30-07-2025
Unai Decaso, de apenas 12 años, fue incorporado por el club merengue para participar de torneos internacionales. Su padre (Dino) es de Olavarría y reside en España desde el año 2000.
Unai Decaso tiene 12 años, juega al básquet en Alcobendas, uno de los clubes más fuertes de la Comunidad de Madrid, y desde hace un tiempo comenzó a ser seguido de cerca por el Real Madrid.
El joven base fue citado por la cantera del club merengue para formar parte de un equipo especial que participa en torneos internacionales, en paralelo a la competencia que mantiene con su club de origen.
Su historia está ligada a Olavarría: su papá Dino nació en la ciudad y emigró a España en el año 2000. Allí formó su familia y hoy vive en Colmenar Viejo, una localidad ubicada a 20 kilómetros de la capital española.
Unai empezó a jugar al básquet en el colegio, con amigos, y poco después se sumó al club local. Su rendimiento lo llevó a ser convocado por Alcobendas, institución con una fuerte presencia en la región. Este año, el equipo terminó sexto a nivel nacional, en el Campeonato de España, lo que marcó un gran crecimiento deportivo para el joven talento.
Unai también formó parte de la selección de la comunidad de Madrid (es el número 12), que disputó el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas en San Fernando (Cádiz) del 12 al 16 de abril.
La proyección no pasó inadvertida: el Real Madrid, que no tiene equipos fijos en categorías tan chicas, organiza equipos “selectivos” con jugadores destacados de toda la comunidad.
En ese contexto, Unai fue citado a entrenamientos especiales y luego representó al club en torneos como el Next Generation en La Roda, Albacete, donde enfrentaron a equipos de Alemania, Lituania y otros países.
“El club de origen debe ceder a los jugadores. Ellos siguen entrenando en sus equipos, pero el Madrid los reúne cada tanto para prepararlos y llevarlos a competir”, explicó su padre, que sigue sorprendido por la exigencia de la categoría.
“Con la edad que tienen, es una bestialidad cómo entrenan, la dureza con la que compiten… pero si a él le gusta y lo disfruta, lo acompañamos” añadió.
Unai lleva consigo su historia familiar. Entrena muchas veces con camisetas de Argentina que le envían desde el país: la albiceleste que le regaló un amigo y otras de clubes como Atenas de Córdoba o Estudiantes de Bahía Blanca que le hace llegar su tío desde Olavarría.
“Esto recién empieza, es muy largo el camino”, dice su papá. Pero la ilusión ya está en marcha.