04-05-2025
John Jairo Rojas hizo escala en Olavarría en una travesía por Sudamérica que comenzó allá por junio de 2023 en Medellín y luego de llegar a Ushuaia está en el camino de regreso a su patria.
Medellín queda a poco más de 7200 kilómetros de Olavarría, aunque John Jairo Rojas ha transitado mucho más que eso para llegar al centro de la provincia de Buenos Aires luego de ingresar a la mayor parte de los países de Sudamérica, bajar hasta Ushuaia y empezar a subir por el mapa de la Argentina hasta esta escala en Olavarría.
Su viaje y su vida responden a cinco máximas: 1) “Nadie me persigue, nadie me espera”; 2) “Vivo el hoy, mañana no me preocupa”; 3) “Me dejo sorprender por la ruta”; 4) “Voy a la velocidad del paisaje; me tomo el tiempo suficiente para deleitar mi vista” y 5) “Para llegar mi destino, disfruto el camino”.
La razón de este desafío es simple. “Toda la vida he sido muy aventurero. Me gusta salir, conocer, pasear. Entonces, como lo digo siempre, uno tiene que reservar un capítulo de su vida para hacer lo que más le gusta -aconsejó- y en mi caso particular salir a conocer distintos lugares”.
Su aventura arrancó el 20 de junio de 2023. “Me encuentro haciendo la primera travesía en el primer motocarro Bajaj colombiano” contó.
“Salí de Colombia, recorrí parte de la costa y el Paisaje Cultural Cafetero, de ahí pasé a Ecuador, después a Perú por la parte de la selva y luego me demoré casi una semana en atravesar Bolivia porque es un país bastante extenso” relató.
En Brasil participó del Foro Mundial de la Bicicleta que se realizó en septiembre del año pasado, a más de un año de haber salido. “Los colombianos fuimos la delegación más numerosa” resaltó.
Paraguay fue la siguiente parada, Argentina de paso para viajar por el largo Chile a través de la carretera austral. “Crucé la frontera para terminar en la ciudad más austral del mundo, Ushuaia, que es el sueño de todo viajero” contó John.
“Y ya voy subiendo para Colombia nuevamente” apuntó, aunque aún quedan miles de kilómetros, centenares de vivencias y media docena de países de por medio.
No es un tránsito en soledad. “Vengo con dos perritos. A ‘Chocolate’ lo conocí abandonado en las playas de Nacoclí, lo adopté y desde el primer día se adaptó a la moto y a la bicicleta. Ya en el camino a Ushuaia, en el Perú, nos encontramos con ‘Luna’, una perrita que me regalaron en una estación de gasolina” reveló.
En su vehículo lleva lo “justo y necesario”, que son víveres, repuestos del motocarro, de la bicicleta, primeros auxilios, un dron, una cámara Go Pro, una computadora para editar los videos en YouTube y redes sociales.
“Es un viaje muy minimalista, es para transporte y para dormir, nomás” destacó.
“Uno aprende que la vida es un viaje. Uno en la bicicleta lleva lo estrictamente necesario y la vida es eso: lo necesario para vivir. Uno muchas veces carga demasiadas cosas y a esa mochila le echa unas piedras de odios, resentimientos, rencores, envidias, egoísmos, caprichos y a la última tiene tan cargado ese morral que se dificulta caminar” reflexionó.
“Nunca echamos lo más importante, que son bellas fotos, hermosos recuerdos compartidos con familiares, seres queridos, con amigos. Eso es lo que menos pesa y lo más valioso” sumó John Jairo.
Anécdotas sobran en este viaje, John Jairo se quedó con una muy particular vivida en Perú: “Habíamos salido de la ciudad de Chachapoyas y nos pararon dos policías en un retén. Uno de ellos me dijo ‘caballero, buenos días, de dónde viene’ y le respondí ‘de Medellín’ y cuando me preguntó a qué me dedico le conté ‘señor, yo me dedico a ser feliz’. Entonces me miró y me separó a un costado”.
John Jairo se preguntaba qué imprudencia había cometido y el susto se le fue en el transcurso de la charla de más de una hora con el uniformado, que cerró con un texto para su bitácora de viaje: “En el camino nos encontramos con un señor que dice ser feliz y su felicidad es contagiosa. Le deseamos muy buena ruta y que Dios lo bendiga”.
De las otras, ninguna. “No pasé ningún peligro a lo largo de todo el recorrido. Ni intento de robo, ni inseguridades. Nada. El viaje ha transcurrido sin zozobras. Lógicamente que he tenido problemas 6 veces con las cubiertas traseras y dos veces con las delanteras” reportó.
Se quedó encantado con los paisajes vistos en la Argentina, lo deslumbró El Chaltén, con la imponente vista del cerro Fitz Roy y calificó a los argentinos “como el pueblo más cálido de todos los que he recorrido”.
Por lo dicho al principio de este recorrido escrito, John Jairo supone que la llegada a Colombia será en noviembre. Los esperan tíos, primos, amigos, su club de bicicleteros.
Aunque nada lo obliga. “Voy a la velocidad del paisaje” será siempre una de sus cinco máximas favoritas.