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19-05-2024

Más aire libre, menos pantallas

La docente de nivel inicial, especialista en juego y directora “Upa La La”, Daniela Carli, explicó el impacto del “chupete electrónico” en los niños. Un buen comienzo es dedicarle más tiempo a los pequeños.

 

El juego es una de las actividades cotidianas más practicadas por todos los individuos de la sociedad, como una forma de pasar los momentos de ocio y diversión pero que también sirve para aprender a relacionarse en sociedad y estimular los sentidos.


Especialmente en los niños y niñas, desde su primer contacto con el mundo, la familia y la educación, los juegos son utilizados para enseñarles reglas, actividades e incitar habilidades.


El informe clínico de la American Academy of Pediatrics (AAP), "El poder del juego: su función pediátrica para mejorar el desarrollo de los niños pequeños", sostiene que jugar puede mejorar las aptitudes de los infantes para planificar, organizar, llevarse bien con los demás y regular sus emociones como el estrés y la frustración.


En este punto, Daniela Carli, docente de nivel inicial, especialista en juego, colaboradora en el Observatorio de la Niñez y Adolescencia de la Facultad de Ciencias Sociales y directora del Jardín Maternal “Upa La La” explicó que “una de las problemáticas actuales más fuertes es la falta de tiempo por parte de los padres o por actividades extraescolares de los niños que dificultan tener tiempo para estos juegos”.


“No es solamente sentarse a jugar porque sí, tiene que haber una intención de jugar porque está bueno para socializar, y que después ese niño cuando salga a la sociedad pueda tener herramientas para vincularse con otro”, afirmó.


Algunas de las opciones señaladas por la profesional consisten en juegos de imitación de la realidad, como cocinar junto a padres y abuelos para obtener recursos para vincularse con otros.


“Si no se dan esas posibilidades lúdicas es posible que cuando sean grandes les cueste relacionarse”, sostuvo Carli.


 Jugar afuera


Algo que sucede hace muchos años y pareciera instalarse cada vez más en las nuevas generaciones son los juegos electrónicos que reemplazan al aire libre. Las consolas, computadoras, celulares y otros aparatos que tienen la capacidad para jugar con otras personas online desde el hogar son el principal motivo.


“Nosotros antes golpeábamos la puerta de las casas para invitarnos a jugar en el barrio, estábamos en la vereda o la plaza, pero ahora ya no es así”, enfatizó la profesional y agregó: “Esto no solo afecta la capacidad para relacionarse personalmente sino que atrae problemas como el sedentarismo”.


De todos modos, reconoció que “los tiempos son otros” y en el presente rigen personalmente, más temores y en la mayoría de las veces no hay adultos disponibles o dispuestos a acompañarlos.


Asimismo, indicó que exponer a los niños al aire libre y practicar actividades mejorará la salud física y mental. “Estar en contacto con la naturaleza despeja sus mentes de las pantallas atractivas, relaja el cerebro y se van a cansar, lo que ayuda al cuerpo a crecer saludable”, explicó Carli.


Chupete electrónico


El acceso de los niños a la tecnología es cada vez a una edad más prematura, incluso con pocos meses son expuestos a las pantallas con coloridos y llamativos dibujos animados que en algunos casos calman su llanto y los entretienen, una práctica que con el pasar de los años pasó a conocerse como “chupete electrónico”.


“Es mucho más fácil darles un celular o tenerlos frente a una pantalla un montón de horas entretenidos, generando un apego, que estar jugando con ellos desarrollando su intelecto”, criticó la profesional.


La investigación de la AAP indicó que los bebés y niños pasan alrededor de cuatro horas diarias frente a las pantallas. Carli acotó que sus cerebros no están capacitados para procesar la información transmitida por esos equipos “y después nos encontramos con niños que tienen problemas con la dicción, es decir para hablar claramente”.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que ningún infante menor de dos años debería pasar tiempo frente a una pantalla.


Con respecto a niños más grandes, la profesional resaltó que “uso sí, abuso no” al referirse al uso de dispositivos electrónicos y que hoy en día los niños “son muy poco tolerantes a la espera, y si te pide las cosas muchas veces y se las das, eso se agrava”.


También hizo foco en el rol de las instituciones educativas y puntualizó que en los jardines “hay un montón es espacios o escenarios que están preparados con un objetivo lúdico” pero que en cambio, las escuelas primarias “tienen un patio de cemento y cuatro paredes sin nada, y con los docentes pidiendo que no corra, no hagan esto o lo otro. Eso tampoco ayuda a fomentar el juego”.


“Es importante el juego lúdico porque también enseña a respetar normas y reglas”, remarcó y finalizó: “Todo lo que hagan de niños se verá reflejado cuando sean adultos, y en el entretenimiento se aprende mucho sobre cómo funcionar en sociedad”.
 

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