12-07-2025
Pierluigi Schettino charló con descendientes sobre temas tales como el acceso a la ciudadanía y turnos para tramitarla. La intervención de un joven produjo un incómodo momento al diplomático.
A tono con los avances de las ultraderechas en el mundo y sus fobias a todo lo extranjero, en marzo pasado la primera ministra italiana Giorgia Meloni restringió primero a través de un decreto (que más tarde el Congreso hizo ley) el acceso a la ciudadanía a los descendientes de italianos en todo el mundo.
La modificación se sintió con fuerza en la Argentina (que tiene junto con Brasil y EEUU las mayores colectividades italianas del mundo) y particularmente en Olavarría.
Un asunto que se sabía iba a estar sobre la mesa en la visita a Olavarría del cónsul general de Italia en la Plata Pierluigi Schettino para, entre otras cosas, reunirse con miembros de la comunidad.
Y no fue sólo eso, sino que resultó el tema excluyente de un ida y vuelta que por momentos alcanzó cierta tensión en el ambiente.
Producto de la densa neblina sobre esta parte de la provincia de Buenos Aires, Schettino llegó a la Ciudad dos horas después de lo previsto desde Azul, donde compareció este viernes por la noche.
Aquí lo recibieron en la vereda de la Sociedad Italiana la presidenta de la entidad (profesora Claudia Leonardi), la vicepresidente Lidia Abalo y el tesorero Marcelo Failla.
Schettino viajó al centro de la provincia de Buenos Aires acompañado por integrantes del Cómite: el bolivarense Angel Pesce, Carlos María Malacalza (presidente además de Feditalia), Juan Martín De Luca, Clara Cunsolo, Mauricio Tarzitano y Rosana Baglieri.
Luego de la presentación, a cargo de Lidia Abalo, Schettino hizo un repaso sobre su gestión, los avances en cuanto a tramitación de ciudadanía y de pasaportes y la impronta que pretende darle a su gestión, cercana a las distintas comunidades en los más de 50 partidos de la provincia de Buenos Aires que abarca su consultado.
El momento más tenso del ida y vuelta con un nutrido auditorio fue cuando un joven lo puso al tanto de su situación y le comentó que se quedó afuera del trámite de ciudadanía al recibir un turno para la gestión justo en la transición entre la antigua legislación y la nueva, aprobada por el congreso italiano el 25 de mayo.
La respuesta para la primera consulta y para todas las restantes fue siempre la misma: hay que atenerse a lo que dice la nueva ley italiana de inmigración.
Al recibir la explicación del cónsul Schettino (que no es un funcionario político, sino una autoridad administrativa) el joven volvió a pedir la palabra para “recordarle” que la Argentina recibió a más de tres millones de italianos entre fines del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.
“Dentro de unos cuantos años se van a arrepentir de esta ley y con las nuevas corrientes inmigratorias en Italia no se va a hablar más italiano y van a ser más los musulmanes que los católicos” retrucó el joven, lo cual fue acompañado por un sonoro aplauso de una parte de la concurrencia.
Todas las preguntas sucesivas giraron en torno de las mismas cuestiones: la ciudadanía, los turnos y los trámites para acceder al pasaporte italiano.
Como cierre de su presencia en la Sociedad Italiana, el cónsul Schettino recibió como obsequio publicaciones de autores que pertenecen a distintas comunidades italianas el Partido.
Luego, junto con autoridades de la Sociedad Italiana de Olavarría, Schettino y los miembros del Cómite se dirigieron al Palacio Municipal para saludar al intendente municipal Maximiliano Wesner.
En el cierre de la jornada, autoridades de la Sociedad Italiana e integrantes de la colectividad compartieron un almuerzo con la delegación arribada desde La Plata y celebraron el buen balance de la jornada, con interesantes proyectos para los descendientes de italianos en Olavarría y la zona.