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06-05-2024

Al rescate de la salud en la tierra ancestral

El doctor Carlos Prego está instalado en Leonforte, comuna del centro de Sicilia que atraviesa por una grave crisis sanitaria, convocado por una ONG que comanda la bisnieta del “Che” Guevara.

La llanura interminable dio paso a un horizonte cercano recortado por la silueta de los cerros; las calles amplísimas a senderos poco más anchos que las veredas de Olavarría, donde los autos pasan si a los vecinos no se les ocurre asomarse a la puerta y la fumata intimidante del volcán Etna no tan lejos ocupa en el día a día del doctor Carlos Prego en el espacio de las chimeneas de las fábricas de cemento.


Con una trayectoria y un prestigio ganado a lo largo de cuatro décadas como médico y docente, Prego dejó a comienzos de 2024 Olavarría para instalarse en Leonforte, un pueblo de unos 15 mil habitantes, ubicado en el centro de la isla de Sicilia, al que le cabe las generales de la ley de la grave crisis en el sistema sanitario de Italia.


“Vine a Sicilia el 26 de enero para acceder a un trabajo acá en Leonforte para completar el plantel médico de un hospital que está despoblado. En el transcurso de estos días la verdad que me ido haciendo parte de una lucha de la gente del lugar por recuperar su centro de salud” sintetizó en el principio de la charla, del otro lado de la videollamada, el doctor Prego.


La recepción del pueblo, destacó Carlos, fue como se recibe a un hijo de aquella tierra, como tantos que habitan por estos lares y en particular en Olavarría.


“Siento que me acogieron como a un hermano o hijo de esta tierra, que en realidad también lo soy. La comunidad, en todos los lugares donde circulo, sea en la calle, en un supermercado, en los negocios, todos me saludan, ya me conocen a través de las redes sociales y de los comentarios que se van haciendo en estos pueblos” reveló.


“Nosotros habíamos venido de paseo varias veces y la sensación siempre es la misma. Todo resuena, desde los modos de hablar, los gestos, las actitudes. Eso tan italiano, esa capacidad de ‘accoglienza’ (hospitalidad) que enseguida abre las puertas, invitan a comer, nos juntamos a tomar un café” mencionó.


“Al punto en mi caso que un referente de la comunidad, el señor Alfredo Vasta, un líder del movimiento comunitario en apoyo al restablecimiento del hospital me recibió en su casa. Yo estuve viviendo con su familia 15 días, hasta que pude alquilar un departamento. Obviamente no me dejó pagar nada” agradeció Carlos.


La decisión de dejar Olavarría no le resultó difícil de explicar: “Me debo remitir a mi infancia de 5, 6, 7 años. Recuerdo claramente las vivencias con mi abuelo italiano, que me contaba y me repetía todos los días su Italia y eso evidentemente ha quedado grabado en mí, como su trabajo en la quinta, su fábrica de juguetes para mí y para mi hermano”.


Latente ese pasado, no tardó en despertarse. “La vida me llevó a estudiar, a ejercer la profesión, a formar una familia. Hemos tenido 5 hijos con mi esposa. En la primera etapa de la vida uno está a pleno con eso y ahora estamos con mi esposa en otra etapa de la vida” confesó Carlos.


“Los hijos están más o menos encaminados y nos hemos sentido con menos carga y empiezan a hacerse lugar estos viejos anhelos. Más alguna cuota de locura que uno le pone para ir adelante con estos proyectos. Un sueño, un anhelo, un deseo de poder trabajar como médico en Italia, un país de primer mundo y retornando a la tierra de mis abuelos” añadió.


No se trató de una decisión traumática. “La tomamos en conjunto con la familia. Lo hablé con mi esposa, porque en primera instancia vine solo, lo charlamos con los chicos. Fue una decisión consensuada. Uno de mis hijos ya había estado trabajando acá, había hecho buenas conexiones y desde ese punto de vista difícil no resultó” contó.


El contacto del doctor Prego con el pueblo Leonforte se produjo a través de la consultora CACCIPIT, que tiene como líder a Erika Moscatello y su esposo Javier Raviculé.
En el árbol genealógico de Erika hay un dato para nada irrelevante: es bisnieta de Ernesto “Che” Guevara.


“Me pareció algo interesante con la profesión de Ernesto Guevara, que era médico, y después su interés por lo social como está bien reflejado en la película ‘Un diario en motocicleta’, donde comienza a ver los males de salud eran más derivados de las condiciones sociales y de trabajo de la gente que de los microbios” planteó Carlos.


Esta gerenciadora contacta médicos ítalo - argentinos para que puedan trabajar en Italia y particularmente en Sicilia: “A través de la Universidad conocí que esta gerenciadora hizo un convenio directo entre la Universidad de Rosario y otros municipios para facilitar el acceso de médicos ítalo - argentinos a trabajar directamente en Mussomelli y eso se fue amplificando”.


“Como yo también pertenezco a la Facultad de Ciencias de Salud de la Unicen estamos tratando de ver la posibilidad de hacer un convenio similar al de la Universidad de Rosario para que médicos ítalo - argentinos puedan trabajar libremente en Sicilia o en Italia, obviamente con todos los requisitos, como la homologación del título y demás” adelantó el doctor Prego.


“Veo la italianidad cada vez más fuerte en los descendientes de aquellos inmigrantes que llegaron a la Argentina en el siglo pasado. Por ejemplo, esta ciudad Leonforte está hermanada con Paraná por la gran cantidad de emigrantes que se instalaron en Entre Ríos. De hecho, acá hay una calle que se llama Vía Paraná y eso también es muy lindo” apuntó el doctor Prego.


