Noticias

Información General “Si aparece un obstáculo, que siempre vean la manera de seguir”

04-05-2025

“Si aparece un obstáculo, que siempre vean la manera de seguir”

Roxana Ianello vino de visita este fin de semana desde Tigre. Es la única sobreviviente de cáncer de mama ciega en el mundo que puso color rosa en su vida e integra un equipo de bote dragón.

 

Su sonrisa la delata y también la explica.


En todo el tiempo que duró la charla Roxana Ianello pocas veces la borró de su rostro, aún para hablar de los obstáculos más duros que le ha atravesado la vida y que a no pocos hubiese hecho claudicar.


En septiembre pasado decidió incorporarse al grupo Rosas de Plata del Tigre. “Llamé un día y cuando me hicieron la entrevista por teléfono les tenía que decir ‘mirá, yo soy ciega’. Fui, pudimos romper con esa barrera porque el bote dragón tiene el tambor y para mí con eso es suficiente para estar con las paladas de las chicas” reveló.


“Me abrieron las puertas, soy feliz de estar ahí, hago charlas con ellas sobre concientización, participé de encuentros en el Año Nuevo Chino, en una regata en Quilmes” acotó.


“Rosas de Plata son mujeres luchadoras, como todas las de acá, que quieren ayudar tanto a mujeres como a varones que estén pasando por lo mismo. Ellas me contagian alegría, siempre están contentas, juegan, me cargan diciendo ‘mirá la cieguita’, me preguntan sobre la discapacidad, cómo nos movemos, cómo sé dónde están algunas cosas si no las veo y yo les digo por la voz, entonces aprendemos todas de todas” sumó.


“Todas ponemos un granito de arena: la que le gusta competir, la que le gusta bailar, la que le gusta hacer chistes. Es nuestro tercer tiempo, donde la pasamos bien” redondeó.


¿Y arriba del bote qué? “Me encanta. Mi meta era subir al bote y que desde afuera no sepan quién soy. No por esto de decir ‘uy, pobrecita, esta no ve’, sino porque en el bote me siento igual que todas. Voy escuchando mucho lo que va pasando y porque nos entendemos con el sonido del tambor. En el Año Nuevo Chino, cuando me presentaron como la única ciega de todo el mundo, me empezaron a aplaudir y a mí me llenó de alegría cuando otros equipos vinieron, para disfrutar con ellos esa experiencia” contó.


Este fin de semana Roxana estuvo en Olavarría para compartir charlas, risas, confesiones y remadas en el Tapalqué con sus amigas de Ola Rosa.


Ayer, después del agua, el punto de reunión fue en la ribera, sobre la margen izquierda, con muchas tortas, amargos o dulces (faltó la pregunta) y no pocas masas, porque además había un cumpleaños que celebrar.


“Viene por dos cosas importantes: remar con las chicas de Ola Rosa y justo vi que le estaban dando una bici tándem a biciturismo y el viernes me llevaron a recorrer Olavarría” contó Roxana.

 

Sonríe bien grande cuando escucha que para sus amigas de Ola Rosa es un ejemplo por partida doble.


“Siempre digo que no me gusta ser ejemplo. Sé que soy la única ciega sobreviviente de cáncer de mama que rema en un bote dragón y se cree que también lo soy en los 40 países que tienen botes de sobrevivientes de cáncer de mama” respondió.


“Sirve para decirle a una persona que esté pasando por cáncer que se anime, que se ocupe, que no se quede. Lo más importante es el tiempo, no el cáncer. Apurarse a tratarse y si es con alguna discapacidad, los límites los pone uno”, reflexionó.


“Yo siempre vi poquito desde chiquita y siempre hago todo lo que tengo ganas. Soy consciente, por ejemplo, de que no puedo manejar, pero también de un montón de cosas que se pueden hacer” sumó.


Si la fuerza sale de su mente, narró que de modo esporádico recurrió a ayuda profesional. “Sólo una vez fui a un psicólogo, cuando me agarró un ataque de pánico antes de enterarme de que tenía cáncer, porque estaba con muchos problemas en el trabajo y otras cosas. Y yo creo que el estado de ánimo influye mucho en esta patología”.

 


“Es como que me vino a decir ‘pará un poquito, frená, dejá de hacer lo que te hace mal y empezá a hacer lo que te hace bien’. Me gustó una frase que dijo alguien, que tenemos que transformar el ‘por qué a mí’ en el ‘para qué’ y el ‘para qué’ es poder dar una palabra a cualquier persona que lo necesite. Siempre se puede salir; de a poquito se puede salir” enfatizó Roxana, rodeada durante toda la charla de sus amigas de Ola Rosa.


El razonamiento fue justo antes de la pregunta de si en algún momento llegó esa pregunta acerca de por qué la vida le había atravesado obstáculos tan duros.


“De la nada me apareció el cáncer de mama, sin antecedentes familiares, ni nada. Cuando vieron la ecografía y me dijeron ‘tenés un nodulito, si es bueno se va a quedar y si es malo se saca’, ahí arrancamos. Empecé a hacer todo el tratamiento -recordó- y después entendí que ese cáncer da otra oportunidad para aprender y para seguir”.


Ahí apareció la mención a la importancia del entorno: “En su momento se viene la noche. Yo tengo dos hijas que eran más chicas y nos preguntábamos ‘cómo hacemos’, ‘qué les decimos’ y con el apoyo de la familia salimos. Yo creo que las cosas que se nos aparecen son porque las vamos a poder sortear. Tenemos que encontrar cómo”.


Con tantas reflexiones, con tanta profundidad en sus palabras, un mensaje final no hubiese hecho falta, pero Roxana igual lo regaló para coronar la charla: “Todo el que esté pasando por un cáncer, que no se quede esperando, que no tenga miedo. El tiempo es fundamental. Que se ocupe, que cuanto antes lo agarre es mejor y como dijo un médico, no hay que decir ‘no voy al médico porque algo me va a encontrar’. Cuando más rápido lo encuentre mejor y con respecto a la vida en sí, que hagan lo que los hace felices y si aparece un obstáculo, que siempre vean la manera de seguir”.

Dejanos tu comentario

Más Noticias

Nuestras redes sociales

Programas
Verte +