10-09-2025
El joven ciclista Adrián Castro completó su primera gira internacional en Bélgica como parte de un equipo latinoamericano. Vivencias, aprendizajes y la ilusión de regresar el próximo año en categoría Junior.
Recién arribado a Olavarría tras su experiencia europea, Adrián Castro compartió las sensaciones que le dejó su primera incursión en el ciclismo del Viejo Continente. El juvenil formó parte de un equipo latinoamericano en Bélgica y convivió con corredores de Perú, México, Ecuador, entre otros.
“Previo al viaje estaba súper nervioso porque no sabía con qué me iba a encontrar. La primera parada fue Italia y sinceramente no entendía nada. No hablo fluido inglés así que me manejaba con señas para poder continuar el viaje”, recordó sobre sus primeras horas lejos de casa.
La incertidumbre duró hasta el estreno competitivo. “El objetivo era completar todo el recorrido. Por suerte pude terminar entre los 20 y sinceramente me sentí muy bien. Eso me dio confianza para la siguiente carrera, que era a las 24 horas. Fui protagonista de la fuga y aunque el pelotón no enganchó en los kilómetros finales, fue una buena competencia y ahí me di cuenta que podía andar bien”.
Castro subrayó que esos primeros resultados le dieron tranquilidad para encarar el resto de la gira: “Con esas dos carreras me quedé más tranquilo y me ayudó muchísimo. Si el inicio no hubiese sido favorable, calculo que iba a ser más complejo”.
Uno de los objetivos de este viaje era medirse con ciclistas de su misma edad. “El nivel es altamente superior al de acá, la diferencia es grande. Hay un montón de corredores y los circuitos son muy exigentes. El número de competidores en cada competencia era de 120 y todos con un nivel muy parejo”.
Entre las anécdotas que dejó la gira, Castro recordó un episodio particular: “Veníamos corriendo en una calle bastante ancha aproximadamente 10 ciclistas a la par y de repente empiezo a escuchar gritos y que todo el grupo se cerraba hacia la izquierda. De golpe me encontré de frente con una pared, era una casa en el medio de la calle. Por suerte la esquivé rápido. Pensé que me la pegaba con la pared”.
También tuvo que adaptarse al clima cambiante: “Corríamos con temperaturas muy altas y además nos pasó en un par de oportunidades que de golpe refrescaba, se largaba a llover intensamente por 10 minutos y después volvía el sol con mucho calor”. Ese contraste le jugó una mala pasada: “Estuve tres días enfermo en cama, pero por suerte me recuperé rápido”.
Con la experiencia en el bolsillo, el joven ciclista ya piensa en lo que viene. Confirmó que la intención de su familia y su grupo de colaboradores es volver a competir el próximo año, en esta oportunidad dentro de la categoría Junior.
“La idea es volver y repetir al otro año, lo cual sería poder hacer dos años más. Obviamente si se puede y sale todo como esperamos”, señaló.
En la misma línea, su padre Pablo adelantó que el proyecto ya está en marcha: “La idea está, pero el trabajo será arduo porque la temporada de Junior es mucho más extensa. Ya estamos trabajando y si todo sale bien tendremos la oportunidad”.