01-09-2025
El arquitecto Mario Arabito, integrante del grupo Patrimonio Arquitectónico de Olavarría, analizó la situación de los edificios históricos en el Partido.
Foto: La Biblioteca Popular Sarmiento nació en Hinojo hace 116 años por iniciativa de las hermanas Gervasio.
Hace mucho tiempo que el arquitecto Mario Arabito viene trabajando en defensa del patrimonio histórico de Olavarría y la situación de vulnerabilidad legal en la que se encuentran hoy la mayoría de los inmuebles ya centenarios es una de sus preocupaciones.
“La situación no es la ideal. Está lejos de serlo, pero tampoco es algo excepcional si lo comparamos con el resto de las ciudades bonaerenses o del país. Las que de alguna manera están trabajando por el patrimonio con ciertos resultados son las menos y avanzan desde las ciudades más grandes, que tienen más fuerza desde el punto de vista cultural”, planteó.
“Falta mucho. No hay una conciencia generalizada, pero va mejorando” rescató.
Arabito, que con los arquitectos Lorena Marcovina y Miguel Cillei integran el grupo “Patrimonio Arquitectónico de Olavarría”, contó que se hizo un relevamiento del Partido en 2000 -que dio lugar a una exposición de 40 paneles sobre la materia- para ser publicado y nunca se publicó.
“Digamos que paulatinamente se va avanzando, pero en el camino van quedando las bajas” lamentó.
Prefirió no hacer hincapié en una pérdida en especial a lo largo de estos años. “Hay montones de pequeños edificios que se fueron perdiendo” dijo, aunque reconoció que “el Monumento al Trabajo era un emblema que pudo haber sido corrido si no estaba en un lugar donde se planificaba otra cosa, pero no se tenía ningún criterio sobre eso”.
“Cuando se tira un edificio para hacer otro o para sacarle un provecho inmobiliario al lugar que está ocupando hay una justificación que no se entiende desde la óptica del patrimonio, sino desde la óptica del mercado”, reflexionó.
“Pero un monumento se destruye porque se destruye. No había una razón económica para hacer tal cosa” opinó.
También se refirió el arquitecto Arabito a la norma vetada en primera instancia y después contra - vetada en 2016 por el intendente Galli: “La ordenanza que tiene un listado no es de una fuerza muy grande de ley. Ha sido una declaratoria digamos, pero los intereses económicos van sorteando los inconvenientes y buscan la vuelta como para destruir los inmuebles”.
Aludió a la bella casa de la familia Lecot, en la calle Alsina, actualmente en venta y con un futuro incierto. “Es una de las pocas que tenemos en Olavarría con un estilo art nouveau. Cuenta con un enorme terreno, muy valioso y lo que vale es la ubicación y no tanto el edificio” observó.
“Debería uno empezar a hacer una evaluación económica de lo que se va perdiendo, que puede redundar en un beneficio en un mediano o largo plazo” advirtió el arquitecto Arabito.
“Una ciudad con una serie de casas muy bien conservadas podría tener un atractivo turístico, podría ser objeto de otro tipo de explotaciones, pero nadie dice que se podría hacer algo utilizando esa casa o haciendo una obra de remodelación” dijo.
En otro momento de la charla fue crítico con la situación de otra de las construcciones más importantes del partido de Olavarría, la Biblioteca Sarmiento de Hinojo.
“Ha sido muy bastardeada, con una ampliación que se le hizo en la parte de atrás para darle una utilidad y quedó muy mal el diseño, pero uno la mira desde afuera y sigue siendo de los edificios más significativos que tenemos” consideró.
Luego se refirió a los distintos standards de protección según la condición de los inmuebles: “Los edificios públicos o de instituciones tienen más posibilidades de salvarse que la propiedad privada totalmente”.
“No siempre puede suceder eso. Puedo dar el caso de la Sociedad Española, que es un edificio muy interesante, tanto por su fachada como sus interiores. Están en manos de instituciones que han tenido una época de florecimiento, que no es la actual y esas generaciones han ido desapareciendo” expresó Arabito.
“Ahora está casi sin uso en su interior y tiene una muy mala adecuación de los locales de planta baja. Fue pensado con dos locales y debería haberse respetado el diseño sin necesidad de ponerle esas marquesinas de chapa y esos agregados de los comercios que le quitan absolutamente toda la calidad al edificio” cuestionó.
Desde su rol de conservacionista pidió a los gobiernos de turno que sigan trabajando en el tema, aunque reconoció que “en estos momentos hay algunas iniciativas en el Concejo Deliberante para perfeccionar las ordenanzas sobre patrimonio”.
“Se han comunicado con los pueblos, con las sociedades, hay un grupo en Sierras Bayas, otro en Sierra Chica -del cual participo- que estamos bregando por mantener y proteger también los edificios de esas localidades” ponderó.