21-09-2025
Morena Vivinetto vivió una experiencia transformadora gracias a los programas de intercambio. A dos meses de su regreso, pasó por Contacto para contar la cultura y vivencias durante su estadía.
Morena Vivinetto es una estudiante de Olavarría que realizó un intercambio en Bélgica y retornó a la Ciudad hace apenas dos meses, luego de vivir en aquel país durante casi un año a través del programa de Rotary. Tras esa aventura, la adolescente pasó por Contacto para contar su experiencia mientras se readapta al ritmo de vida en Argentina.
Viajó en Agosto de 2024 y volvió en julio de este año y en ese lapso reconoció que “te haces una vida nueva verdaderamente, entonces cuando volves si bien es toda gente que conoces, se complica porque es una rutina totalmente diferente”.
Entre los cambios más rotundos, destacó la escuela, los horarios, la comida y la rutina en general. “No comen mucha carne de vaca y los horarios de las comidas son distintos. Cenan a las 19 y el almuerzo suele ser un sándwich en la escuela”.
Acerca de su elección para inscribirse en el programa de intercambio, Vivinetto explicó que su hermano lo hizo en 2018 y desde ese momento siempre la idea estuvo en su cabeza.
“Empecé a hacer todos los pasos, inscripciones y entrevistas hasta que me lo propusieron y no dudé. Si bien no había elegido Bélgica, sino otros países como Francia, Canadá, Dinamarca o Noruega, pero por cosas del destino me tocó ahí y hoy no lo cambiaría por nada”.
“Es un país muy lindo y al ser bastante chico hay muchas libertades, te podes mover bastante y el programa te da ciertas libertades que en otros lados no. Es ideal para hacer un intercambio”, argumentó.
En su estadía en Bélgica, Vivinetto vivió en un pueblo de apenas 300 habitantes, el cual meses antes de viajar busco por la plataforma de Google y “solamente aparecía el cementerio”.
En esa línea, la joven expresó que “si estás abierto y con ganas, cualquier destino que te toque es hermoso y disfrutable, pero si es complicado el arrancar a vivir de cero, con una familia que no conoces, hacer amigos en la escuela y por fuera también”.
Con un intercambio cultural muy grande, ya que a la escuela que concurrió en Bélgica había estudiantes de diversos países, mencionó que quienes vienen de intercambio a Argentina “quedan fascinados”.
“Acá viven una vida totalmente diferente en cuanto a relaciones de amistad, la gente es muy amable, abierta y quedan emocionados por ese trato. Todos quieren volver de visita en algún momento o quién dice a vivir”, reconoció.
Asimismo, la estudiante expresó que “volvería a viajar a Bélgica para ver a mi familia y amigos de allá. Una parte de mi corazón se quedó en ese país”.
Vivinetto explicó que la vida en Bélgica “es muy diferente. Estuve con tres familias distintas, la primera una madre soltera que me abrió las puertas de su casa y se convirtió en mi segunda madre. Hoy en día seguimos en contacto, incluso habla con mi mamá y son muy parecidas”.
“Allá se da mucho que más allá de lazos sanguíneos, la familia es la que uno elige. Amigos del trabajo, del barrio o de otros espacios, es algo muy lindo, comentó.
“Todas las familias con las que conviví me dijeron que siempre que quiera ir tengo las puertas abiertas, que ellos también tienen ganas de visitarme acá. Son cosas muy hermosas que quedan de esta experiencia”, remarcó.
Recordó las fiestas y cumpleaños lejos del hogar y aseguró que “muchos me decían que iba a tener altibajos en esas fechas pero la verdad es que no, siempre pensé que es algo que va a pasar una vez en la vida y disfruté todo al máximo. Pasé mi cumpleaños 17 en Suecia haciendo un ScapeRoom y no lo podía creer”.
“Además estás tan sorprendido de que sea todo tan diferente que no pensas mucho y te enfocas en vivir la experiencia”, añadió.
“Para el que está dispuesto y tiene ganas, yo recomiendo que no deje pasar la oportunidad de hacer un programa de intercambio. Es una experiencia única y no la vas a vivir en otro lado”, finalizó Vivinetto.