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Espectáculos Una artista completa que cumple el  sueño de exponer en Alemania

21-12-2025

Una artista completa que cumple el sueño de exponer en Alemania

Silvina Serrano reside en Olavarría, lugar al que eligió como inspiración para sus creaciones. Desde el 8 de enero, varias de sus obras pictóricas formarán parte de una muestra en Berlín.

 

Silvina Serrano se define como artista. De familia materna olavarriense, pasa parte de su vida aquí, lugar que le resulta inspirador para su obra, acaso inspirador para su vida.

 

Recuerda que, de adolescente, pasaba los veranos en la casa de su abuela, donde hoy reside, y dejaba correr las horas pintando. Hoy tiene su taller “bajo el cielo” para poder contemplar de manera cercana aquello que va plasmando en la tela.

 

La tiene muy entusiasmada la posibilidad de exponer parte de su obra en una galería de arte en Berlín desde los primeros días de enero. Será su regreso al país europeo, donde vivió diez años, entre idas y vueltas.

 

Antes de subirse al avión, dialogó con Verte y contó parte de su recorrido. Hoy pinta con óleo, técnica a la que define como “muy buena” por su calidad. “Ya se sabe que dura muchos años, con el acrílico no se sabe lo que va a pasar”, advierte.

 

Silvina plantea que si bien “para mí la naturaleza es muy inspiradora y creo que me conecta con algo por ahí hasta mágico, misterioso e incluso sagrado”.

 

Destaca particularmente el paisaje pampeano “porque es un cielo inmenso. Uno se abre, entra en un camino de tierra y de repente está una hora en un camino de tierra, más, más, más y es todo campo y horizonte a 360 grados. Los cielos de Olavarría me parecen los más hermosos que vi. Me apasionan”.

 

Pintora, cantante y compositora. Además es grabadora, dibujante y ha participado y compuesto distintas “performances”.

 

 

Se formó en la Escuela Superior de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, de la que egresó
como profesora. Se dedicó a la pintura y el grabado y luego en Alemania prosiguió con el estudio del grabado en la Universidad de Berlín. También se abocó al estudio de disciplinas ligadas a la música experimental que está muy conectada con la performance, donde la imagen es tiene mucha presencia.

 

Cuando era joven tuvo el anhelo de conocer Alemania y finalmente lo pudo concretar. Quería vivir en esa tierra que había dado talentosos artistas visuales pero también músicos, como Bach o Beethoven.

 

“Grünewald, Durero y más cercano en el tiempo, Beuys, que es una bisagra en el arte, ya que introdujo de alguna manera el arte conceptual en Alemania”, explicó Silvina.

 

“Me interesaba desde la historia del arte y lo que estaba pasando como cultura y también pensaba qué podría pasar si empiezo a pintar en Alemania, ¿qué pasaría con mi arte ¿Cómo pintaría? ¿Cómo cantaría?”, repasó.

 

Silvina contó que pudo concretar su sueño gracias a una especie de azar. Alguien que conocía en Alemania le ofreció cuidar el departamento de una vecina que se iba de viaje por tres meses.

 

La oferta era inmediata, así que en diez días logró vender algunas obras y pudo reunir el dinero para el viaje. También hizo algunos retratos al padre de una amiga y con lo que cobró por esos trabajos se fue. No fueron 3 meses sino 10 años.

 

Esa tierra prometida


“Trabajé muy bien, hice no solo mi carrera de cantante de tango, sino que estudié en la Universidad de Berlín. Mi obra cambió muchísimo, visité todas esas obras que quería ver en Alemania, sobre todo de Grünewald”, detalló.

 

“Fui a ver una obra que se llama “El altar de Isenheim”, la menciono porque para mí es la obra más importante de pintura que existe. Es impresionante, no solo por el tamaño”, relató maravillada Silvina.

 

“En su origen, fue hecha para un hospital. La gente, los enfermos entraban por ahí y este altar, esta hermosura, los curaba de alguna manera”. Y lo curioso: en la actualidad, por el tema de la guerra, la obra, en vez de estar en Alemania, está en Francia, reveló.

 

Silvina recordó que trabajó durante mucho tiempo como cantante de tangos, un género muy valorado en la ciudad de Berlín y eso le permitió conocer gente y amigos que aún hoy conserva.

 

Anhela reencontrarse con muchos de ellos, sabiendo que el paso del tiempo dejará, sin piedad, algunas ausencias.

 

Con la invitación para exponer, se puso manos a la obra con la preparación del viaje y, sobre todo, el acondicionamiento de sus obras. Una dificultad que debió vencer fue el trámite para sacar los cuadros del país.

 

“Me costó un tiempo, pero es muy simple lo que hay que hacer. Más cuando se trata de la obra de uno. Es muy simple, hay que llenar una serie de formularios, con fotos, medidas y se hace muy ágil”, repasó.

 

Reveló que lo que más le costó fue obtener la información, pero lo logró a través de la Aduana de Tandil, desde donde un empleado la fue guiando. Precisó que en el sitio de Arca hay un botón para “exportar obras de arte” y al ser uno mismo el autor es todo más simple.

 


El tiempo de la creación


“Pintar no es como bailar, como correr, incluso yo que canto y compongo y toco un instrumento, a veces digo, ‘tengo una hora o una hora y media, bueno, puedo estudiar o cantar o hacer algo con la música’. Pero la pintura, el dibujo o el grabado, requieren más tiempo”, contó. “Tal vez se va un día entero entre las tintas y las impresiones”.

 

Sobre la posibilidad de conocer e interactuar con los artistas y las exposiciones que hay en los espacios artísticos en Olavarría, Silvina lamentó que muchas veces no se entera de lo que sucede. “La difusión no puede ser toda por Instagram”, planteó.

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