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Economia Ceramistas bonaerenses marcharon por despidos

03-10-2025

Ceramistas bonaerenses marcharon por despidos

El gremio exigió la reincorporación y el pago de sueldos para los 300 cesanteados en Cerámicos Ilva de Pilar. La crisis del sector que involucra a Cerro Negro en Olavarría y Cortines en Luján.

 

El pasado martes, la Federación de Obreros Ceramistas (Focra) volvió a la calle al concentrarse en la puerta de la Unión Industrial Argentina (UIA) para denunciar los más de 300 despidos en la planta de Cerámicos Ilva de Pilar y reclamar por salarios adeudados.

 

El conflicto, que arrastra semanas de tensión, tendrá como fecha límite el jueves cuando venza la conciliación obligatoria y los trabajadores temen que la empresa retome los telegramas de despido en masa. 

 

La bronca en la protesta, que contó con apoyo de trabajadores de otras plantas como Cortines de Luján, tuvo su eje en que los obreros aseguran que lo último que cobraron fue en agosto. La primera quincena de septiembre nunca llegó, a pesar de que la conciliación dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense ordenaba mantener los vínculos y pagar los haberes.

 

“En Ilva, el 29 de agosto, por WhatsApp, le comunican a los compañeros que la fábrica no abría más. Y a partir del primero y del 2 de septiembre empezaron a llegar los telegramas de despido, invocando el artículo 247 y el 50 por ciento de la indemnización”, explicó Pedro Linares, secretario gremial de Focra, en diálogo con Buenos Aires/12 desde el corazón de la protesta en la UIA.

 

La planta de Ilva, una de las más antiguas del Parque Industrial de Pilar, quedó con los portones cerrados a fines del mes pasado. La empresa, según denunciaron los ceramistas, busca seguir produciendo “con otra gente y pagando menos”, incluso abriendo búsquedas de personal en portales de empleo. En paralelo, el sector patronal insiste en cerrar la paritaria con una rebaja salarial del 30 por ciento, lo que en los hechos suma presión a un rubro golpeado por despidos y suspensiones, según informaron.

 


Este martes al mediodía, la Federación de Obreros Ceramistas (Focra) volvió a la calle al concentrarse en la puerta de la Unión Industrial Argentina (UIA) para denunciar los más de 300 despidos en la planta de Cerámicos Ilva de Pilar y reclamar por salarios adeudados. El conflicto, que arrastra semanas de tensión, tendrá como fecha límite el próximo jueves cuando venza la conciliación obligatoria y los trabajadores temen que la empresa retome los telegramas de despido en masa. El gobernador Axel Kicillof manifestó su apoyo a los trabajadores.

La bronca en la protesta, que contó con apoyo de trabajadores de otras plantas como Cortines de Luján, tuvo su eje en que los obreros aseguran que lo último que cobraron fue en agosto. La primera quincena de septiembre nunca llegó, a pesar de que la conciliación dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense ordenaba mantener los vínculos y pagar los haberes.

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“En Ilva, el 29 de agosto, por WhatsApp, le comunican a los compañeros que la fábrica no abría más. Y a partir del primero y del 2 de septiembre empezaron a llegar los telegramas de despido, invocando el artículo 247 y el 50 por ciento de la indemnización”, explicó Pedro Linares, secretario gremial de Focra, en diálogo con Buenos Aires/12 desde el corazón de la protesta en la UIA. Y agregó: “Estamos agotando todas las instancias porque seguramente el 2 de octubre, cuando todo vuelva a funcionar sin la conciliación, estimamos que van a reiterar los telegramas de despido. Pasándolo en limpio, el principal reclamo fue, además de los despidos, que los 300 trabajadores lo último que cobraron fue el mes de pasado y llevan 30 días sin ingresos”.

La planta de Ilva, una de las más antiguas del Parque Industrial de Pilar, quedó con los portones cerrados a fines del mes pasado. La empresa, según denunciaron los ceramistas, busca seguir produciendo “con otra gente y pagando menos”, incluso abriendo búsquedas de personal en portales de empleo. En paralelo, el sector patronal insiste en cerrar la paritaria con una rebaja salarial del 30 por ciento, lo que en los hechos suma presión a un rubro golpeado por despidos y suspensiones, según informaron.


En medio de este panorama, el gobernador Axel Kicillof y el intendente de Pilar, Federico Achával, se hicieron presentes este lunes en la puerta de la fábrica para acompañar a los trabajadores que sostienen un acampe. Allí, el mandatario bonaerense vinculó la crisis con la política nacional del gobierno de Javier Milei.

“Es una situación que tiene que ver con decisiones políticas, es una política económica destinada a tener este resultado, no creo que se espere otra cosa porque han parado toda la obra pública nacional y al mismo tiempo provocaron una caída de los salarios que afecta al mercado interno y al bolsillo de la gente. Entonces hay que cambiar la política económica, esa es la solución de fondo, tiene que volver la construcción argentina, necesitamos producción, necesitamos industria”, afirmó e insistió con la mirada puesta en las elecciones legislativas nacionales de octubre: “Pero para cambiar la política económica, y digo mi opinión, eso se hace en las urnas también”.

Achával, en la misma línea, expresó su respaldo: “Estamos al tanto de la situación, nos preocupa muchísimo. Estamos intentando acompañarlos con las herramientas que tenemos, pero hay una cuestión de fondo que se llama que el modelo económico que plantea el presidente Milei. Tenemos que construir un país que entienda que lo mejor que tiene la Argentina son sus trabajadores y sus trabajadoras, y en eso nosotros no aflojamos”.

 

En la vigilia frente a Ilva, las palabras de los funcionarios se mezclaron con la voz quebrada de los propios empleados. Uno de ellos resumió el sentimiento de incertidumbre que atraviesan: “En nombre de todos mis compañeros y los que son de nuestra familia, lo único que les pedimos una mano. Hace 30 días que venimos acá sin cobrar el sueldo. No somos ni delincuentes, no somos nada. Es solo eso. Que nos dejen trabajar y nos paguen lo que nos corresponde y nada más”.

 

La crisis de Ilva no es un caso aislado. A lo largo de este año, otras plantas ceramistas bonaerenses enfrentaron conflictos similares como Cerro Negro en Olavarría y Cortines en Luján, ambas con suspensiones, despidos y rebajas salariales en el marco de la caída de la construcción y la apertura de importaciones. Focra advirtió que detrás de cada telegrama no solo hay un puesto menos, sino una economía familiar que se tambalea en distritos enteros.

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