08-10-2025
Fernando Di Carlo tuvo una relación muy especial con el malogrado entrenador de Boca. Fue quien lo devolvió como futbolista de primera división, para cambiar su carrera futbolística y su vida.
Miguel Angel Russo no fue un entrenador más en la carrera futbolística de Fernando Di Carlo. Fue el técnico que le cambió la vida; quien lo fue a buscar después de haber logrado el ascenso con San Martín de Tucumán y lo convirtió en uno de los delanteros más importantes de la primera división argentina.
El “Tero” había tenido una irrupción meteórica en el fútbol, desde su debut en Estudiantes, el paso por Atlanta, la transferencia a Estudiantes de La Plata, hasta esa fractura frente a Talleres de Córdoba que no sólo abrió un paréntesis en su carrera, sino que lo sacó de la lista de candidatos a jugar el Mundial de 1990 con la camiseta de la selección argentina.
“Miguel me vio por primera vez cuando arrancaba como entrenador de El Porvenir y yo lo enfrenté con Atlanta. Desde ese partido me empezó a seguir; me vio mucho cuando yo jugaba en Estudiantes de La Plata y cuando ascendimos Lanús y San Martín de Tucumán se lo pidió a los dirigentes” recordó Fernando minutos después de finalizar el entrenamiento de Embajadores de este miércoles.
Cuenta la historia que cuando Russo habló con el presidente de Lanús por Di Carlo, “Pichi” Solito (el mandamás granate a comienzos de los ‘90) preguntó si eso era un auto, por el famoso “De Carlo”. La anécdota quedó para siempre en Guidi y Cabrero.
“Es un momento duro. Yo estuve dos años con él en Lanús y no sólo me devolvió a Primera sino que me bancó. Yo no era conocido y me puso de titular en el primer partido, contra Mandiyú en Corrientes, y a partir de ahí no movió más la delantera Di Carlo - Gambier. Eternamente agradecido” rescató Fernando.
Desde allí quedó una muy buena relación, que tuvo apenas un mínimo cortocircuito cuando el “Tero” intento irse a San Lorenzo y Russo no quería saber nada de perder a una de sus grandes cartas ofensivas.
“Hace un año que hablé con él. ¿Cómo era? Era bilardista de la boca para afuera. Era un tipo muy simple, accesible con los jugadores,. Conmigo tenía una muy buena relación. Se interesaba por el jugador y siempre trataba que estuviera bien, al margen de que no estuvieran con él” valoró.
“Nunca te iba a mandar en cana en público. Si tenía que decir las cosas las decía de puertas para adentro, pero siempre bien, como tiene que ser. Miguel dejó un legado muy importante en el fútbol argentino. En Lanús lo quería todo el mundo, en Boca también, en Central lo mismo, en Vélez, en Millonarias de Colombia, Estudiantes de La Plata era su casa” destacó.
Fernando recordó que en plena pretemporada de 1994, cuando unos pocos tenían aquellos teléfonos celulares que se parecían a un ladrillo, lo llamó aparte para decirle que había nacido en Buenos Aires su hijo Alejo. “Andá con tu esposa y tomate el tiempo que necesited me dijo y yo no le había pedido nada” reconoció.
Para el “Tero” también fue duro ver cómo la vida de Miguel Russo se iba apagando en los últimos meses.
“Lo veía mal. Uno que conoció a Miguel Russo en la cancha se daba cuenta de que no era él. También escuché después del partido con Central que el ‘Rifle’ Castellano le preguntó cómo andaba y el le respondió ‘feliz’. El se daba cuenta de que estaba llegando el final y que estar adentro de la cancha lo hacía feliz” expresó el “Tero” Di Carlo.