25-08-2025
Crucero del Norte, otrora uno de los clubes más poderosos del interior, con la derrota de este domingo terminó su inexorable debacle desde la elite del fútbol argentino a la Liga Misionera.
Racing desde 2002 hasta 2015 fue escribiendo varios de los capítulos más importantes en la historia del fútbol de Olavarría. Dos de ellos fueron en los extremos de la larga geografía argentina: uno en las puertas de la Antártida y el otro casi tocado por el trópico de Capricornio.
La última el 4 de junio de 2011, en la gélida Río Gallegos, cuando el chaira se metió en la final del Argentino B tras liquidar a Boca en la definición por penales con el certero zurdazo de Leo Vitale al medio del arco.
La primera, y en una de esas la más fuerte, la más emotiva de todas fue el 20 de mayo de 2007 en la cancha de Crucero del Norte de Posadas, un club - empresa que tenía el respaldo de la famosa transporatadora, un estadio modelo inaugurado frente al mejor Boca de la historia y otras excentricidades Julio Koropeski, propietario de la firma.
En la primera semifinal de ese campeonato Argentino "B" Racing le había ganado un partido durísimo a Crucero del Norte en Olavarría, con un exquisito tiro libre de Miguel González contra el arco de la cancha de tenis.
En la revancha fue derrota 2-1 y todo se volvió a definir en una extensísima definición por penales que cerró el “Paisano” Santellán.
Después Crucero del Norte dobló la apuesta, ascendió a la B Nacional, llegó a Primera División y tras un año en la elite del fútbol argentino comenzó el lento e inexorable declive de todos los clubes sostenidos por los caprichos de algún magnate.
Primero cayó a la B Nacional, después deambuló sin pena ni gloria por el Federal “A” y este domingo (tras la derrota 4-1 ante Boca Unidos de Corrientes) descendió a su liga de origen.
Queda su recuerdo como protagonista de uno de los grandes momentos en la centenaria historia del fútbol olavarriense.