12-02-2024
Pablo Fernández sacó una pieza de casi tres kilogramos. En la 62ª edición participaron más de 3000 competidores. El mejor olavarriense fue José Angulo, quien finalizó en el puesto 33.
El entusiasmo de los pescadores pudo más que las previsiones climáticas hostiles o las dificultades económicas que golpearon en las estadísticas del turismo de este verano 2024. Pero ocurre que la pesca imprime una pasión inmensa como el mar y en un fin de semana que arrancó lluvioso, más de 3.000 competidores participaron en las playas de Tres Arroyos en el concurso “Las 24 horas de la Corvina Negra”, la contienda a mar abierto más grande de Latinoamérica.
Por volumen, trayectoria, extensión y el importe de los premios, el certamen constituye el episodio deportivo programado más relevante de este municipio ubicado a 450 kilómetros al sudeste de la capital provincial.
La contienda organizada por el Club de Cazadores de Tres Arroyos distribuye 180 millones de pesos en premios. Incluye el reparto de seis vehículos para los deportistas: dos pick ups y cuatro autos.
Y en esta edición 62, el primer escalón del podio fue para el tresarroyense Pablo Fernández (62), quien con una corvina negra de 2,928 kilogramos, obtenida en un paraje conocido como “el caracolero”. Se quedó con el premio mayor: una camioneta Toyota Hilux 4x4.
El concurso comenzó el sábado a las 15 y terminó un día después. Son dos competencias en una: además de pelear por la búsqueda de “la negra”, también se disputa por la obtención de las piezas de mayor tamaño. De cualquier especie que se obtenga de entre las olas y la marea.
El torneo se realiza sobre las arenas de declive manso y aguas templadas de Claromecó, Orense y Reta. Los participantes pueden ubicarse en cualquier punto sobre una extensión de casi 40 kilómetros de costas que pertenecen al partido de Tres Arroyos. “Estamos satisfechos por el resultado de esta edición. Había muchas dudas sobre el precio de la caña, la respuesta de la gente en medio de la incertidumbre económica y –como siempre- las condiciones climáticas. Pero otra vez fue todo un éxito”, comentó orgulloso Pablo Goizueta, presidente del Club de Cazadores.
El encuentro de pescadores aficionados, profesionales y hasta improvisados que se animan, representa uno de los eventos deportivos más relevantes en la zona. Se realiza en forma consecutiva desde 1962 y sólo se suspendió por la pandemia de Covid. Llegó a convocar –sobre finales de la década del 80- 6.802 personas. Los primeros audaces que compitieron fueron apenas 58.