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Politica “Hay un fastidio con la idea de que el voto no cambia nada”

01-06-2025

“Hay un fastidio con la idea de que el voto no cambia nada”

Martín Vicente es docente e investigador del Conicet y repasó las razones que impulsan que muchos ciudadanos no vayan a votar. También consideró que las legislativas despiertan menos interés.

 

La abstención en las elecciones que se vienen desarrollando en los distintos distritos del país ha llamado la atención de analistas. ¿Se trata de un fenómeno nuevo? ¿Qué quieren comunicar las personas que el día de la votación no asisten? ¿Esa falta de participación revela un fastidio hacia la política?

 

Algunos de estos interrogantes formaron parte de la entrevista con el profesor e investigador del CONICET Martín Vicente. Es Licenciado en Comunicación Social, Magíster en Ciencia Política y Doctor en Ciencias Sociales. Desarrolla su actividad en distintas universidades, entre ellas la Unicen y la de Mar del Plata y forma parte del Instituto de Estudios Histórico-Sociales con sede en Tandil.

 

Consultado sobre cómo se analiza el fenómeno de la abstención, Vicente explica: "ya antes de las elecciones de este año, dije que una de las claves iba a ser la alta abstención electoral, superior a la que se venía registrando en elecciones previas y que iba a haber triunfo de los oficialismos. Ratifiqué lo mismo para las elecciones de la ciudad de Buenos Aires, que fueron las que tuvieron más impacto en ese sentido, por supuesto aquí enfatizando que no hablaba del oficialismo local, sino del oficialismo nacional”.

 

“Lo que muestra es que, en principio, hay un descenso marcado en la concurrencia porque se trata de elecciones legislativas locales, que muchas veces se hacen menos interesantes para los votantes que las que definen ejecutivos o las que definen legislativos nacionales”.

 

“Hay una distancia del votante con el legislativo local, muchas veces por desconocimiento de las propuestas, o por desconocimiento de los nombres. También puede ser por desconocimiento de la agenda política que se está tramando en las legislativas locales, pero más ampliamente porque permiten enfatizar un rechazo. Creo también que muchas veces el propio votante considera que al tener un efecto local es limitado, eso permite un juego de abstención menos doloso para el sistema”, detalló.

El investigador advirtió, no obstante, que esa acción ma

nda un mensaje y trajo datos del pasado reciente. “Esto se ha estudiado muchas veces en las Ciencias Sociales, porque tenemos en el caso argentino en el 2001, donde antes de la crisis que terminó con el gobierno del Alianza encabezado por Fernando de la Rúa, se dieron en las elecciones de octubre. Y ahí se dio por un lado, un proceso de abstención electoral importante y por otro lado, la visibilidad pública de movimientos como el movimiento kilómetro 501, que proponía irse un kilómetro más de los 500 que no implicaban el voto obligatorio”.

 

Explicó que además se registró otro fenómeno, “un tipo de voto de protesta que muchos leyeron como parte de este fenómeno de abstención, pero que yo diría que hay que mirarlo de otra manera, era un voto de protesta. Eran los casos en que se ponía una foto de Clemente, el personaje de Caloi que no tiene manos, como diciendo ‘voy a votar el que no roba’, o que incluso en una mirada mucho más chocante ponía una foto del terrorista Osama Bin Laden en la misma época de los atentados recientes del 9/11 en los Estados Unidos como una idea antisistémica. Y ese voto que muchos quisieron comparar con la abstención, sin embargo era un voto muy pensado, era un voto de protesta, era un voto fuertemente manifestador”.

 

“En las siguientes elecciones vimos otro tipo de recursos, como por ejemplo, las personas que entran al cuarto oscuro y rompen las boletas. También el caso de las personas que se sacan una foto con un mensaje de protesta dentro del cuarto, quienes colocan otro tipo de señal al interior del sobre y todos esos son votos políticamente activos y yo propongo leerlos en paralelo con la desafección electoral, pero no confundirlos como parte de un mismo proceso”, argumentó.

 

Vicente advirtió que la abstención no hay que leerla como pasividad, o no necesariamente, porque por un lado hay personas que ejercen positivamente esa idea de no me acerco a concurrir y por ende no valido el acto, lo cual sería un público al cual la democracia tiene que interpelar rápidamente. Sin embargo, hay otra arista y es la que muestran las personas que se desinteresan del acto”.

 

Y siguió con un ejemplo: “En las elecciones de 2023 me pasaba hablando con votantes de todas las clases sociales, tanto de la zona de Tandil como de Mar de Plata como del AMBA, que muchos me decían a mí la situación actual me parece crítica quiero que cambie este gobierno y otros me decían a mí Milei me da miedo pero en una y en otra posición me decían pero ‘no voy a votar’".

 

“Ahí lo que veo es que ni para cambiar ni para evitar aquello que temían, se ejercía esa actitud ciudadana. Y ahí me parece que hay un punto muy interesante para la reflexión y urgente para la acción política de los dirigentes, de los partidos políticos, de la academia, del mundo del periodismo, porque efectivamente ese fenómeno de desafección ahora plenamente entendido como un alejamiento de la democracia puede ser muy problemático en el futuro inmediato”, alertó el investigador que además es especialista en el surgimiento y consolidación de las derechas.

