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Deportes Ramallo, en busca de los lingotes dorados

24-01-2024

Ramallo, en busca de los lingotes dorados

Cocodrilo Fishing Team visitó el atractivo pesquero del Río Paraná y compartió con lugareños una interesante jornada. La influencia de las condiciones del tiempo en el relato de Luis Ventimiglia.

 

Por Luis O. Ventimiglia - Cocodrilo Fishing Team


El sábado nos dirigimos a Ramallo, con la idea de relevar este hermoso pesquero del río Paraná. La semana anterior un amigo de la pesca, Fernando Rolandi, había estado pescando en el lugar y tuvo una tremenda jornada, de muchos dobletes e infinidad de piques de doradillos de hasta 2,5 kilos, por lo que no tardamos ni un minuto en responder a su invitación.


Fuimos con su embarcación, muy cómoda, dotada con el indispensable motor eléctrico, tan necesario para poder realizar buenos casteos.


Llegamos al náutico del lugar temprano, muy cómodo para embarcar y en un instante preparamos la embarcación, subimos los equipos y a navegar. El equipo del Cocodrilo Fishing lo completaron Raul Barera y mi hijo Enzo.



Al llegar al lugar elegido para castear nos dimos cuenta de que no iba a estar tan fácil como la semana anterior, las condiciones del río en siete días habían cambiado muchísimo: había bajado unos 20 centímetros, el agua estaba muchísimo más turbia y el viento era muy fuerte (mucho más de lo que anunciaban los pronósticos) a tal punto que durante toda la jornada nos impidió colocar la embarcación de forma cómoda para hacer los lances.


Pero como siempre decimos, cuando la pesca no está fácil es cuando más nos gusta realizarla.


Empezamos a castear, Raúl y Fernando en bait Enzo y yo en spinning, 20 minutos y nada, no se veía movimiento de pescado, ni sardinas que saltaran fuera del agua escapando del ataque de los dorados, cosa que el viaje anterior eran habituales y recurrentes.


De repente en un tiro de Enzo pegado a unos palos, el ataque la clavada, dos saltos de un hermoso dorado y al tercer salto con ese movimiento característico de arqueo: la salida del pez para un lado y el señuelo despedido para otro, el gusto amargo de haberlo perdido pero la alegría de saber que estaban y que había que insistir.



Seguimos pescando, recorriendo los hermosos lugares que posee el río allí y Fernando logró el primero de la jornada, doradillo de 1,5 kilos aproximadamente, malo, peleador y hermoso a la vez. Fotos y el correspondiente video de devolución para nuestro canal de YouTube.


Ya más entusiasmados volvimos a seguir insistiendo, de repente detrás de una planta caída en el agua Fernando acusó un pique, clava e instantáneamente un pique en mi señuelo, los dos trayendo doradillos, lindos, que competían a ver cual hacía más extravagante pirueta fuera del agua al saltar. Los acercamos a la embarcación, filmando el doblete para nuestro canal y casi al momento de subirlos, el que estaba en mi artificial, da un último salto y en el aire como saludándome se desprendió del mismo dejándome sin mi premio.


Luego Raúl prendió otro muy lindo y lo perdió, Fernando logró subir a la embarcación 5 o 6 más, Enzo fallando en otro lindo pique, yo con tres piques más fallidos, como si comieran con timidez, y en estas condiciones la experiencia en el río de nuestro amigo se notaba y mucho.


Luego Raúl pudo subir un hermoso doradillo, chiquito pero muy atrevido el cual demostró la voracidad de su especie al atacar un señuelo que sería de la mitad del tamaño de su cuerpo.
 

Por supuesto no hace falta repetir que todos fueron devueltos en perfecto estado a su hábitat, los que nos da pie a recordarles que respetemos medidas, cantidades, vedas de cada especie, para así poder darle la posibilidad a nuestros hijos y nietos a que el día de mañana puedan disfrutar de esta pasión tal cual lo hacemos hoy nosotros.


Hicimos un parate en la mitad de la jornada para disfrutar de una comida entre amigos y refrescarnos un poco debajo de la sombra de una isla, pero eso nos puso un poco tristes al ver la mugre de anteriores visitantes del lugar.
 

El detalle alegre del día lo puso un súper lagarto que se acercó para que lo alimentáramos, y hasta se animó a encararnos para pedir más, momento que quedó registrado para las cámaras de nuestro canal. También unas hermosas cardenillas, con sus perfectos copetes rojos, se arrimaron a comer migas que les arrojamos.



Tipo cinco de la tarde, cansados de tantos lances y felices de la hermosa jornada realizada, decidimos regresar. Para ese entonces el viento no mermaba y era complicado navegar, pero con un timonel de la talla de Fernando no tuvimos problemas en hacerlo en perfectas condiciones.


Moraleja de esta pesca: hay que insistir, volver a intentarlo si un día no pescamos, no desestimar los lugares pues como siempre decimos es pesca no matemáticas y las condiciones de un día al otro son distintas, así que para tener una buena pesca en un lugar lo mejor es ir mas seguido y sobre todo, conversar con guías o lugareños de cómo está el lugar en ese momento y como pescar ese día. No tengan miedo en preguntar y en aprender, de eso se trata la pesca, un continuo aprendizaje.


Luego nos volvimos a Chacabuco, felices de poder haber realizado otra jornada de este apasionante deporte.


Hasta dentro de 10 días con otro relevamiento, abrazo pescador.
 

 

 

 

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