11-08-2025
La juventud lo consume y también lo produce. Los cantantes Martín Barraza, Luna Orioli y Nicolás Centineo dieron su testimonio y contaron cómo viven este momento.
Una llama aflora en sectores jóvenes que se vuelcan a la música folclórica y se adueñan del género en una época de redes sociales y ritmos de origen extranjero que inundan las playlist. Olavarría vive un boom de peñas y las clases de baile empiezan a abarrotarse.
La música consolidó su posición como lugar de encuentro social en un momento de máxima individualización. En ese sentido, el folclore supo potenciar una de sus principales armas, la capacidad de reunión.
Según el cantante Nicolás Centineo el folclore “representa nuestras tradiciones como argentinos, lo que comprende también llevar nuestras ropas gauchas”, expresó. Contó además que “fueron sus abuelos quienes les transmitieron las tradiciones”.
La familia es vital para entender el sostenimiento de una tradición musical durante años, atravesando las generaciones. Así lo explicó Martín Barraza, otro conocido cantautor de nuestra ciudad, quien mencionó que viene de una “casa folclorista”.
Luna Orioli tiene un recorrido distinto, ya que se apasionó por el género hace 2 años a través de la música y la danza: “Es tan nuestro que no puedo creer que no me haya interesado desde antes. Costumbres hermosas, significativas, divertidas, que unen y representan” expresó la azuleña, quien llegó a la Ciudad para estudiar profesorado de educación musical y ya es una flamante egresada.
Peñas, peñas y más peñas
El incentivo del público es importante para los artistas y el folklore no es ajeno a esa dinámica. Para Nicolás Centineo “la gente peñera” es vital para que este boom folclórico se sostenga. “El boca en boca que se va haciendo y también a través de los artistas que llevan su gente” explicó.
“Hay muchos incentivos en nuestra ciudad, una vez al mes -mínimo- hay una peña en donde tocan bandas de folclore y bailan grupos de danzas y también se están gestando muchos festivales” mencionó Luna Orioli quien no se olvidó de mencionar a lugares como “La Rústica, Mutual Sikuris o El Fulgor en donde los músicos van a tocar y a veces se arma para bailar. De hecho, la banda “Herederos” está por abrir su nuevo bar folclórico. Lugares sobran y cada vez hay más” sentenció.
Para Martín Barraza esos lugares de encuentro son de mucho disfrute y alegría, más allá de la posibilidad de mostrar su arte. “Las peñas de la Ciudad son un espacio muy lindo donde uno, además de ir a cantar, a veces va a ver a algún amigo, un colega, un músico que le gusta” contó el cantautor.
“Hay muchos espacios, movida de peñas y bailarines de todas las edades, hay mucha juventud. No solamente lo digo yo, a los lugares que vamos en la zona nombran nuestra ciudad por eso” contó Martín Barraza con cierto orgullo en la voz.
Nicolás Centineo también nombró el Festival de Doma y Folclore de Olavarría: “Nos representa y es nuestro. Es todo lo que uno como artista anhela llegar y poder mostrarnos como artistas de la ciudad. A nivel nacional y a muchos niveles, del de los otros países también” expresó el cantante.
Una tradición en constante búsqueda
El boom no deja exento al género de desafíos y nuevas formas de interpretarlo para alcanzar a las multitudes, principalmente jóvenes, que descubren el folclore o redescubren esas canciones que padres y abuelos escucharon durante en los almuerzos familiares.
Así lo explicó el cantante Nicolás Centineo que dijo que el mayor desafío es “poder llegar con lo que hacemos como cantantes y folcloristas. Atraer a la gente para que el folklore se siga difundiendo durante años y no se pierda nunca” opinó.
Para Luna Orioli el mayor desafío son los jóvenes: “Cada vez hay más, pero siempre es mayor la cantidad de adultos involucrados que de jóvenes” señaló la profesora de música.
El género vive un recambio generacional fuerte, con jóvenes que, tal vez por sus familias, por voluntad propia, por contenidos masivos de redes o artistas de otros estilos se animan a explorarlo (tal es el caso de Milo J y la incursión en el “FAlklore” de Mex Urtizberea). También Olavarría, con sus cantantes, bailarines, y por qué no, organizadores de eventos, vive un momento de boom folklórico.