16-11-2025
Siendo un adolescente y con unos pocos años en el Cuartel de Bomberos Voluntarios, Marcelo Menchaca tuvo una activa participación en la inundación de 1985.
Marcelo Menchaca llevaba 3 años en el servicio de Bomberos Voluntarios cuando una nueva inundación despertó todas las pesadillas de la tragedia vivida 5 años atrás en Olavarría.
“Estaba (Héctor) Salvador como jefe del cuerpo y con la experiencia que teníamos se esperaba lo peor, pero la preparación que hubo fue muy buena y con el aprendizaje que nos dejó la inundación del 80 se pudo mejorar mucho el servicio” recuperó de los recuerdos de aquel adolescente que salió a las calles, transformadas en río amarronados, para socorrer a los vecinos.
Los avisos del tiempo ayudaron en este caso. “En la inundación del 80 no había bomberos del lado de Pueblo Nuevo, entonces el martes previo se decidió que tres dotaciones cruzaran del otro lado del arroyo y fuimos a la vieja estación de El Provincial junto con el Ejército, la Policía y médicos del Hospital” recordó Marcelo.
Los registros del pasado cercano en este caso ayudaron para combatir de otro modo el avance del agua sobre el casco urbano: “Se tomó la decisión de cortar la Ruta 226 y ahí el agua tomó mucha velocidad. Tal es así que a nosotros, que estábamos del otro lado del arroyo, los rescates en las calles Cerrito y Maipú se nos hicieron más complicados porque la corriente era demasiado fuerte”.
Con precisión de detalles rescató de su memoria dos casos. “Tuvimos una persona con problemas cardíacos, otra con una fractura y se decidió cruzar por Sarmiento con un gomón del Ejército y una autobomba adelante para romper las olas. Fue un momento bastante difícil, porque no estábamos seguros del estado del puente” relató el actual comandante general y segundo jefe del cuartel de Bomberos de Olavarría.
“También tuvimos algunos rescates en la zona del Club de Pescadores, bastante complicados. Unos chicos que se llevaba la corriente a la altura de la calle Coronel Suárez se alcanzaron a agarrar de una planta” contó.
“Estábamos preparados, teníamos la experiencia del ’80 y con unas cuerdas y esas cosas los pudimos salvar” celebró a la distancia
La pregunta de la comparación con la inundación del ’80 debía a aparecer en un momento de la charla. “Fue mucho menos, la crecida importa fue más arriba en la cuenca y al cortar la Ruta 226 es como que Olavarría empezó a desagotar bastante rápido” indicó.
Marcelo también contó que en el Colegio San Antonio de Padua funcionaba un centro de evacuados para ese sector de la ciudad y del otro lado del arroyo otros cuatro, previendo una escalada similar a la de un lustro atrás.
Aquella inundación del 80 fue trágica mientras el agua permaneció en las calles y no menos dramática cuando bajó y se pudieron constatar los daños materiales, las pérdidas humanas y el olor nauseabundo que se apoderó de la atmósfera ciudadana, sobre todo en la zona céntrica.
“El post del 80, yo me acuerdo mucho porque tenía 13 años, fue un desastre, las topadoras juntando las cosas que había en las calles y sobre las veredas. Esta vez no fue tan grande, en parte por la cortada de la Ruta, que fue un gran acierto del Municipio” insistió Marcelo.
Pasadas esas dos pesadillas tan seguidas quedó en Olavarría una psicosis colectiva y un miedo atávico ante cada oportunidad que el cielo se tiñe de un color muy oscuro o el curso del Tapalqué se acerca demasiado a la línea de los puentes.
Por fortuna, nunca volvió a ser igual. “Hemos tenido desbordes hacia el lado de los cuartes o en la Frontera Sur, en el terraplén del ex Ferrocarril Provincial para el lado del Barrio CECO, pero no de esas magnitudes” dijo.
“Hoy el escurrimiento del arroyo es mucho más rápido y gracias a las grandes obras que se hicieron uno piensa que aquello nunca más lo volveremos a padecer” proyecto Marcelo, protagonista en primera persona de la siempre heroica labor de los bomberos ante cada desastre natural que ha padecido la Ciudad.