Noticias

Información General La estimulación cognitiva como espacio de aprendizaje y socialización

18-05-2025

La estimulación cognitiva como espacio de aprendizaje y socialización

Lourdes Aranaga, que lleva adelante el taller en la biblioteca de la Sociedad de Fomento “Héctor Nicolás Amoroso”, explicó de qué se tratan estos ámbitos donde se trabaja con personas mayores.


Los talleres de estimulación cognitiva son cada vez más frecuentes en distintas entidades de la Ciudad y del Partido y tienen como objetivo contribuir a un proceso de envejecimiento saludable a través de espacios de aprendizaje y socialización destinados al universo de las personas mayores.


Los hay en asociaciones de jubilados, bibliotecas, sociedades de fomento, clubes y pueden ser municipales o comunitarios.


Uno de ellos funciona en la Biblioteca “Héctor Nicolás Amoroso” del Barrio Luján, a cargo de la psicopedagoga Lourdes Aranaga y podría oficiar como síntesis de lo que se trata esta práctica.


“Es la resignificación del conocido ‘taller de la memoria’, que por mucho tiempo estuvo integrado en la sociedad y básicamente trata de dar lugar a una ejercitación integral, cambiando la perspectiva de lo que son las personas mayores, con un desarrollo en todas las aristas de su vida. No es sólo la memoria, sino es a nivel social, emocional, cognitivo” explicó Lourdes.


Estos talleres apuntan a personas mayores de 60 años, aunque no se trata de un requisito excluyente.


En el caso particular de la Biblioteca Amoroso Lourdes se trabaja en estas distintas funciones con diversas herramientas: “Combinamos estrategias pedagógicas didácticas, con estrategias lúdicas. La recreación siempre tiene lugar, contemplando que no es un espacio donde ellos tengan que sentir la presión de estar aprendiendo, de estar estudiando”.


“A veces lo relacionan con la escuela. En realidad, lo que tratamos de transmitir es un espacio de construcción, desarrollo personal, significación y resignificación” sostuvo.


“Muchas veces -observó Lourdes- las personas mayores sólo tienen para salir de sus casas un espacio para ir al médico, para ir a alguna terapia y venir a la Biblio. encontrarse con pares, donde pueden trabajar, compartir, ejercitarse hace que ellos sientan un lugar de desarrollo personal, dejando atrás esa antigua concepción de ‘la vejez’ como única y dando lugar a las vejeces, teniendo en cuenta esta multicausalidad y multiespacialidad”.


Un taller de este tipo ofrece múltiples actividades pedagógicas - didácticas a través de las cuales sus participantes puedan poner en juego la mayor cantidad de funciones cognitivas posibles.


“A veces se prioriza el trabajo individual, pero siempre tratamos de que haya lugar al trabajo grupal, para que en equipo puedan desarrollar diferentes estrategias y resolver en conjunto” explicó Loudes.


“Ellos se llevan del taller distintos tipos de herramientas, no sólo para la resolución de problemas de la vida cotidiana, sino que indirectamente van a ejercitar esas funciones implicadas, que se van a reforzar con aquellas que se encuentran estables”, planteó.


Lourdes subrayó que además de tratarse de un tiempo de ejercitación, son espacios de socialización y dispersión: “Ellos mismos se identifican como ‘La Pandilla’. Salen de acá contentos, uno los ve que se ha conformado un grupo tan sólido que consideran una nueva amistad”.


Estos espacios de estimulación cognitiva están abiertos para todas las vejeces y ayudan a aquellas personas que padecen algún tipo de enfermedad neurológica.


“Mejora su calidad con esta perspectiva integral. Es cierto que cuando una persona atraviesa por un trastorno neurocognitivo, que puede ser leve o mayor -en el último caso sería una enfermedad de Alzheimer- hay muchas de las funciones cognitivas que se van a ir deteriorando y no hay una reversión, entonces lo que uno puede ofrecer son estrategias y una mejora de la calidad de vida en el ámbito social, porque estos pacientes tienden a encerrarse, a no querer estar en contacto con otros por el miedo al qué dirán” identificó.


