17-05-2024
La entidad funciona desde este mes en calle 25 de Mayo 1127 y asiste a 50 familias con alimentos e indumentaria. Convocan a la comunidad a sumarse con donaciones para poder sostener la ayuda.
“Cuando entré hace un año, alcanzábamos a 12 familias, para fin de año eran 30 y ahora son 50”, dice Ivana Salvaneschi, voluntaria de Cáritas San Vicente en diálogo con Verte. Reconoce que no pueden anotar a más familias porque no tendrían recursos suficientes para llegar a todas de manera permanente.
En la charla están presentes además, Mónica Rossini y Viviana Etchevehere, dos voluntarias del grupo más amplio que oscila entre 8 y 10 personas. Cuentan que la iniciativa de Cáritas San Vicente comenzó a crecer en la época de la pandemia, con el objetivo de asistir con ropa y alimentos a familias de la ciudad.
En la misma sede del Colegio Estrada se dispuso el SUM para guardar las prendas y los bolsones de alimentos que luego se entregaban. “Después de mucho soñar con el lugar propio, lo conseguimos gracias a la generosidad de la Sociedad de Fomento Dámaso Arce”, señala Mónica.
La sede está ubicada en 25 de mayo 1127 y luego del acuerdo con la institución, pudieron mudarse e instalarse en dos semanas. La inauguración fue el jueves 8 de mayo, con la presencia de Juan Severio, cura párroco de San Vicente, e integrantes de la comunidad.
“Al principio de esta historia recibíamos ropa y la llevábamos a las otras Cáritas para que la entregasen. Eso fue con el padre Andrés y luego con el padre Estanislao” cuenta Ivana. “En los últimos meses, el padre Juan hizo una convocatoria para todas las pastorales, entre ellas Cáritas. Fuimos a una reunión, me sumé y así se van agregando más voluntarios”, repasa Mónica. Por su parte, Viviana cuenta que ya participa del grupo de apoyo a los cenáculos que impulsa la parroquia San Vicente y de allí decidió también sumarse a Cáritas.
Ivana hace un repaso de los últimos meses y da un panorama muy preciso de la realidad que se vive en Olavarría ya que en un año se cuadriplicó la ayuda que brindan, de 12 familias a 50.
Las voluntarias cuentan que realizan distintas actividades para generar recursos. Este sábado habrá feria de ropa y calzado desde las 15. En otras oportunidades, venden plantas y artesanías.
En este punto advierten que hasta que no surja algo más para generar dinero no podrán aumentar la cantidad de familias asistidas. Cuentan que se está armando una red de socios, que apoyan mediante dinero en efectivo que luego se utiliza para las compras de alimentos.
Explicaron que tomaron contacto con funcionarios del Municipio para evaluar la posibilidad de recibir ayuda del estado local, como es en el caso de otras Cáritas de la ciudad y las localidades. Aunque, hasta el momento, se resuelve todo con iniciativa privada y donaciones puntuales.
La asistencia para las familias con alimentos es de manera mensual, mediante un bolsón con 10 productos. La ropa se entrega varias veces al año.
Las voluntarias puntualizaron además que las entregas se realizan mediante un registro, se llevan planillas y se arma la logística para poder conectar a quien dona y quien espera. Además, cada familia tiene una especie de carnet para estar mejor organizados.
Un lugar de encuentro
¿Qué otros proyectos tienen? “Un grupo está realizando la capacitación “Dale” que brinda Cáritas, con el objetivo de formar alfabetizadores de adultos. Después será la oportunidad de ver quienes se anotarían”, cuenta Mónica.
También darán catequesis familiar y tienen el propósito de sumar talleres de electricidad, huerta, tejido y primeros auxilios.
“Buscamos darle la oportunidad para que todos se pueda insertar y que Cáritas no sea solo el lugar para venir a buscar el alimento sino que vean que pueden tener herramientas para integrarse a la sociedad”, detalla Ivana.
Para un futuro no lejano sueñan con más proyectos, como podría ser el apoyo escolar, y una biblioteca con títulos infantiles. “Y estamos abiertos a que lleguen más voluntarios y se puedan hacer otras actividades”, dicen esperanzadas.
Destacan además que mucho de lo que hacen es a través de una red de instituciones. Trabajan en red con “Grávidas” y “Cigüeñas solidarias”, de manera que toda la ropa de bebé que reciben, lo canalizan a través suyo. También tomaron contacto con el Banco de Alimentos y a partir de esa relación pueden recibir mercadería para sumar a las donaciones.
Finalmente, están entusiasmadas con la próxima colecta anual de Cáritas que se realizará en junio. Este año, el viernes 7 de junio, los alumnos del secundario del colegio Estrada harán un recorrido por el barrio, al igual que los jóvenes de la comunidad San Vicente recepcionando la ayuda de dinero en efectivo que cada año caracteriza a esta colecta.