12-12-2025

Medio siglo entre dos grandes alegrías carboneras en el Parque

Cincuenta años después de haber vencido a Racing en la final del Mayor de 1975, este miércoles Ferro volvió a darse el gusto de ganar una definición en el "Buglione Martinese".

Foto: Mario Paternó

Los hinchas de Ferro identifican como fecha fundacional de sus grandes alegrías ante Racing, en el “Buglione Martinese”, aquel 1 de marzo de 2010 cuando el colombiano Jhon Henry Ramírez Pombo apareció en el último instante y le dio la primera victoria al carbonero sobre el chaira en el viejo y añorado campeonato Argentino “B”.

No es así: 12.545 días antes, el 26 de octubre de 1975, Ferro le ganaba 2-0 a Racing en el Parque Olavarría y se consagraba campeón de Torneo Mayor, con dos goles y una actuación inolvidable de Mario Paternó, un pibe de apenas 16 años que semanas después recaló en las divisiones inferiores de Boca a cambio de una suma de dinero que el club utilizó para construir la tribuna cabecera que da a la calle Buchardo.

Ambos equipos habían igualado con 9 puntos en la tabla de posiciones del Mayor y en el partido de ida habían igualado 1-1 en el “Ricardo Sánchez” (Esnal para los carboneros y Giacomaso para los chairas) porque el “Domingo Colasurdo” tenía montañas de tierra negra que iban a ser utilizdas para acondicionar el campo de juego.

Aquella tarde, guardada en la memoria también por un duelo colosal entre Mario Paternó y Juan Hoffer, el local salió a la cancha con el “Loco” Ismael Leal; “Batata” Ostertag, Salías, Hoffer y “Piti” Vavrín; Violante, Peralta, Giacomaso; Farías, Nardini (Echeverría) y Alvarez (Giacomasso).

Ferro mando a la cancha al “Negro” Alfonso; Las Heras (Arbío), Ciancio, “Cacho” Rivera, Hugo Fiorio; Iribe, Astiz, Mario Esnal; Salerno, Paternó y Albín (“Panchito” Olmedo).

En aquella oportunidad no había taludes en la cabecera del “Buglione Martinese”, que por entonces se llamaba “Ignacio Zubiría” y los jugadores de Ferro luego de celebrar contra la tribuna de cemento que da a la calle Cerrito se fueron a compartir el título con sus hinchas en la avenida Pringles.

Allí lo esperaba una multitud, que dio la vueta olímpica junto con los futbolistas sobre los montones de tierra que esperaban ser a esparcidos y habían convertido al campo de juego del “Domingo Colasurdo” en una especie de pista de bicicross.

Cincuenta años después, esta vez de noche, Ferro volvió a ganar una definición en el Parque Olavarría para terminar festejando en la avenida Pringles.