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13-04-2024

"Lo resumo en dos conceptos: aberración y falta de control"

Así se refirió Marcelo Latorre, ex concejal y ambientalista, al criadero de gallos de riña en La Máxima. “Es la prueba más fehaciente de la falta de control y olvido de las últimas gestiones municipales”.


Por Marcelo Latorre (*)
 

La introducción de estos 18 gallos de riña en el Bioparque La Máxima es aberrante. Esto sin duda tiene que ver con una desidia que viene desde hace mucho tiempo en La Máxima, ya sea en el gobierno de José Eseverri, después en el gobierno de Ezequiel Galli.
 

Han pasado muchos directores. Recuerdo cuando estuvo Pablo Ormazábal, Omar Iturregui, Sandra Botassi y siempre los mismos problemas de robos, introducción de animales que no correspondían. Alteraciones y falta de manejo de gente que conoce del tema.
 

La Máxima tiene que ser parte de un programa de conservación de especies, sobre todo autóctonas, porque la gran mayoría de fauna exótica fue sacada de lugar.
 

En La Máxima se llevaban a cabo programas educativos, sobre todo de sensibilización ambiental, paisajísticos vinculados con la naturaleza y la biodiversidad, ya sea de flora como de fauna, que puede funcionar como una combinación de un jardín zoológico y botánico y hasta funciona un acuario.
 

También integra el predio el Museo de Ciencias, con su costado antropológico, petrografía.
 

En síntesis, allí los vecinos pueden entrar en contacto con la naturaleza y conocer numerosas especies de animales y plantas, y aprender sobre la plantación y preservación de la diversidad biológica.
 

Uno recuerda proyectos de reserva forestal, cuando ocupé una banca en el Concejo Deliberante, acciones para la prevención y mantenimiento de un predio de 20 hectáreas que está adyacente y es un basural infernal.


Marcelo Latorre.
 

Se pensó en un lugar para hacer safaris fotográficos para avistaje de aves y sobre todo con la posibilidad de concretar un vivero no sólo para entregar plantines a la parte urbana, sino para mitigar los efectos de la contaminación muy importante que viene permanentemente de la zona canteril.
 

Cómo no mencionar el proyecto de conservación del cóndor andino, los esfuerzos para la reintroducción de especies autóctonas, curarlas y contenerlas hasta que las devuelvan a su hábitat natural.
 

Esto de los gallos es la prueba más fehaciente de la falta de control y olvido en La Máxima por las últimas gestiones municipales. Tampoco conozco el plan que tiene el actual intendente para continuar o no con un proyecto para La Máxima.
 

En el Bioparque se va muchísimo dinero en alimento, en empleados. Es un lugar muy estratégico porque ninguno de los partidos de la Provincia de Buenos Aires en la zona centro tiene algo parecido a La Máxima.
 

A esto hay que mejorarlo, respetar el proyecto para declararlo reserva urbana natural e invertir en el mejoramiento de las instalaciones.
 

También es muy valiosa esta intención de recrear un ecosistema artificial, pero no se puede poner cualquier cosa en La Máxima y sin el control de la misma gente que tiene la gestión del lugar.
 

Todavía da vueltas por mi cabeza que durante el recital del Indio Solari nadie dio explicaciones sobre la cantidad de acampantes que tuvo un lugar que es un santuario natural, así como el robo permanente de las parrillas, la falta de higiene de los baños.
 

Hay un clima de olvido sobre La Máxima y acá seguramente ha involucrados en la parte administrativa con pícaros que están haciendo negocios con los gallos de riña.
 

Hay mucha gente que está sabiendo quiénes son y no vamos a dar nombres porque son los mismos de siempre. De eso se encargarán las denuncias y las investigaciones en tal sentido.

 

(*) Ex concejal y ambientalista.

 

 


 

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