En este sentido, la Biblioteca Amoroso para las personas diagnosticadas con esta enfermedad “se ha destacado la contención, la grupalidad, que sepan que pueden confiar en otros, que vienen a pasarla bien y nosotros trabajamos en esas funciones que tienen preservadas”.


“Lo que ya está afectado por la desconexión neuronal no se puede revertir. Sí se pueden librar estrategias desde lo preservado para ralentizar esos procesos” añadió.


Lourdes opinó que los beneficios que aportan estos talleres de estimulación cognitiva no están los suficientemente aprovechados: “Sería bueno que se difundan mucho más, porque hay muchas personas mayores que no llegan a este tipo de contenidos”.


“Por ahí se enteran por algunos vecinos o tenemos demanda de muchos familiares y encontramos ciertas resistencias, que me parece que se deben al desconocimiento de lo que nosotros hacemos” marcó.


Y sumó que “el primer día notamos que relacionan que están volviendo a la Escuela. Uno ve que llegan al taller y dicen ‘yo no sé nada’, ‘dejé la escuela hace un montón’, ‘no terminé el colegio’ y enseguida aparece el aliento de los compañeros que vienen de otros ciclos”.


“El desconocimiento de lo que se hace acá asocia taller con Escuela, ‘si no hago los deberes la profe me va a retar’ y no es así. No va por ese lado y la idea es que cada uno pueda construir su propio proceso, empezando por el ‘proceso diagnóstico’ de mí parte, que es conocer a cada persona que ingresa al taller. Si bien todos trabajamos con la misma actividad, que sea lo más personalizado posible” aclaró.


Lourdes también se refirió a la relación de los profesionales que trabajan en estos talleres de estimulación cognitiva con los médicos que suelen tener un conocimiento más profundo con sus participantes.


“Creo que habría que mejorar bastante la comunicación. Hay un intercambio más que nada con los familiares. Parejas, hijos o sobrinos de estas personas que concurren, que son los que acceden con la información médica, para estar al tanto de la actualización de los diagnósticos, más que nada en aquellas personas que están pasando por un trastorno neurocognitivo” citó.


Como mensaje, para aquellos que aún no han golpeado a la puerta de un taller de estimulación cognitiva, Lourdes recomendó “que se animen, que nunca es tarde, que siempre vamos a seguir aprendiendo”.

 

Felices, contenidas y como en familia


Elba y Laura, dos de las participantes en el taller de estimulación cognitiva de la Biblioteca “H.N. Amoroso”, hablaron de sus sensaciones y sus experiencias.


Elba Villar es docente jubilada y aceptó el desafío de narrar cómo llegó y lo que implica su participación en un taller de estimulación cognitiva.


“Me acerqué porque tuve referencias de que estuvo el año pasado y lo bueno que había resultado y los comentarios corresponden a lo que estamos viviendo ahora” valoró.


“Se ha formado un grupo más que un grupo una familia, porque compartimos experiencia y con la guía de Lourdes nos sentimos muy contenidos. Las actividades que propone son variadas: individuales, grupales. Podemos compartir y nos hace sentir seguros, nos permite impartir nuestras ideas, y no ayuda no sólo en la parte mental, sino también en la parte espiritual y al alma, porque los encuentros que tenemos aquí son un remanso de alegría, de paz para mí y creo que para el resto” contó.


“Jugamos. Muchas veces volvemos a ser chicos, nos sale nuestro niño interior y nos ayuda a la mente, al alma a expresarnos, dar nuestras opiniones. Estoy muy satisfecha y creo que mis compañeros también”, resaltó Elba.


Laura Burelli llegó a través de su hermana, que es la directora de la Biblioteca “Héctor N. Amoroso”: “Estoy feliz, tengo unas compañeras hermosas y son dos horas que estoy en otra cosa, me olvido del afuera. Me gusta, me voy a casa a hacer los deberes”.


“Estoy continuamente pensando qué es lo que tengo que poner, qué cosa no, qué cosa sí. Pido ayuda, por supuesto” acotó.
 
 

 


 

Dejanos tu comentario

Más Noticias

Nuestras redes sociales

Programas
Verte +