolescentes

Aunque se intenta evitar que niños, niñas y adolescentes lleguen a esas instituciones en la Ciudad, dentro de ellas el objetivo es proteger los derechos y bregar por la igualdad de oportunidades.

 


Juegos, meriendas, espacios recreativos y de contención es lo que se encuentra en los tres Hogares Municipales de Olavarría: Namasté, Peñihuén, y La Casa del Adolescente. En los dos primeros, conviven niños de 0 a 12 años, mientras que en el último, las edades van desde los 12 hasta los 18.


Estas instituciones se enmarcan dentro del Sistema de Promoción y Protección de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. “Las medidas de abrigo excepcionales se dan cuando el Servicio Local del área de niños del municipio, considera que hay una vulneración de esos derechos, y ameriten la separación del niño o niña de su familia”, contó Valeria Chiramberro, a cargo de la Subsecretaría de Derechos, Igualdad y Oportunidades.


Hay que tener en cuenta que para que esto suceda debe existir una denuncia de violencia familiar en el Juzgado de Familia. Esto quiere decir que esos niños están judicializados. La normativa tiene un plazo de 180 días para intentar revertir la situación de vulnerabilidad.


“Esa separación siempre es la última instancia, previamente hay un montón de estrategias que se llevan a cabo para evitarla, pero cuando todo fracasa, se aparta”, explicó Mariana Sabbatini, directora de Niñeces y Adolescencias, sobre todas las acciones anteriores que se llevan a cabo para evitar la separación del niño, niña o adolescente del núcleo familiar, y respetar el derecho a estar en familia.


“Es la justicia quien determina la situación de adoptabilidad. Lo que hace el Servicio Local es acreditar todo el trabajo que se hizo en red con la escuela y centros de salud, y demostrar que no hubo posibilidad de una restitución de derechos”, sostuvo la subsecretaria.


Cuando llegan a estas casas de contención, se encuentran con un coordinador, psicólogo, trabajadora social y otras personas que forman parte del equipo de profesionales encargado de trabajar en conjunto con el Servicio Local para lograr que el niño “vuelva con su familia en los plazos establecidos”, indicó Chiramberro.
 

La situación local

El panorama en la ciudad ha ido cambiando a lo largo de los años, con intervalos de mucha ocupación y otros en los que se registra una baja demanda de estos espacios. En la actualidad “tenemos matrícula llena en todas las instituciones. Es un momento donde se vienen adoptando muchas medidas de abrigo e ingreso a los hogares convivenciales”, contó Chiramberro.


La subsecretaria explicó que esta situación de aumento de demanda se debe a diversos factores, como el contexto de complejidad social que se está viviendo a lo largo y ancho del país, y además, el crecimiento de la ciudad.


En este sentido, también resaltaron que el límite de lugares es para “que los nenes que están tengan las mejores condiciones, y se puedan tener en cuenta las individualidades de cada uno. Que puedan formar ese afecto y el vínculo para nosotros es fundamental”.


En este sentido, aclararon que la situación de ocupación es muy dinámica, ya que por el plazo de 180 días que está establecido para intentar que la situación de vulnerabilidad se resuelva, no todos están de forma permanente y “hay entradas y salidas constantemente”.

 

Espacio de abrigo y contención

 

“El rol de los hogares no es almacenar a los niños, niñas y adolescentes, tratamos de hacer que sea lo más parecido a un hogar durante su estadía”, remarcó Sabbatini.


En este sentido, explicaron que si bien lo fundamental es “cesar con esa vulneración de derechos”, una vez ingresados al hogar, para que la situación sea lo menos traumática posible “tratamos de mantener sus espacios. Si es posible continúan en la misma escuela y practicando algún deporte en el club al que iban”.


Y por otro lado, para los que no pertenecían a un espacio de ocio o educación, se evalúa y en caso de aceptarlo, se incorpora a un centro de día, hacen actividades en sociedades de fomento y en clubes. “Tenemos un montón de instituciones que colaboran con los hogares”, señalaron.


En esta línea, comentaron que la idea es que el ingreso “sea lo menos invasivo posible”, para que la adaptación no sea un proceso de cambios bruscos, sino que “de a poco se vayan acostumbrando a convivir”.
 

La edad y la complejidad en la adopción

 

A la hora de comenzar a realizar el trámite de adopción, sucede que las familias adoptantes, en muchos casos, no son de la Ciudad, ya que “están inscriptos en un registro que es provincial”, explicaron.


En este contexto, sostuvieron que “intentamos que sean de la ciudad, para que no haya cambio de escuela, círculo social y todo lo que conlleva una mudanza a otro lado”, y agregaron que más allá de las familias, lo fundamental es “el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. Se buscan familias que tengan un perfil acorde a sus necesidades”.


A medida que esos niños y adolescentes crecen “no hay tantos aspirantes anotados en el registro y muchos jóvenes que tienen el deseo de vivir en familia no pueden hacerlo”, contó Sabbatini.


Con este panorama, contaron que “se trabaja para que ellos puedan ir armando un proyecto de vida” mediante el Programa Autonomía Joven, que busca que los adolescentes estudien, desarrollen un emprendimiento o practiquen una disciplina. Todo esto se trabaja con un referente que acompaña el paso a paso.


Sobre la gran ocupación en los hogares municipales, Chiramberro explicó que no está pensada la apertura de una nueva institución “porque el ingreso ahí es la última instancia. Se tiene que reforzar el trabajo previo para evitar ese cupo, y en Olavarría estamos muy avanzados en ese acompañamiento”.
 

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