14-04-2024
A diferencia de varias décadas atrás, todas las sonrisas pueden tener una mejoría estética. “Hoy decimos que no hay edad, sí hay bocas” resumió la doctora Carla Veneciano.
Hasta hace algunas décadas lucir esas sonrisas metálicas que denotaban la voluntad de ordenar una dentadura que no había salido bien de fábrica se consideraba una posibilidad exclusiva para niños y adolescentes hasta una cierta edad.
“Antes había como un mito acerca de las edades. Que la gente adulta no podía ponerse los aparatos, que solamente se podía trabajar en chiquitos. Hoy en día eso está totalmente desmitificado” analizó la doctora Carla Veneciano, especialista en ortodoncia y ortopedia de los maxilares.
Los tiempos han cambiado, la odontología ha evolucionado y ahora el recurso no reconoce edad. Sólo una condición pronunció la doctora Veneciano: “Hoy decimos que no hay edad, sí hay bocas”.
“No hay edad para colocar ortodoncia y trabajar sobre la alineación de los dientes. Sí hay bocas aptas y bocas no aptas, pero eso aplica a cualquier edad. Eso puede suceder que haya bocas no aptas tanto en jóvenes como en adultos” añadió.
La definición de “bocas aptas” refiere a “tiene que haber condiciones básicas para que uno pueda poner brackets. Tiene que ser una boca en buen estado, las encías tienen que estar sanas, no tiene que haber caries, ni ningún tipo de infección. Tiene que ser una boca cuidada” puntualizó Carla.
“También requiere de otros cuidados que respetar en el transcurso del tratamiento, como por ejemplo una higiene espectacular. Si no se consigue ese tratamiento tampoco se puede seguir. Hay condiciones que deben estar dadas para un buen tratamiento de ortodoncia” alertó.
Su universo de pacientes es heterogéneo y tal a contramano de la tradición: “Tengo de todas las edades, pero tengo más gente adulta que chicos”.
“El adulto pide de todo; es como que postergó eso toda su vida y cuando llegan al consultorio lo que me piden es ‘que estén derechos y quiero verme bien’. En realidad, lo que pasa es algo que le molestó siempre y anteriormente la ortodoncia era para gente que tenía plata. Hoy está un poco más accesible, nosotros ofrecemos algún tipo de financiación, entonces la gente lo puede hacer” reveló.
El espectro de pacientes que se sientan en su sillón comienza en la niñez y sobrepasa los 60 años “cuyas bocas están joya y sólo tenemos que trabajar en la posición”.
“Obviamente cuanto más grande se trabaja de forma con mucha más precaución y de forma mucho más lenta que en alguien joven, pero se trabaja de la misma manera” añadió.
El miedo y los niños eran habituales compañeros al traspasar la puerta del consultorio odontológico. “Por lo menos los chicos que yo recibo se adaptan enseguida; no les molesta, ni les duele”.
“Mi experiencia con los niños es muy buena, aunque me gusta más trabajar con adultos, pero los chicos que tengo son fantásticos. Eso sí, me hacen renegar con la higiene dental, pero se la bancan” destacó.
Por más “revirados” que estén los dientes, todas las sonrisas de grandes y chicos se pueden mejorar. “Se puede arreglar todo. Hay ‘apiñamientos’ leves, moderados y severos. Todo tiene arreglo” subrayó.
“Obviamente hay distintas técnicas y uno tiene que encarar los tratamientos de distintas maneras. A veces hay que hacer extracciones para poder generar espacios, a veces no hace falta, según el tipo de apiñamiento que tenga esa persona” dijo.
Como toda ciencia aplicada a la salud, ha evolucionado con el correr de los años. Métodos que antes se utilizaban se dejaron de hacer y aparecieron innovaciones.
“No sé si cambió tanto la técnica, sí que hoy se perfecciona mucho más. Hay muchos niveles de postgrado, pero yo creo que el secreto está en el diagnóstico y en el plan de tratamiento” opinó.
“Cambió la odontología en general. Antes no se luchaba por salvar la muela; la sacaban y ya. En ortodoncia pasa lo mismo: ponían los brackets y después vemos cómo vienen. Hoy se hace un diagnóstico, se pide un estudio, se hace un plan de tratamiento” valoró la doctora Veneciano.
“Creo que el perfeccionamiento profesional ha sido clave. Antes el odontólogo hacía absolutamente todo, hoy se especializa mucho y esto también ayudó a que tanto la rama de la ortodoncia o la que sea estén bien representadas” enfatizó.
Carla se especializó en ortodoncia, lo que representó 6 años más luego de haber obtenido el título de grado. “Capaz que, si me pongo a hacer un conducto, no tengo la mano para hacerlo. Eso se lo dejo para quien estudió realmente endodoncia” manifestó.
No es una condición que estén todas las piezas dentarias. “Pueden faltar piezas y esos espacios de las piezas faltantes inclusive si la ortodoncia me lo permite se pueden cerrar. De lo contrario el espacio se deja y cuando se termina la ortodoncia se rehabilita con un implante, con una prótesis o con lo que corresponda” explicó.
“Los brackets se colocan de entrada en la primera sesión, por supuesto luego del diagnóstico, los estudios y todo lo que sea necesario. Esos brackets quedan pegados por el resto del tratamiento, a no ser que se necesite reformular la posición de un diente, entonces hay que cambiar la posición del bracket. Pero es en específico en algún diente, no es que se saca todo” aseveró Carla.
Lo que se sacan son las ligaduras que vienen en alambres o en formas de gomitas, los arcos que pasan por todos los brackets.
En cuanto al dolor que sobrelleva el tratamiento, es un dato muy subjetivo. “Es algo personal. Me lo preguntan mucho los pacientes. Tengo pacientes que no les molesta nada y me dicen ‘ni me enteré’ y tengo pacientes que sufren un poco más. Depende del umbral del dolor de cada uno” planteó la doctora Veneciano.
“Pueden ser molestos porque es algo nuevo en la boca. Se trata de una adaptación. Hay gente que se adapta más rápido y gente a la que le cuesta un poco más” identificó.
En cuanto al tiempo del tratamiento, Carla entregó datos precisos: “Yo siempre estimo un mínimo. Antes del año y medio no suelo sacarlo, porque cuando uno mueve el diente ese diente debe quedarse en su lugar. Si lo saco apurada ese diente va a tender a moverse. Después, de ese mínimo uno puede estimar según la boca y según el caso cuánto tiempo puede llevar”.