21-05-2025
Tras haber recibido previamente el sí del Senado, fue convalidada en la Cámara de los Diputados de Italia la reforma inmigratoria. Miles de olavarrienses afectados.
El Parlamento italiano dio luz verde a una ley que limita la concesión de la nacionalidad a los descendientes de italianos que residen en el extranjero, una medida impulsada por el Gobierno de Giorgia Meloni para frenar la “avalancha” de solicitudes, particularmente significativa en Sudamérica.
La ley, que nació como un decreto - ley en marzo y fue convalidada definitivamente por el Parlamento el martes 20 de mayo, modifica la aplicación del principio de “Ius Sanguinis" (derecho de sangre), que hasta ahora permitía a muchas personas extranjeras reclamar la nacionalidad italiana basándose en su filiación con antiguos emigrantes.
La norma fue aprobada por la Cámara de los Diputados con 137 votos a favor, 83 en contra y 2 abstenciones.
El pasado jueves, el Senado de Italia había aprobado la nueva normativa con 81 votos a favor y 37 en contra, algo que celebró el canciller italiano Antonio Tajani: “Una medida que pretende devolver la dignidad y el sentido a un derecho que debe basarse en un vínculo auténtico con Italia, no sólo burocrático, sino también cultural, cívico e identitario”.
“La ciudadanía debe ser un reconocimiento serio y consciente, que se confirma mediante el compromiso. Esta reforma no excluye, sino que responsabiliza. Propone criterios más selectivos y transparentes, capaces de fortalecer la integridad de nuestro sistema y prevenir abusos”, había remarcado.
¿Qué cambia con la nueva ley?
* Limitación Generacional: Ahora solo se concederá la nacionalidad si el solicitante tiene un progenitor (biológico o adoptivo) o un abuelo nacido en Italia.
* Requisito de Residencia: Se introduce una condición adicional: si el padre o madre del solicitante nacieron en el extranjero, deben haber residido “al menos durante dos años consecutivos” en Italia antes del nacimiento del solicitante.
El vicepresidente y ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, impulsor de la medida, explicó que las solicitudes de nacionalidad se han multiplicado, a menudo basadas en antepasados muy remotos.
Este fenómeno es “particularmente significativo” en Sudamérica, debido a los grandes flujos migratorios italianos de finales del siglo XIX y tras la Segunda Guerra Mundial.
Las autoridades italianas señalan que los “italianos en el extranjero” han crecido un 40% en la última década, pasando de 4,6 a 6,4 millones, con un incremento notable en Sudamérica (de 800.000 a más de dos millones en 20 años, especialmente en Argentina, Brasil y Venezuela).
Se ha mencionado incluso la proliferación de anuncios que prometen obtener la nacionalidad con la promesa de “salida laboral inmediata”, destacando las “ventajas significativas” que implica el pasaporte italiano, como la posibilidad de residir y trabajar libremente en cualquier país de la Unión Europea.