Visita a la laguna Cuero de Zorro: “El que quiere pescado que se moje”

Integrantes de Cocodrilo Fishing Team volvieron a elegir la laguna de Trenque Lauquen. Tras una apasionante jornada, y pese a la intensa lluvia, lograron más de 30 pejerreyes.

Por Luis Ventimiglia - Cocodrilo Fishing Team

Este sábado por la noche viajamos hacia la laguna Cuero de Zorro en Trenque Lauquen, allí nos esperaba nuestro amigo el guía Matías Pinto (contacto 2954680541) con quien haríamos el domingo a la mañana una nota relevamiento de esa laguna, luego de compartir un espectacular asado junto a él y otros guías y amigos.

Luego de un buen descanso amanecimos con muchísimas ganas, bien temprano, desayunamos y cargamos nuestros equipos en el comodísimo trucker de Matías.

Matías es de esos conocedores del lugar y muy intuitivo a la hora de pescar, y con quien es seguro que vas a pescar pues conoce dónde y porqué va a estar el pescado en ese sector de la laguna elegido.

Sabíamos que si usábamos paternoste se lograba la cuota muy fácil, pero ni a él ni a nosotros nos gusta esa modalidad, la haríamos solo si no lográbamos hacerlo comer a flote, así que nos llevó a la primera costa elegida y anclado muy sigilosamente en lo bajo comenzamos a pescar.

Las bajadas por la pesca que realizaron el día anterior las pusimos a 60 cm. de profundidad, encarnamos al comienzo de esta pesca con mojarra viva, no pasaron ni 10 minutos que teníamos nuestras líneas en el agua y el primer pique, un muy vital pejerrey, muy peleador y bien alimentado.

Así en la primera hora de pesca fuimos sacando un pejerrey tras otro de 28 a 30 cm., que en una pesca normal es un buen tamaño, pero Matías no estaba conforme, no era ese pescado el que él quería mostrar, así que nos dice `levanten que vamos a movernos´.

En ese momento de la mañana habíamos logrado unos 30 pescados y luego de ello durante las próximas 3 horas del día probamos en 2 diferentes bajos más, logrando en cada uno de ellos 5 o 6 pejerreyes mas lindos de unos 300 gramos, pero luego de esos piques iniciales volvían los chiquitos y nos obligaban a corrernos.

Serían las 14:30 y con una tormenta que acechaba y que según el pronóstico iba a ser corta y de mucha intensidad, nuestro amigo nos sugiere hacer un último intento para encontrar lo que estábamos buscando.

Y nos fuimos, navegando hacia donde venía la tormenta, como desafiándola. Llegamos al bajo, con la caña empujando para no hacer ruido con el motor, anclamos sin hacer ningún tipo de ruido, y cuando la primera línea cayó al agua, comenzó a llover y casi en el mismo instante un pique que hizo una explosión en el agua calma, un pejerrey hermoso como los que habíamos ido a buscar. La hora siguiente fue como un sueño del que no querés despertar: pique en una, dos y tres cañas a la vez, pescados que explotaban el agua y la molesta lluvia que apenas nos dejaba ver las boyas.

Cada 6 o 7 pescados y cuando el pique mermaba un poco, levantábamos el ancla mirábamos hacia donde se había movido el cardumen y nos movíamos unos 25 o 30 metros para anclar junto a él y seguir disfrutando esto que no se da muchas veces.

En ese momento los pejerreyes tomaban lo que les tiraras de carnada, mojarras, filet de dentudo o de pejerrey de igual manera.

Luego de media hora paró la lluvia y todos mojados seguimos pescando en este tremendo lugar con el mismo resultado, hasta que a las 15:30, con la cuota hecha de un pescado promedio de 370 gramos, dimos por finalizada la pesca.

Como dice el título y el refrán, el que quiere pescado que se moje.

Nos tomamos luego una horita en el agua mas para sacarnos fotos para la nota, para hacer el video de cierre para nuestro canal de YouTube y acomodar los equipos y ponernos ropa seca, luego volvimos al pesquero más que satisfechos porque en este espejo y con este guía es difícil no tener una jornada espectacular.

Luego de acomodar todo en nuestro móvil, emprendimos el regreso hacia Chacabuco.
Pedimos como siempre respetar medidas, cantidades y vedas de cada especie, y por supuesto los invitamos a dejar limpios los lugares que visitan, tratando de preservar estos lugares y lograr así que en un futuro nuestros hijos y nietos puedan disfrutar tanto como nosotros de esta pasión.

Hasta dentro de 10 días con otro relevamiento, abrazo pescador.