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Salud Soledad Arbío entró en la historia de la medicina y la salud pública argentina

29-06-2025

Soledad Arbío entró en la historia de la medicina y la salud pública argentina

La médica olavarriense, jefa de Clínica de Neonatología del Hospital Garrahan, encabezó el equipo que realizó una intervención quirúrgica para tratar la espina bífida de un bebé dentro del útero.


La doctora Soledad Arbío nació en Olavarría, creció en el barrio Villa Floresta, cuando terminó la secundaria en Cáneva llevó sus sueños a la capital de la Provincia, se graduó de médica en la Universidad de La Plata, hizo la residencia en pediatría en el Hospital de Niños Sor María Ludovica de La Plata y realizó su capacitación en neonatología en el Garrahan.
 

Siguió alimentando su formación tres años en uno de los hospitales de niños más prestigiosos de Latinoamérica, obtuvo becas de investigación, ganó un concurso en 2015 y desde el 2023 es jefa de Clínica de Neonatología.
 

Soledad fue noticia hace algunos días en el país y el mundo.
 

Al frente de un equipo multidisciplinario quedaron en la historia de la medicina y de la salud pública argentina: llevaron a cabo una intervención quirúrgica dentro del útero de una joven mamá para tratar una espina bífida, un defecto del tubo neural de su bebé.

 

El llamado de una madre
 

Luana Campos, la mamá de Samira, contó a medios capitalinos que tras recibir el diagnóstico de mielomeningocele para su hija durante el embarazo, envió un correo electrónico a Casa Garrahan y, en cuestión de días, obtuvo una respuesta y un turno para la consulta.


La operación consistió en exponer el útero de la madre y realizar una pequeña incisión de tres centímetros a través de la cual el neurocirujano pudo reparar el defecto en la columna del bebé.


Se administraron dos tipos de anestesia: una general para la madre y otra local para el bebé, quien debía mantenerse inmóvil.
 

“Hace muchos años, en 2011, en materia de medicina fetal se llevó adelante un gran estudio en pacientes que tenían diagnóstico de lo que comúnmente se llama ‘espina bífida’. Ese defecto que se produce en la columna deja a las terminales nerviosas de la médula en el interior de la columna expuestas al líquido amniótico y provocan un daño que según la localización (dorsal, lumbar o sacro) será el tipo de discapacidad” explicó Soledad.


 

Al cabo de aquella investigación aparecieron los resultados: “Se vio que, en pacientes con algunas características -al igual que las madres-, si se corregía ese defecto dentro de la panza entre la semana 20 y 27 de embarazo mejoraban mucho la calidad de vida una vez que nacían y disminuía a un poco más de la mitad la necesidad de que a esos bebés se les colocaran una válvula de derivación ventrículo - peritoneal y mejoraba mucho la deambulación”.
 

“Estos chicos según la lesión no caminan porque nacen con mucha atrofia de miembros inferiores. Algunos logran caminar con trípodes, con órtesis o andan en una silla de ruedas. Mejora tanto la calidad de vida que vale la pena correr el riesgo, que siempre se informa a los papás antes de una operación de este tipo” sumó Soledad.
 

Para esta verdadera hazaña de la salud pública argentina, -nada producto de la casualidad, ni de ningún milagro, sino de la formación de los profesionales-, se tuvo en cuenta que pacientes intervenidos desde el año 2011 hoy muestran excelentes resultados.
 

Este procedimiento quirúrgico en la Argentina se lleva a cabo desde 2015, pero sólo en instituciones privadas y aquí lo verdaderamente trascendente de lo que se concretó en el Garrahan.
 

“Hasta ahora se habían hecho estas operaciones en el Hospital Austral y en el Hospital Italiano y esta es la primera cirugía que se hace enteramente pública.


Teníamos esa deuda pendiente de brindarle a aquella población el mismo acceso a los tratamientos de la salud que a un paciente que cuenta con una cobertura privada y de este modo disminuir la brecha que existe en el acceso a la salud. Llevábamos varios años tratando de desarrollarlo y por suerte pudimos concretarlo” celebró.

