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Información General “El que emigra siempre busca  una mejor situación de vida”

14-09-2025

“El que emigra siempre busca una mejor situación de vida”

Marcos Rodriguez recorrió las huellas de los extranjeros en la Ciudad y destacó el valor de las asociaciones mutuales que aún hoy cumplen un rol en la protección del acervo cultural.

 

Marcos Rodriguez es un apasionado de la historia local y, como tal, estudia, investiga y se asoma a los documentos que retratan cada época.

 

En Instagram se pueden encontrar sus aportes como @olavarriadelayer y también hallarán referencias a la historia local en callesdeolavarria.blogspot.com

 

Hace apenas unos días, brindó una charla en el Centro Cultural San José sobre los extranjeros en Olavarría a la que denominó “Historia, organización y legado”, que generó mucho interés por parte de la comunidad.

 

Detalló algunas claves locales del fenómeno de la inmigración y enumeró las huellas que su presencia ha dejado en Olavarría. El día del inmigrante, que se celebra cada 4 de septiembre, fue la excusa perfecta para el diálogo y el intercambio.

 

Rodriguez explicó que “Olavarría no ha estado exenta al proceso que atravesó el país a fines del siglo XIX y primera parte del siglo XX, en relación al aluvión migratorio. De acuerdo al momento histórico, varía esa composición”.

 

 

Y detalló que es muy distinta en aquel momento a la actual. “Me he ocupado de mirar los censos y en los tres primeros, es decir los de los años 1881, 1895 y 1914, que figura Olavarría como un partido autónomo, figura que un 30% de la población es extranjera”.

 

“En ese momento encabezaban italianos, españoles y franceses. En la actualidad, en los últimos tres censos, 2001, 2010, 2022, solamente el 1,5, o 1,7% de la población del partido de Olavarría es extranjera. Y la composición es muy distinta, encabezan los bolivianos, seguidos por paraguayos, y en tercer lugar, en el último censo, 2022, los venezolanos, algo que también se condice con lo que pasa a nivel país”.

 

Acotó, sin embargo, “que la única diferencia es que Paraguay está encabezando la cantidad de extranjeros residentes en el país. Hay que aclarar que cuando hablamos de extranjeros me refiero al nacido, al nacido en el exterior más allá de la nacionalidad o ciudadanía que uno pueda ostentar porque la pregunta del censo es esa, en qué país nació”.

 

El investigador agregó que: “Se podría decir que Olavarría se ha argentinizado a lo largo del tiempo en términos de proporción. Hoy tenemos unos 2.170 extranjeros en el Partido y hemos tenido picos en términos absolutos en aquellos primeros censos de 8.000 extranjeros, con una población menor, lo que representa un 30% de extranjeros en aquel momento”.

 

“El que emigra siempre busca una mejor situación de vida o huye de alguna catástrofe, de algún conflicto, eso es una constante. Y en cuanto a la inserción laboral, principalmente tiene que ver con sus saberes”, observó.

 

 

“Muchos italianos fueron a trabajar la piedra, los picapedreros, a Sierra Chica, muchos portugueses y de otras nacionalidades en la actividad canteril, en el cordón serrano, en el campo y en el comercio se destacaron los libaneses inicialmente”, repasó.

 

La manera en que se insertaron fue, por un lado, mediante los saberes, y por otro lado, a través de las asociaciones que se generaron, como dice la palabra, como sociedades de socorros mutuos”, agregó.

 

“La idea original, hoy quizás sea otra, era juntarse para socorrerse mutuamente, en casos de necesidad, de desgracia principalmente, de dolencias. Por eso la asociación estuvo vinculada a eso, a la salud, a los medicamentos, a los médicos, a la farmacia. Estas sociedades de socorro mutuo, que siempre me gusta reiterar y machacar cada vez que puedo, son de las pocas instituciones del siglo XIX que nos quedan en Olavarría. La Sociedad Italiana, fundada en 1883, la Sociedad Española, del año 1884, y la Sociedad Francesa en 1893”, enumeró.

 

“Después se organizaron los libaneses en 1920, los portugueses en 1966, y así. Esa idea de organización estuvo también vinculada con una necesidad de ayuda con el idioma, sea para los franceses o los italianos, por ejemplo” apreció Rodriguez.

 

“También se avanzó en la creación de un panteón en el cementerio y algunas de esas sociedades generaron hospitales propios, como los italianos y los españoles. También se realizaron convenios con el Hospital Italiano, el Francés, el Británico, el Alemán, todos esos hospitales que uno conoce en Buenos Aires tienen que ver también con este origen de asociarse para socorrerse”.

