07-10-2025
El azuleño, héroe de la Copa Davis 2016, repasó su carrera, su vínculo con Gustavo Tavernini, su relación con los “dioses” del tenis mundial y su nueva vida tras el retiro.
Sin dudas, la historia del deporte argentino le tiene asegurado un lugar en el panteón de las leyendas a Federico Delbonis, el azuleño que en 2016 se transformó en el héroe del equipo nacional al darle a la Argentina su primera y única Copa Davis, en aquella recordada final ante Croacia en Zagreb.
“Soy como el Montiel del fútbol”, dijo entre risas, en alusión a que su apellido quedará grabado para siempre en la historia del tenis argentino por haber conseguido el punto decisivo en la definición. Pero rápidamente puso el acento en la importancia del grupo:
“Todos fuimos fundamentales para lograr ese título. Algo muy extraño en un deporte tan individualista. Pero es lo mejor que le puede pasar a cualquier jugador. En lo personal, siempre disfrutaba jugar la Copa Davis”.
Delbonis asegura que divide su carrera “en dos partes”: “Por un lado lo individual, y por otro lo grupal. En este último llegué al techo luego de ganar la Davis. En lo individual, con los altos y bajos de cualquier deportista, pude realizar una carrera muy linda y estoy muy orgulloso de lo obtenido”.
De aquel momento cumbre recuerda con emoción el regreso a su ciudad natal: “Fue hermoso. Un recorrido que hacés en pocos minutos lo completamos en tres horas y media. Una locura la cantidad de gente que había. Fue emocionante”.
Un testigo de la era dorada del tenis mundial
Delbonis tuvo el privilegio —y a veces el desafío— de ser contemporáneo del tridente más dominante de la historia del tenis: Federer, Nadal y Djokovic.
“Tuve la suerte de enfrentar a todos y estoy muy orgulloso de ser una parte pequeña de esa gran época que marcaron ellos”, afirmó.
Sobre la relación con esas leyendas, explicó:
“Por mi forma de ser, un poco tímido, no tuve un gran trato. En el día a día son personas muy normales. Me ha tocado compartir vestuarios con ellos y son como cualquiera de nosotros”.
De la pelota al tenis y el rol clave de Tavernini
Curiosamente, Fede comenzó jugando al fútbol, pero el destino lo llevó a la raqueta. “Empecé como diversión, no con el objetivo de ser tenista profesional. Solo se fue dando todo y fui quemando etapas de a poco. Siempre lo tomaba con naturalidad y no me daba cuenta de lo que estaba logrando”.
En su desarrollo apareció un nombre clave: Gustavo Tavernini, el entrenador olavarriense que lo acompañó durante dos décadas. “Yo estaba jugando en Bancario y mi profesor (Nacho) nos aconsejó que para seguir desarrollándome tenía que cambiar, y ahí entró en escena Gustavo, que tenía una estructura más grande. A partir de ahí tuvimos una relación de 20 años y él vivió cosas más importantes de mi carrera que mi propia familia”.
Grandes victorias y momentos imborrables
En sus 16 años como profesional, Delbonis acumuló tres victorias ante jugadores del top 10 y ocho contra tenistas del top 20.
Entre sus triunfos más recordados se destacan el histórico partido ante Ivo Karlovic que le dio la Copa Davis a la Argentina, y la victoria ante Roger Federer en las semifinales del ATP 500 de Hamburgo, en 2013, por 7-6 (9-7) y 7-6 (7-4).
Pero Fede también resalta otro encuentro que lo marcó: “La victoria ante Andy Murray en Indian Wells, en 2016, el mejor año de su carrera. Ese partido me marcó mucho, ese año él terminó siendo número uno. Además, la manera en que le gané, adaptándome a su juego de desgaste físico, fue uno de los partidos que mejor jugué. Obviamente, ganarle a Roger siempre es muy lindo”.
Maradona y la Davis
En la final de Zagreb estuvo en las tribunas Diego Maradona, y Delbonis conserva con cariño ese recuerdo: “Vino a vernos después del partido del sábado de dobles y tuvimos una charla hermosa entre todos. Después tuve la suerte de intercambiar mensajes con él y aún conservo un audio donde me dice que quiere seguir manteniendo el vínculo, algo muy lindo. Diego siempre fue el hincha número uno de Argentina, sin importar cuál sea el deporte. Tengo los mejores recuerdos de él”.
El adiós y una nueva etapa
Luego de 16 años en el profesionalismo, a los 33 años, Delbonis se despidió en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.
“En el 2023 tuve varias lesiones que no me dejaron jugar del todo y había perdido ranking. En octubre de ese año, durante un torneo, sentí que ya no estaba bien físicamente. Tenísticamente me encontraba bien, pero decidí parar hasta fin de año. Jugué un solo partido más y no la pasé bien. Ese fue el momento de decir hasta acá llegué”.
Hoy, con distancia y serenidad, asegura que fue la decisión correcta: “Nunca me arrepentí y no sufro estar fuera de una cancha. Disfruto mucho la rutina que tengo hoy, que es muy diferente. No estoy preparado psicológicamente para volver a hacer el esfuerzo de estar dentro de una cancha”.
En este nuevo capítulo, Fede sigue ligado al tenis, pero desde otro rol: “Estoy empezando el camino de enseñar y transmitir lo que viví. Voy a ir paso a paso y encontrarme conmigo mismo en este nuevo rol. Siempre voy a estar identificado con el deporte”.
Azul, Mastantuono y la despedida soñada
Como buen azuleño, no podía faltar la mención a Franco Mastantuono, la joven figura del fútbol argentino que también comenzó su camino dentro de una cancha de tenis.
“Todavía no coincidimos en la ciudad, cuando él estuvo yo estaba viajando, pero nos vimos en Madrid. Tenemos una muy buena relación y ojalá podamos pelotear pronto”, contó entre risas.
El último “Last Dance” de Delbonis será el 14 de octubre en el Club de Remo de Azul, en un partido despedida frente a su amigo y ex compañero de Copa Davis, Leonardo Mayer.
“La idea es recaudar para la subcomisión de tenis y que el deporte siga creciendo en la entidad. Jugar con un gran amigo le da un toque más. Es una forma de devolver algo a la gente de Azul que tanto me dio”, cerró.