 

“Lloramos mucho, nos reímos mucho”
 

A Soledad se le pidió explicar las sensaciones que ha experimentado luego de este paso en la medicina argentina y no se necesita estar cara a cara con el entrevistado para palpar la emoción y lo complejo de exponer a flor de piel lo que está viendo en su interior.
 

“La satisfacción es mucha para los que defendemos y estamos convencidos de que el acceso a la salud tiene que ser más equitativo, sin importar la clase social o el poder adquisitivo” dijo.
 

“Lloramos mucho, nos reímos mucho cuando nació la bebé. Eran las 4 de la mañana, estábamos todos en el Hospital y no podíamos contener esas lágrimas de alegría, muy satisfechos con el resultado y ojalá que puedan acceder a esto muchas más mamás” manifestó.


Luego explicó las características del equipo que llevó adelante la intervención: “En el 2008 se empezó a crear en el área de Terapia Intensiva Neonatal del Garrahan por iniciativa de la doctora Claudia Cannizzaro el Programa de Diagnóstico y Tratamiento Fetal al ver que había muchas mamás con alguna malformación en el feto del bebé que no lograban respuesta alguna”.


El primer paso fue el asesoramiento a las mamás, en 2012 esos nacimientos empezaron a producirse en el Hospital, en 2015 las mamás quedaban internadas. Llegó el perfeccionamiento de los obstetras para llevar adelante este tipo de cirugías, se formaron neurocirujanos.
 

“En esta cirugía hubo alrededor de 25 personas que participamos, cada uno con un rol definido, pero atrás hay una estructura mucho más grande y sin cada uno de ellos esto no se hubiese podido llevar adelante. Cada uno en su tiempo fue construyendo algo para que otro que venía atrás siga con la construcción” resaltó Soledad.
 

La bebé que llegó al mundo con otra expectativa de vida se llama Samira.


 

“Es hermosa. Nació justo el Día del Padre, así que le hizo un recontra regalo a su papá. Tenía fecha para el 16 de junio, rompió bolsa en la madrugada del 15 y está muy bien. Todavía está internada en Neo, terminando de hacerse estudios y distintas evaluaciones con los especialistas” contó.
 

Todo esto tomó estado público varias semanas después de realizada la operación. Entonces, no se pudo frenar la repercusión mediática, en un tiempo tan particular para el querido Hospital Garrahan. Tan despreciado y vituperado por el Gobierno Nacional y sus fanáticos más irracionales.


“Fue difícil. La cirugía se hizo en abril y tratamos de no hablar demasiado hasta que naciera la bebé y saber que todo estaba bien y cuando nació fue como un desborde” reconoció.


Entonces no fue necesario terminar la entrevista con la pregunta sobre cómo se está viviendo este absurdo llevado a cabo por el gobierno libertario con uno de los máximos orgullos de la sociedad argentina, como es el Hospital Garrahan.


“Nosotros veníamos muy mediatizados, en una lucha política que no nos pertenece. Lo que menos queremos es una bandera política, somos apartidarios la gran mayoría y lo que pedimos es trabajar bien y mejor y la noticia llegó en medio de todo este caos” marcó.


“Y creo que permitió visibilizar qué es lo que somos realmente: cómo trabajamos, qué esfuerzo le ponemos, todo lo que hay detrás, para responder con un poco de altura, mostrando lo que hacemos todos los días ahí adentro a algunas agresiones gratuitas que se lanzan desde la ignorancia y el desconocimiento. Pero es difícil encontrar el equilibrio. Mucho”, reflexionó Sole… La doctora Soledad Arbío, que logró escapar del anonimato e insertarse con nombre propio junto con su equipo en la historia de la medicina y la salud pública argentina.

 

Fotos: Hospital Garrahan e Infobae. 

 

 

 

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