07-09-2025
Roberto Soccodato, miembro del Centro Industrial Panadero de Olavarría (CIPO) detalló la crisis que afecta al sector local. Indicó que no hubo cierres en Olavarría pero la situación es delicada.
El sector panadero atraviesa momentos complejos debido a la caída de ventas y el aumento de la materia prima, con miles de negocios alrededor del país que bajaron sus persianas debido a la recesión en el último año y medio, según datos del Centro de Panaderos de la provincia.
Roberto Soccodato, miembro del Centro Industrial Panadero de Olavarría (CIPO) en diálogo con Verte remarcó que si bien la Ciudad no escapa de la estrepitosa baja de ventas en todos los productos, sobre todo en pan y facturas, no hay productores que hayan cerrado en el último año.
“En la Provincia puede ser que hayan cerrado muchos negocios, pero en Olavarría puntualmente no tenemos información de que una panadería haya bajado la persiana en el último tiempo. Estamos siempre en contacto con los colegas y no hay ningún registro de eso”, apuntó Soccodato sobre el contraste con el resto del país.
En lo que sí coincide es en que “la venta viene siendo bajísima y si bien la inflación bajó, hay aumentos pero tenemos que mantener el precio para poder vender, sino no sale nada”.
Sobre el aumento del precio del pan, explicó que en lo que va del año hubo sólo dos incrementos de alrededor de un 5 y un 8%, pero que las materias primas subieron un porcentaje mucho mayor en el mismo periodo pero no se ha reflejado en la góndola.
“Ahora tuvimos un aumento de harina de un 15 y 20% y no se movió el precio del pan ni las facturas. Impacta significativamente en el precio de la producción pero como las ventas están tan bajas no lo podemos tocar, te da miedo de que las ventas bajen más aún”, remarcó Soccodato.
“Como aumento deberíamos aumentar al menos un poco, porque los sueldos aumentan, los servicios también, hay que arreglar máquinas si se rompen, los alquileres, el combustible. Las facturas apenas se movieron en $500 pesos, lo cual es ilógico pero intentamos mantener todo lo posible”, agregó.
Acerca del movimiento de los clientes en el último tiempo, comentó que ha bajado, los que aún continúan comprando llevan menos cantidad y muchos han dejado de darse “gustos” como las facturas en la mañana o sanguchitos de miga durante el fin de semana.
En ese sentido, indicó que buscan incentivos para que los clientes no dejen de comprar como promociones en algunos casos, las ofertas con tarjetas bancarias y otros comercios aplican descuentos a los productos del día anterior.
“Tratas de no aumentar precios por el temor a no vender pero llega un momento que si o si lo tenes que hacer porque sino te fundís trabajando”, lanzó Soccodato acerca del duro presente del sector.
“Los costos son altísimos. Tenés los aportes, el IVA, ingresos brutos, tasa de seguridad e higiene, sueldos, servicios, materias primas. Es todo muy costoso”, dijo.
Pasado a números, Soccodato indicó que hoy en día el precio del pan, para ser mínimamente rentable para los productores, debería oscilar entre los $3.500 y $4.000. “Sería lo lógico pero muchos consumidores no pueden pagar eso, pero sería sólo para salvar el producto. Hay que tener en cuenta que si tenes que renovar una máquina o se rompe, una nueva puede costar millones de pesos, incluso un arreglo. Hay cosas que no se ven pero son del día a día”, comentó.
En cuanto al personal, explicó que “tenés un personal estable, te merma el trabajo y después cuesta conseguirlo, formar a los trabajadores, entonces tenés que tratar de que la rueda siga girando para que mejore algo”.
Sobre este punto, arremetió contra las políticas de empleo y argumentó que “hace falta una reforma laboral en la que no se perjudique al empleado, pero ayude al empleador. No puede ser que una panadería o cualquier empresa chica tenga el mismo régimen laboral que una multinacional”.
“Hay que buscar un equilibrio que permita que el empleado no le salga tan caro al empleador y a su vez que este tenga un mejor sueldo, pero verdaderamente es muy costoso”, acotó.
Con ambas situaciones, planteó que el panorama es muy complejo debido a que deben aumentar productos pero impactaría en menores ventas y por ende, ingresos en los comercios. “Tenemos que aguantar hasta que todo mejore, esperando que sea pronto”, finalizó Soccodato.