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09-11-2023

Custodio del mar argentino desde el aire

Christian Gensón es olavarriense. Su nombre trascendió en los últimos días por haber recibido con su avión a la Fragata Libertad en Puerto Madryn. Una historia que empezó en las aulas de la ex ENET


“Embajadora de los Mares”, el 23 de octubre la Fragata Libertad llegó a Puerto Madryn en el penúltimo destino antes de finalizar el 51º Viaje de Instrucción desde Buenos Aires hacia el mundo y en el aire la recibió un avión de la Armada Argentina piloteado por el comandante de la Escuadra Aeronaval N° 6 con asiento en la Base Almirante Zar de Trelew, el Capitán de Fragata olavarriense Christian Gensón.


Estudiante de la ex ENET, Christian siempre se sintió atraído por la carrera militar. Terminó de definir su vocación en ocasión de la visita de unos cadetes de la Base Azopardo de Azul cuando cursaba el último año de la escuela secundaria.


“Ingresé en 1997 a la carrera de oficial. Son 4 años en la Escuela Naval Militar de Río Santiago y el último año -que es el quinto- somos guardiamarinas en comisión que hacemos el viaje en la Fragata Libertad, así que egresé en 2001” recordó.


“Desde chico tenía como vocación ser militar y piloto. Estando en la ENET en el año ‘95 coincidió con la presencia de la infantería de marina en el Arsenal Azul. Pasaron por la Escuela Técnica a dar una charla y si bien yo sabía algunas cosas de la Armada, no sabía dónde estaba. El Ejército y la Fuerza Aérea eran dos opciones y cuando me enteré de la Armada busqué entrar ahí” enfatizó.


Con el paso de los años Christian volvió a la ex ENET, pero como cadete, para hacer conocer a los chicos de los últimos años acerca de todo lo que él mismo no estaba al tanto de la Armada antes de aquella visita a su curso.


No salió piloto de quinto año: “Cuando egresé como guardiamarina la Armada tenía previsto que todos los oficiales del cuerpo comando naval nos embarcáramos un año. Así que mi primer año fue embarcado, como segundo comandante de la lancha patrullera Baradero en Ushuaia”.
 


 

Las tareas de esas lanchas, en tiempos de paz, son las mismas que Christian tiene hoy como parte de las escuadrillas navales, esto es custodiar los espacios marítimos y búsqueda de rescate. “Después de eso uno atraviesa un proceso de selección y al poco tiempos fui elegido para el curso de aviador naval” acotó.


La última parte de su formación la hizo en la Base Naval de Punta Indio, muy cerca de la desaparecida fábrica que tenía Loma Negra en Pipinas, donde afrontó el curso de Aviador Naval en la Escuela de Aviación Naval.


Con el paso del tiempo, allí Christian echó raíces junto con su esposa Lorena y sus hijos Carla y Lorenzo, aunque en el presente su destino sea en la provincia de Chubut y los chicos ya estén cursando sus carreras universitarias muy cerca, en La Plata.
 

La formación se terminó de consolidar en otras tres escuelas: la de Oficiales en Puerto Belgrano, la Escuela de Guerra Naval y la Escuela de Guerra Conjunta.


Recaló en la escuadrilla aeronaval de vigilancia marítima en Trelew, donde veinte años atrás empezó pilotando aviones Beechcraft B-200 en sus versiones de vigilancia marítima, sostén logístico y fotográficas.


Bajo el comando de Christian hoy está la Escuadrilla Aeronaval de Exploración con aeronaves Lockheed P-3 Orion y el Taller Aeronaval Almirante Zar que realiza el mantenimiento, para el control de los espacios marítimos y la salvaguarda de la vida en el mar.


“Nuestro año tiene como actividades realizar adiestramiento y simulacros de operaciones para estar listos en caso de un conflicto. Se hacen vuelos con la flota de mar, vuelos conjuntos y se dan bastantes vuelos -sobre todo en verano- de control de la ‘Milla 200’ en la pesca ilegal y cuando surgen vuelos de rescate” mencionó.
 




En la custodia de la riqueza ictícola el acento está puesto en la presencia, tanto de aeronaves como de buques.


 “La Armada tiene bastantes buques operativos, que durante el año realizan navegaciones de control del mar. Ahora hay cuatro nuevos patrulleros franceses que integran la División de Patrullado Marino de Mar del Plata, aunque uno se encuentra en Ushuaia y casi toda la flota de mar está en Puerto Belgrano. Obviamente se complementa con aeronaves, que pueden llegar más rápido y con mayor precisión a los lugares donde exista algún pesquero en infracción o algún contacto que está en duda” reveló.


La pasión es su combustible en este servicio a la patria. “Me siento afortunado de estar haciendo lo que me gusta. Me imagino que me pasa lo mismo que le pasa a cualquier persona que conjuga el trabajo con una pasión” confesó.


“Volar es algo único. Para el que siempre quiso hacer esto es algo impresionante; una experiencia como no hay otra. Uno trata de volar lo máximo posible. Más allá de que llega un momento en la carrera que las funciones son otras, el vuelo es algo que cuando no está se extraña” dijo.


“Para esto hay que prepararse, hay que estudiar, hay que estar permanentemente actualizado, lleva un entrenamiento, una rutina. Todo eso después se ve en el aire ", planteó el piloto olavarriense.


El destino de un integrante de cualquiera de las tres fuerzas armadas suele ser impredecible. Tiene múltiples y diversas oportunidades de progresar en el escalafón.

 

Christian sólo sabe que está “en carrera. Para mi jerarquía debería estar cubriendo un Comando de Segunda y es lo que estoy haciendo ahora en Trelew”.


La carrera de un oficial de la Armada podría extenderse hasta los 56 años. Christian tiene 10 menos y desde la jerarquía de Capitán de Navío los cargos son por selección.
 


 

En el caso de los ascensos, son propuestos al nivel del Ministerio de Defensa y aprobados por el Congreso.


“Me quedan seis años de Capitán de Navío y lo que me resta de Capitán de Fragata. Llegar a la conducción superior de la Armada o a nivel conjunto puede ser un objetivo” cerró Christian.

 

 

 

 


 

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