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Policiales Le secuestraron una pistola de Hitler y nunca la recuperó

29-12-2019

Le secuestraron una pistola de Hitler y nunca la recuperó

Un coleccionista de Colonia Nievas poseía una Parabellum calibre 45 que perteneció al führer y desapareció tras un dudoso allanamiento. Está valuada en 15 millones de dólares. Los nexos de la SS en Olavarría.


La historia de Juan Pablo Ruppel, un coleccionista de armas de la Segunda Guerra Mundial, nacido y criado en Colonia Nievas y ahora radicado en la ciudad de Azul trascendió a nivel nacional luego de una nota publicada por Julio Lagos para Infobae en la que detalla cómo el 17 de junio de 2016 un allanamiento ordenado por el juez Carlos Villamarín, titular del juzgado de Garantías número 2 de Olavarría, derivó en la desaparición de una pistola Parabellum calibre 45 que perteneció a Adolf Hitler.

 

Ahora la ANMaC (ex RENAR) libró una órden de captura internacional de la pistola valuada en  15 millones de dólares.


Todo comenzó por una acusación por robo de enseres domésticos que derivaron en un allanamiento en el que la policía no encontró nada de lo que buscaba. Pero en la casa de Ruppel había una colección de 14 armas, que sí fue secuestrada y de inmediato se abrió un expediente por “tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil”.

 
Ruppel no sólo tenía la registración de las armas sino que es legítimo usuario, fue sobreseído también de esta causa, como lo había sido de la anterior por el supuesto robo de vajilla. Al cabo de larguísimos trámites, las armas secuestradas fueron devueltas a su dueño. Pero no todas, faltaba una.


"En mi colección hay varias armas que fueron de Adolfo Hitler... en especial una pistola Parabellum-Luger fabricación 1906/1907 DWM calibre 45 número 5 de valor incalculable, tasada en varios millones de dólares", afirma Ruppel.

 

Esa es la pistola que falta, la que fue secuestrada por la policía en 2016, la que nunca fue devuelta. Y desde hace pocos días, por decisión de la jueza de garantías Magdalena Forbes, de la U.F.I. número 1, está siendo buscada en todo el mundo por Interpol.

 

A continuación la nota de Lagos para Infobae


Quién es Juan Pablo Ruppel.

A los 42 años, su acento y su lenguaje confirman algunos datos de su biografía:

 

- Yo nací en Colonia Nievas, un pueblito que pertenece al partido de Olavarría, cerca de Azul. Hacíamos de todo en el campo, desde ordeñar, armar las ruedas de los carros, cortar leña. Ahora hago reparación de televisores, equipos de música. 
A mí me crió un tío, que se llamaba Horst Schmidt en Colonia Nievas. Cuando yo tenía 15 años me fui a vivir con él, hasta los 19 años que me junté con mi esposa. Yo lo conocía porque de chiquito íbamos a visitarlo. 



El tío Horst lo educó con rigor. Según cuenta, le hacía practicar ejercicios físicos y lo adiestraba en variadas formas de defensa personal, temas sobre los que tenía cabal conocimiento: en la Alemania nazi había sido un integrante seleccionado de la Leibstandarte SS.


- ¿Vos lo sabías?

 

- No es como ahora, en esa época en el medio del campo no te decían nada. Además, no se preguntaba. Las cosas las fuimos sabiendo de grandes. Lo que sí, recuerdo que él tenía varios documentos, figuraba con distintos nombres y tenía muchos más años de los que decía el documento.

 

- ¿Qué parentesco tenía Schmidt con tu papá y con tu mamá?

 

- Era hermano de mi abuela, de la mamá de mi vieja… supuestamente, porque como te digo en esa época nunca se hablaba de eso ni de la familia. Y muchos se cambiaban los apellidos o los documentos.

 

Según cuenta Juan Pablo, cuando tenía 15 años sucedió el episodio que habría de cambiar su vida:

 

-Fue el 22 de julio de 1994. Yo había ido a comprar, a hacer los mandados al boliche que había allí en la Colonia, y cuando vuelvo estaba mi tío Schmidt con otro señor. Me presenta y el hombre se sorprendió al saber que mi apellido era Ruppel.

 

El visitante también tenía su historia: durante el gobierno nazi había sido el comandante Hans Ruppel, un Sturmbannführer perteneciente a la división Leibstandarte SS, que se encargaba de la protección de Hitler.


- Lo primero que me dijo fue que yo le recordaba a su hermano menor, que había muerto en Berlín… que era muy parecido.