 La crisis no es cuento


El afincamiento de médicos argentinos en Italia y en Sicilia en particular ha sido explicado desde lo que en Europa se manifiesta como la peor crisis sanitaria del siglo en la península.
En estos pocos meses el doctor Carlos Prego pudo constatar que no se trata de un slogan alarmista, ni mucho menos. “Tiene que ver con Italia en general” dijo.


“No puedo evaluar las políticas sanitarias, pero uno puede observar lo que está ocurriendo. En este pueblo uno se pone a hablar con la gente y dicen que si tienen una apendicitis, que es una cosa habitual y simple, se tienen que ir a otra ciudad a operar porque no hay cirujano que los opere” señaló.


“Días pasados me tocó trasladar a un chico de 13 años con una crisis asmática. Se le dieron los primeros auxilios, pero después lo tuve que transportar a otro pueblo porque en Leonforte no hay pediatría y esto se repite en varios lugares de Italia” indicó.


“Evidentemente algo está ocurriendo” especuló Carlos.


“Si la gente no tiene la atención de salud que debe tener y estamos en un país democrático, que votó sus autoridades para que soluciones los problemas comunes a la población y esos problemas no están resueltos la falla de los funcionarios está”, subrayó.


No lo diferenció de lo que ocurre en la Argentina. “Por ahí los médicos se concentran en las grandes ciudades, donde tienen mayores posibilidades económicas y de formación y hay sitios de nuestro país que también están despoblados de médicos. Hay sobrados ejemplos de eso, incluso en la provincia de Buenos Aires” parangonó.


Al sistema de salud italiano no le faltan recursos, ni planificación. En los hechos Carlos trabaja en un hospital modelo, inaugurado hace menos de una década y con todos los adelantos tecnológicos aplicados a la medicina.


“El modelo de prevención es similar al de la Argentina. Las vacunas, los programas para el hombre, para la mujer. Hay ahora una cuestión emergente de un cierto recelo a las vacunas a partir del coronavirus. Lo que tiene que estar, está” valoró.


“Acá en Leonforte no hay profesionales de la salud: cirujanos, pediatras, no hay gineco - obstetricia: una mujer que tiene que dar a luz debe ir a otra ciudad y esos son resultados de decisiones en lo sanitario que no han sido acertadas y agrego que no falta el recurso económico” remarcó.


Carlos sumó que “no falta dinero para pagar a los médicos. De hecho yo estoy cobrando, no vengo gratis, pero evidentemente hay otros factores que conspiran en este sentido”.



Los gustos de uno de los “oriundi”



Hay una vida sin guardapolvo blanco ni estetoscopio del doctor Carlos Prego en Leonforte. “Por el mar no he andado todavía, pero es fascinante la geografía, el terreno de montaña que rodea a todo el pueblo” dibujó con sus palabras.


“Es una visión distinta a la que no estamos acostumbrados. Nosotros tenemos la llanura en los ojos y las ciudades son dameros. Acá es inconcebible que uno no viva en una calle de 3 metros de ancho, sin vereda. Los autos pasan y si abrimos la puerta de la casa se la choca el auto” describió.


De visita a un pueblo vecino con su hijo, que se llama Assoro, contó Carlos que “sus calles son de aquella época, que se circulaba a pie o a caballo, muy angostitas y hoy andan autos que apenas pasan. Es muy pintoresco todo”.


Describió su recorrida de una campaña totalmente “diversa”, acostumbrado a esta Olavarría con muchas vacas, soja, trigo, girasol u otros cereales.


“Acá está lleno de olivos, duraznos y almendros. Hay algo de trigo y de maíz, pero muy poco. Uno no estaba acostumbrado a ver, por lo menos en la provincia de Buenos Aires” recordó.


Salir a la calle, recorrer unos pocos kilómetros y observar la “fumata” del Etna dejó de ser una curiosidad para el doctor Carlos Prego en Leonforte, ubicada en una provincia que lleva el nombre del mítico volcán.


“Uno se aleja tres o cuatro kilómetros y el Etna a la distancia domina todo el paisaje. He preguntado si les provoca miedo. Nosotros acá estamos a 60 kilómetros y nunca hubo un movimiento sísmico ni nada similar. Está muy bien explotado turísticamente ", ponderó.


Recordó una visita años atrás al volcán con su esposa. “Subimos hasta los cráteres y es muy bonito para recorrerlo, sobre todo los cráteres secundarios” recomendó.


El vínculo del doctor Carlos Prego con Leonforte es hasta diciembre de 2025. De allí en más todo es posible.


“Después de ahí no sé. Vino mi hijo, en julio viene mi esposa de vacaciones, después ella se jubila en la Argentina, así que en 2025 va a venir acá y cuando llegue diciembre diré. Ahora el panorama está abierto. No cierro ninguna posibilidad” adelantó.


Mientras tanto seguirá la labor de insertarse en la dinámica de trabajo del Hospital y de una comunidad de la que ya se siente parte, con algunos ajustes en el idioma.


“Yo hablo el italiano bien, pero acá mucha gente no lo habla, sino que habla el dialecto siciliano así que me estoy entrenando en eso. No es fácil, pero se puede” aseguró.


La atmósfera ayuda: “Los colegas me han recibido muy bien, los enfermeros y todo el personal de sanidad me tratan muy bien. Trabajamos en equipo y en esta primera etapa me estoy asentando en eso”.


Siciliano en la Argentina, argentino en Sicilia los desafíos en materia de salud del pueblo de Leonforte a cuatro meses de su llegada son sus compromisos.


“Me siento parte de este desafío de reflotar el hospital. Está previsto que lleguen dos médicos más desde la Argentina, así que seguramente me voy a convertir en su instructor, porque es natural que así ocurra y trataremos de darle otra dinámica al hospital y mejorar las condiciones de la salud acá” proyectó en el corto plazo.




 

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