 

Consultado sobre cuáles son las herramientas que tienen los gobiernos para promover el ejercicio del derecho al voto, Vicente señaló: “En primer lugar una construcción efectiva entre la aplicación de políticas públicas y la convocatoria a la ciudadanía a votar. En segundo lugar, poner en claro qué juega cada gobierno, qué juega cada período electoral en la vida de las personas y en la vida política de una provincia, de un estado, de una nación”.

 

“Eso me parece que es clave. Y es un punto que explica también parte del alejamiento porque estamos en una situación donde los últimos dos gobiernos, al menos, han sido muy problemáticos, han entregado condiciones socioeconómicas peores que las que recibieron y actualmente la gestión del gobierno nacional que puede pararse sobre cierto éxito en sus promesas, por ejemplo, bajar la inflación”.

 

 

“Ya ha tenido que recurrir, por ejemplo, un préstamo del Fondo Monetario Internacional que es un tipo de política muy mal vista en la Argentina, que tiene más del 70% de rechazo el Fondo Monetario y la relación con los gobiernos, entonces ahí lo que se articula es un plano de decepción con las dos gestiones anteriores y de una medida macro muy impopular a la cual hay que sumar también los problemas económicos, los problemas de ajuste en el Estado y otro tipo de problemas que uno podría mencionar en torno a la idea de batalla cultural que presenta el gobierno de Javier Milei que también aportan a esa desafección ciudadana”.

 

Vicente puso la lupa sobre otro aspecto de la cuestión política actual a la que llamó “la politización de los intensos”. Es esa centralidad que tiene la política para aquellos que son muy politizados, en un punto se puede llamar el círculo rojo, el mundo de la política, del empresariado de la consultoría, y que podemos ampliarlo al mundo académico, del periodismo político, al interesado en el debate político a las redes sociales, que le dan una centralidad muy fuerte en sus vidas a la política y una ciudadanía que en muchos casos como venimos viendo elección tras elección se va alejando de la participación efectiva en política”.

 

Explicó que muchas veces esas dos caras se expresan en una desatención a la agenda pública y en otros casos, como ahora, se expresa en la no concurrencia a votar.

 

¿Calificarías como fastidio ese malhumor social hacia la política? Sí, hay un fastidio, no con la política como tal, sí con la idea de que mi voto en los últimos tiempos no está cambiando nada. Y eso me parece que es un punto muy importante porque no estamos hablando de personas que rechazan el sistema democrático o la política representativa, sino que están sintiendo que las últimas experiencias de gobierno y también el gobierno actual no le están dando una respuesta satisfactoria a su pedido ciudadano”.

 

“Esto tiene una serie de capas de sentido. Por un lado, lo que fue la llamada polarización durante los últimos años entre la identidad política kirchnerista y la identidad política anti kirchnerista, aunque sea un reduccionismo llamarla de esa manera, y la actitud del actual presidente Javier Milei de presentarse como un anti casta, pero luego pactando con parte de eso que él denunciaba”.

 

“Eso genera reacciones muy negativas en la ciudadanía, por más que apoyen a uno u otro espacio. Muchas veces el voto que sigue apoyando un espacio se hace contra otro espacio. Hay un voto que puede ir al peronismo contra el voto del PRO, contra el voto de La Libertad Avanza”.

 

“Hay un voto que hoy opta por La Libertad Avanza, pero antes optó por el PRO contra el peronismo, pero al mismo tiempo muchos de los votantes que en su momento optaron por Cristina Fernández en 2011 lo hicieron por Mauricio Macri en 2015, por Alberto Fernández en 2019 y por Javier Milei en 2023”.

 

“En ese sentido, el voto en la Argentina tiene un componente muy dinámico que va más allá de los núcleos duros de votantes. A este tipo de votantes al que hoy la política no le está pudiendo llegar con respuestas satisfactorias”, advirtió.

 

Agregó algo que resulta una radiografía de esta época: hoy la mayoría de políticos de primera línea cosecha un rechazo personal muy marcado, incluso los electoralmente potentes (Milei, Bullrich, Kicillof), con salvedades (por ejemplo, Schiaretti) que no necesariamente se traducen en votos. Y de hecho en las encuestas si preguntás por espacio y por candidatos hay una diferencia negativa hacia los candidatos.

 

La abstención se acentúa en los sectores populares


Vicente indicó que “las elecciones argentinas, hasta donde las estamos viendo, trazan una alerta amarilla muy fuerte sobre la participación y muestran que muchas de las estructuras de voto que habían comenzado a manifestarse en 2023 se están consolidando en 2025”.

 

Consultado sobre si la abstención es un fenómeno que se advierte en algunas franjas de la población más que en otras, Vicente aclaró: “Todavía no tenemos la medición exacta de las elecciones que hemos tenido hasta este momento en Argentina, que fueron en las provincias de Salta, Jujuy, Chaco, San Luis y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero te puedo marcar un punto”.

 

“Por ejemplo, hay una abstención que se está pronunciando en los sectores populares, es decir, en las clases media bajas y bajas, especialmente de las zonas alejadas de los centros urbanos. Ese es un punto muy importante para ver y tuvo un peso muy especial en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires porque por las tormentas previas a la elección tuvieron una implicación si vos querés socio urbana. Hubo gente que tuvo complicaciones en el transporte o para salir de su casa por la tormenta previa”.

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