11-06-2024
Luis Ventimiglia, integrante de Cocodrilo Fishing Team, visitó la laguna junto a su hijo y a su nieto. Pese a la niebla y el viento, una jornada más que positiva.
Por Luis O. Ventimiglia - Cocodrilo Fishing Team
El domingo debíamos hacer la nota programada en pesquero La Redonda, en laguna Hinojo grande en Trenque Lauquen, invitados por nuestro amigo el guía Daniel Gasol, pero al consultar el pronóstico extendido para ese día marcaba ráfagas de viento de 50 kilómetros así que decidimos adelantarlo para el día sábado.
El cambio de día hizo que desertaran dos de quienes nos iban a acompañar a relevar el espejo, quedando solo mi hijo Enzo y yo, fue por eso que decidimos llevar a mi nieto Vicente de 8 años, quien ya nos ha acompañado en varias notas, y hacer el relevamiento en familia.
Salimos bien temprano para estar a eso de las 8 de la mañana en el pesquero, tomamos unos mates, hicimos la nota en la proveeduría y a eso de las diez de la mañana cargamos los equipos y con una espesa niebla comenzamos a navegar despacio buscando donde largar el primer garete.
Como no se veía mucho el primer intento fue adivinando el lugar mientras armamos los equipos y comenzamos a pescar.
La laguna estaba casi planchada así que el primer intento sería con la embarcación sin lastre para lograr que se moviera un poquito y así poder lograr el garete.
Por cómo se venían dando los últimos días las brazoladas las preparamos entre 15 y 35 cm. y para comenzar encarnamos con mojarra viva que venden en el mismo pesquero.
Los piques comenzaron a sucederse, muy seguidos, con mucha frecuencia, mucho pejerrey chico, mucho mediano y haciendo las cosas bien se logran también ejemplares grandes.
Fue un placer ver a mi nieto pescar de flote, con una telescópica de 2 metros y una línea muy sutil armada para ese largo de caña, verlo renegar cuando erraba un pique, disfrutar cuando clavaba un peje y seguir inculcándole la devolución de las piezas que no dan la medida, para que siga concientizándose en cuidar este recurso para poder seguir disfrutándolo.
Al mediodía ya teníamos la mitad de la cuota en la embarcación y al despejarse la niebla el guía nos sugirió movernos a un lugar donde habría menos pique, pero los portes mejorarían considerablemente.
Tal cual él nos lo anticipó, comenzaron a picar pescados más lindos, muy peleadores, los cuales tomaban tanto mojarra viva, como filet de dentudo o pejerrey que habíamos preparado en el lugar.
A esta altura el viento que fue creciendo soplaba a unos 30 km. por hora y el pejerrey picaba y picaba, si notamos que con viento la efectividad del clavado es mayor, a laguna planchada el pejerrey toma con mucha más desconfianza el engaño y se malogran muchos piques.
Creo que la felicidad de pescar padre, hijo y nieto es algo que no se compara con nada, el tener tanto pique y disfrutar cada pieza lograda por el pequeño Vicente hizo que mi corazón explotara de alegría y ser quien haya logrado transmitirles tanto a él como a Enzo esta pasión y verlos crecer como pescadores me llena de orgullo.
Por eso el mensaje es: compartí esta pasión con amigos, pero también hace partícipe de ella a tu familia, esos momentos quedan para siempre tanto en nuestra memoria como en la de nuestros ellos.
A las tres de la tarde, luego de haber comido en la embarcación y a pesar de desoír el consejo de nuestro guía amigo que nos decía que a última hora se dan los grandes, pero ya teniendo la cuota a pesar de haber devuelto más de 30 pescados, decidimos hacer la nota de cierre, sacar las fotos para las redes y volver a la costa para emprender el regreso.
Al llegar al embarcadero nos recibió el Chufa, un personaje super querible que está siempre dispuesto a dar una mano para lo que necesiten los pescadores y quien además hace el servicio de fileteo en el lugar.
Descargamos, preparamos todo en el móvil y luego de unos mates salimos de regreso para Chacabuco, finalizando un viaje soñado.
Como en cada nota que escribimos, les pedimos que sean conscientes que tenemos que cumplir lo que la ley rige en medidas, cuotas y vedas de cada especie para aportar nuestro grano de arena para que en un futuro nuestros hijos y nietos puedan disfrutar de esta pasión tal como lo hacemos nosotros hoy en día, y por supuesto dejar limpios todos los lugares a los que concurrimos, no cuesta nada en una bolsa llevarse toda la basura que hagamos en nuestra jornada de pesca.
Hasta dentro de 10 días con otro relevamiento, abrazo pescador.