 

“Y es de las instituciones del ámbito civil, de las pocas que nos quedan del siglo XIX, que a lo largo de la historia han marcado muchos hitos en la ciudad, con su aporte cultural, material y simbólico”, caracterizó.

 

“Tenemos calles, Italia, España, República del Líbano, tenemos plazas, España, Italia, y muchos monumentos. La “Estatua de la Libertad” fue donada por la Sociedad Francesa, el primer “Monumento al padre” que tuvo el país, que estuvo acá en Olavarría, hoy no lo tenemos, fue también donado por la Sociedad Francesa”.

 

“‘Diana la Cazadora’, que está cerquita de la estación de trenes, es una escultura que fue donada por los libaneses. El puente “Humberto Primo”, ubicado a la altura de la Coronel Suárez, que pocos conocen su nombre y lo usan, tiene que ver con una figura de la colectividad italiana, un rey italiano. Estas marcas están en la Ciudad y en el Partido también”, señaló.

 

Esas instituciones, calles y esculturas son parte del legado. Y también lo son las comidas, las tradiciones, las reuniones, algunos deportes típicos de cada grupo. Rodriguez rescató también figuras del arte y la cultura: “El orfebre Dámaso Arce era español y fue presidente de la Sociedad Española. Herrero Sánchez, también español, es el autor del ‘Monumento a la madre’ en la Plaza Central. Y así podríamos nombrar a los Rossi, José Rossi, patriarca de la familia, era italiano. También lo era Fassina, cuyo nombre está en la calle y en una plaza”.

 

“En el caso del clan Fortabat, Luciano, padre de Alfredo, fue socio fundador de la Sociedad Francesa y el mismo Alfredo fue presidente honorario y muy estrecho colaborador con la Sociedad Francesa mediante donaciones y en otras instituciones como la Alianza. De hecho, la casa que hoy ocupa la Alianza Francesa, ubicada sobre calle Dorrego 3161, fue donada por Alfredo Fortabat. Así que el legado material como inmaterial en Olavarría se ve, y mucho” repasó.

 

Pasado y presente, dos caras de la moneda


Rodriguez advirtió también que en la actualidad, si bien viven algunos españoles, portugueses o italianos, ya son terceras y cuartas generaciones de descendientes de inmigrantes.

 

En ese sentido, considera que las sociedades de socorros mutuos viraron en sus propósitos y hoy cumplen un rol de guardianes del acervo cultural, de la identidad, la memoria y las raíces y muchas veces, también, de realización de trámites formales como puede ser la gestión de la doble ciudadanía.

 

“No quiero dejar de mencionar que hay un archivo documental en estos espacios institucionales muy importante. Conservan actas, algunas originalmente escritas en italiano o en francés, en algún caso, fotografías, prensa, memorias, libros de fiesta, los libros de los panteones, documentación de más de 100 años de antigüedad”, detalló.

 

Considera que sería muy valioso que esos espacios puedan digitalizar, ordenar y catalogar el material, de modo de poder dar respuestas a esa comunidad que tiene curiosidad sobre los orígenes de cada familia y muchas veces acuden con la intención de hacer el trazado de su genealogía.

 

Ese material, sobre el que hoy Rodriguez trabaja para poner en valor, tiene que ver con la historia de cada corriente inmigratoria pero también con la historia de la ciudad, advirtió.

 

“He encontrado mucha correspondencia cruzada entre ellos, tanto por instituciones locales como foráneas, algunas que no tienen que ver con la colectividad, otro tipo de espacios cooperativos, que informaban acerca de sucesos, una inauguración, un acto, una nueva comisión. Mucha de esta correspondencia nos brinda valiosa información sobre Olavarría”, marcó Rodriguez.

 

“Siempre doy este ejemplo: en la Sociedad Francesa encontré la carta del padre Tomassi, que informaba en la década del 70 las razones por las cuales se tuvo que demoler el viejo edificio original de la Iglesia de San José. Se detallan las razones técnicas del estudio arquitectónico y la concepción, incluso religiosa, de cómo debería ser el próximo templo”.

 

Marcos Rodríguez afirma que la mezcla, la integración, la diversidad aparecen como un sello de nuestra sociedad actual. “Nuestro país creo que da cuenta de un 4,2% de población extranjera. Estamos en un marco de multiplicidad, de enriquecimiento cultural constante y Argentina siempre ha sido así y todos nos identificamos como provenientes de ese proceso”.

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