Por ese motivo, por afinidad o por alguna otra razón, al día siguiente el comandante Ruppel le pidió al joven Ruppel un papel:

 

- Con una máquina de escribir de la escuela y en una hoja de la carpeta, me escribió una carta donde me prometió que me iba a regalar unas armas.

 

El cronista vio esa carta. En un párrafo dice: “Me llamó la atención que siendo tan chico arreglaba el cargador de una Parabellum cal 9 mm y le conté que tenía los tres calibres 7,65 9,m y 45 serial 05 única que la trajimos en 1948 con la ayuda de Juan D. Perón”. Y finaliza: “por eso en este momento decidí que cuando sea mayor de edad serían suyas, yo ya tengo 71 años y sé que las vas a cuidar mucho”.

 

La firma dice: “Trataré de volver, Tío Hans”.

 

Años después, en 2012, Hans Ruppel reapareció en la vida de Juan Pablo Ruppel:

 

- Yo ya vivía en Azul, estaba casado. Llegó en un Mercedes Benz, con una señora. Manejaba un chofer. Fue cuando me trajo la pistola Parabellum DWM calibre 45 número 5 que había sido de Hitler. Tengo la carta. Fue la última vez que lo vi, es más... no sé si estará vivo, en ese caso tendría 97 ó 98 años. Vivía en la Patagonia, pero nunca me dijo en qué lugar exactamente. Hace unos días apareció un hombre que me dijo que Ruppel tenía muchos campos en la Patagonia, pero que no estaban a nombre de él y que unos testaferros se los habían sacado.

 

También tuvimos acceso a esa carta, en este caso manuscrita, en la que afirma: “En el año 1948 llegan a la Argentina bajo el mandato de Juan Domingo Perón parte de la colección de Hitler, esta pistola calibre 45 serial 05”. Y luego agrega: “trate de no reempadronarla ya que se la pueden robar porque tiene un valor incalculable, no sólo por ser calibre 45 sino por pertenecer a Adolfo Hitler”.

 

Esa, precisamente esa, es la pistola que fue secuestrada en el allanamiento, que nunca fue devuelta y que ahora busca Interpol.

 

Pero hay algo más con respecto a aquel procedimiento policial y al paradero de la Parabellum.

 

El operativo del 17 de junio de 2016 fue comandado por el entonces subcomisario Emiliano Sparaino, que en ese momento era el jefe de la comisaría 1a. de la localidad de Hinojo. Juan Pablo nos brinda estos otros datos:

 

- A los poquitos meses lo ascendieron y lo trasladaron a Tandil, como Jefe de Seguridad Vial. Pero lo agarraron con las coimas a los transportistas y cayó preso… la causa es asociación Ilícita, Cohecho, incumplimiento de los deberes de funcionario público, y ahora lo dejaron en libertad porque declaró como arrepentido. Después de que cayó preso apareció un comisario en actividad y me dijo: “¿Qué vas a hace con la pistola si aparece, te la quedás o la vendés?”. La voy a vender, le digo, para ver qué me contestaba. “Bueno, yo sé dónde está, vos me tenés que firmar un papel pero tres millones de dólares para vos y tres para mí, nosotros tenemos que repartir entre tres”, me dice. Lo invité a mi casa y coloqué dos teléfonos para grabar. Le hice repetir todo, le preguntaba, lo interrogué yo a él. Después conté todo en la fiscalía de Tandil, pero sin llevar la grabación. Lo citaron hace menos de un mes. Dijo que era todo como yo lo había contado, no hizo falta llevar la grabación.

 

 

- ¿Cuánto vale hoy la pistola de Hitler?

 

-Según la última tasación de una revista, vale 15 millones de dólares. Pero si a mí me ofrecen toda esa plata, no la vendo. Me quedo con la pistola, por su valor histórico. Pero aclaro que el valor fue tasado por lo que es la pistola, por su estado, la serie y el calibre. El tasador dijo que es la pistola semiautomática más cara del planeta.

 

Lo del “valor histórico”, tan respetable y tan subjetivo, quizás tenga que ver con un aspecto polémico, eternamente cuestionado, que también colorea esta historia. Juan Pablo Ruppel reitera la afirmación que el periodista Abel Basti publicó en su libro La segunda vida de Hitler:

 

- Mi tío Schmidt y mi tío abuelo Hans Ruppel llegaron a la Argentina en el mismo submarino U-Boot en el que viajaron Adolf Hitler y Eva Braum. Todos desembarcaron en una playa de la Patagonia. Schmidt me lo dijo cientos de veces. Y Ruppel, las dos veces que lo vi, me contó lo mismo.

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