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28-04-2024

Laguna Sauce Grande, mucho pejerrey de muy buen tamaño

Cocodrilo Fishing Team estuvo en Monte Hermoso para visitar la laguna más austral de la provincia de Buenos Aires. La crónica de Luis Ventimiglia sobre una jornada más que positiva.


Por Luis O. Ventimiglia - Cocodrilo Fishing Team


Días atrás nos dirigimos a Monte Hermoso, con el propósito de visitar la laguna más austral de la provincia de Buenos Aires. En lo que a la pesca del pejerrey se refiere, con la premisa de mantener la vara alta que habíamos logrado en la nota de hace dos semanas a la salada de Madariaga.


Llegamos a la casa de Lisandro Kappes (contacto 2915082004), uno de los amigos que nos dio la pesca, quien es sin dudas el número uno guiando en el espejo que visitaríamos al día siguiente. Luego de acomodarnos y de cenar entre amigos, nos acostamos para descansar en las cómodas cabañas que tiene para recibir a los pescadores.


Amanecimos temprano, con muy poco viento, y nos dirigimos luego de desayunar hacia la laguna, donde abordaríamos su inmenso semirrígido de 8,60 metros los 6 pescadores que íbamos a ser parte de la jornada: los 4 integrantes del cocodrilo (Raúl Barrera, Carlos Sosa, Pablo Porcel de Peralta y yo) más Lisandro y Roberto, un juvenil amigo de 14 años (vecino del guía) que nunca había pescado pejerrey embarcado.


Luego de hacer el rol de embarcación, subimos a la misma y nos dirigimos hacia el lugar elegido para iniciar la pesca por licha en el fondo de la laguna.
 

Largamos sigilosamente las anclas en un lugar donde se veían borbollones por doquier y sin hacer demasiado ruido para no espantar el cardumen, armamos nuestros equipos, encarnamos y tiramos las cañas al agua.


Casi instantáneamente comenzó el pique, con líneas de 3 boyas, con brazoladas de 20 a 35 centímetros (en ese rango tomaban bien indistintamente) anzuelos encarnados con mojarras vivas o tosqueritos vivos (aunque después de pescar algunos dientudos que salían mezclados entre los pejerreyes, los fileteamos y rindió de igual manera).


Cada pejerrey que clavamos era un festival, estábamos a 60 cm. de profundidad lo que provocaba una gran explosión con una corrida y pelea a gran velocidad hacia los costados (tal es así que varias veces se enredaban con la línea del pescador que estaba sentado al lado del que tenía el pique).


Era un día soñado, casi sin viento y pejerreyes de 300 a 400 gramos que peleaban de forma muy vigorosa, hasta que Lisandro nos dice `levanten, vamos a corrernos´. Nosotros lo mirábamos con ganas de pelearlo pues estábamos satisfechos con el pescado que salía, no había chicos, todos muy parejos, pero siempre decimos que hay que hacerle caso a los guías, ellos saben de lo que hablan, están todos los días en ese espejo y lo conocen mejor que nadie, así que sin chistar obedecimos.


Mientras navegábamos muy despacio hacia los juncos nos dice `cuando entremos al claro no se muevan para no desbalancear la embarcación´ y que esto provocara encallar la misma y sobre todo pidió no hacer golpes en el piso de la embarcación para no espantar al pescado.


Al llegar al claro detuvo el motor y comenzó cual gondolero con una caña a adentrarnos al inmenso espacio entre los juncos, habría como máximo 30 centímetros de agua, tal es así que por momentos parecía que íbamos a quedarnos pero no, logró acomodar la embarcación para que, pese al el poco viento que había, pudiéramos todos pescar y tiró muy silenciosamente las anclas.


El agua parecía que hervía, eran pescados, muchísimos, grandes, impresionante, caían las boyas y realizaban piques suaves, había que dejarlos comer un rato exagerado para clavarlos, si no se escapaban y al clavarlos esa pelea tremenda de pescado enojado y muy vigoroso, en este lugar los portes eran desde 400 a 600 gramos, mucho pique hizo que muy rápidamente nos acercáramos a la cuota.


Era muy lindo ver la cara de felicidad de Robertito pescando sus primeros pejerreyes y debutar luchando con semejante calidad de pescado y encima lograr muchas piezas.


Habíamos comenzado a pescar a las 10 de la mañana y a eso de las 13 horas alcanzamos la cuota y levantamo. Habían sido unas tres horas intensas de pique en una laguna que sorprende por cantidad y calidad de pescado.


Fotos con los pescados, nota de rigor con Lisandro para el cierre del video de nuestro canal de YouTube y luego de acomodar los equipos navegamos hacia el muelle para terminar nuestra jornada corta de pesca.


En resumen, mantuvimos la vara alta que habíamos ido a buscar y disfrutamos otra jornada de esta pasión con amigos pudiendo hacer un informe completo para quienes seguramente asistirán después de ver el video a este espejo a pescar.


Como en cada nota que escribimos, les pedimos que sean conscientes que tenemos que cumplir lo que la ley rige en medidas, cuotas y vedas de cada especie para aportar nuestro grano de arena para que en un futuro nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de esta pasión tal como lo hacemos nosotros hoy en día. Y, por supuesto, dejar limpios todos los lugares a los que concurrimos, no cuesta nada en una bolsa llevarse toda la basura que hacemos en nuestra jornada de pesca.

 

Hasta dentro de 10 días con otro relevamiento, abrazo pescador.

 

 


 

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