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Información General Nieto 114: se frena la causa en beneficio de los padres adoptivos

30-10-2019

Nieto 114: se frena la causa en beneficio de los padres adoptivos

Abuelas de Plaza de Mayo no interviene en el caso por pedido de Ignacio Montoya Carlotto, quien teme que el matrimonio que lo crió vaya a prisión. Se espera la sentencia para fines de 2020.


“Ignacio Montoya Carlotto no cree que las personas que lo criaron sean responsables de su apropiación cuando era bebé durante la dictadura. Estela Carlotto decidió no impulsar activamente el proceso de la causa judicial y fortalecer el vínculo con su nieto”. La persona que habla forma parte del círculo más íntimo de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y le declara al Equipo de Investigación de la Editorial Perfil que la causa por la apropiación del nieto de Estela de Carlotto está congelada en Tribunales.
 

La versión se confirma con los abogados de la asociación de derechos humanos que llevan adelante el proceso judicial por delitos de lesa humanidad. “No presentamos pruebas ni estamos interviniendo activamente. Lo único que hicimos fue pedir que se profundice la investigación para ver cómo Ignacio pudo ser entregado a la familia que lo crió”, dijo Alan Iud, abogado de Estela Carlotto.


La historia comenzó el 2 de junio de 1978, cuando Ignacio nació en un hospital militar. Él es hijo de Laura Carlotto, hija de Estela Carlotto, y Walmir “Puño” Montoya, dos militantes Montoneros que fueron secuestrados y asesinados por los militares. Desde ese entonces, su abuela lo buscó incansablemente. Hasta el 5 de agosto de 2014, cuando la jueza María Servini de Cubría llamó a la sede de Abuelas de Plaza de Mayo y pidió hablar con Estela. “Tras 36 años de búsqueda se hizo la luz. Apareció mi nieto Guido”, anunció Carlotto unos minutos después en una conferencia de prensa recordada por el hallazgo del nieto 114.


Mientras abuela y nieto empezaban a construir el vínculo de un vacío de 36 años, la Justicia debía activar la causa por delitos de alteración de identidad y retención de un menor, además de la falsificación de su documento. Los principales acusados son Clemente Hurban y Juana Rodríguez, los dos trabajadores rurales que criaron a Montoya Carlotto en Loma Negra, Olavarría.


Pero el nieto recuperado 114 nunca se sintió cómodo con la causa judicial que involucra a su “papá” y “mamá”, como él suele llamarlos. “Mis viejos me ocultaron que fui adoptado pero les creo que no sabían nada más, siempre fueron sumisos con el patrón para el que trabajaron 50 años”, le declaró Montoya Carlotto a la revista Gatopardo, en una entrevista publicada el 18 de septiembre pasado.


Montoya Carlotto se refiere a Carlos Francisco Aguilar, terrateniente de Olavarría que criaba ganado y quien no solo fue presidente de la Sociedad Rural de esta municipalidad, sino que también fue candidato a concejal en la lista Unión-Pro, en 2007. Según le contó Montoya Carlotto a Gatopardo, Aguilar era el empleador de Hurban y Rodríguez y sabía que el matrimonio no podía tener hijos. Por eso, un día les dijo en la estancia que había un bebé en La Plata, que era de una familia que no lo quería y que él se iba a encargar de los papeles. Les aseguró que era todo legal. Según relata Montoya Carlotto, el matrimonio Hurban y Rodríguez se subieron al auto del terrateniente para viajar a la capital de Buenos Aires y recibir al bebé de manos de Aguilar. “Por la salud del niño es preferible que nunca le digan nada”, les habría dicho el patrón.


Cuando Montoya Carlotto dudaba de su identidad fue hasta el Registro Civil y le dieron una copia de su partida de nacimiento. La dirección que figuraba en el documento no pertenecía a ningún hospital, sino al domicilio del propio Aguilar. Entonces, llamó a la sede de Abuelas de Plaza de Mayo y se hizo la prueba de ADN, por la que a los pocos días después se enteró quién era verdaderamente. En marzo de ese año, unos cinco meses antes del anuncio del hallazgo de Montoya Carlotto, Aguilar moría a los 74 años de edad.



Según los abogados querellantes y defensores, actualmente, los procesados en la causa son Clemente Hurban y Juana Rodríguez, por los delitos de alteración, retención y ocultamiento de identidad a menor, además de la falsificación del documento de Montoya Carlotto. También está procesado el ex médico policial Julio Sacher, que está indicado como el autor de manipular el acta de nacimiento. El proceso judicial radica en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 10, a cargo de Julián Ercolini, y el fiscal es Carlos Stornelli.


“La causa está en 'plenario', lo que significa que se está llevando a cabo la investigación y la presentación de pruebas de las partes por escrito. El caso avanza, pero no hay mucha novedad”, dijo Santiago Finn, que ejerce desde el Ministerio Público de la Defensa como abogado de Hurban y Rodríguez, quienes se negaron a brindar testimonio para esta investigación. Por su parte, el abogado de Sacher es Rafael Sal Lari. Ni Sacher ni su abotado quisieron realizar declaraciones para esa investigación.


Sin embargo, la causa data del año 1991, “cuando Estela Carlotto hizo una denuncia en la Capital Federal porque había tres niños inscriptos irregularmente y sospechaba que uno de ellos podría ser Ignacio”, dijo Iud, abogado de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Es por eso, que esta causa se trabaja por “código viejo”, que funcionó hasta 2015. “Todo se tramita por escrito y sin juicio oral. El juicio ya está en marcha y, cuando el juez lo considere, dictará sentencia con fecha estimativa para finales del año que viene”, amplía Iud sobre las penas que podrían tener hasta 15 años de prisión para cada uno de los procesados.


Iud tiene acceso a la causa y contó a Perfil que la única solicitud que se hizo la encargaron los padres de crianza de Montoya Carlotto: “Pidieron que se tomen declaraciones a los vecinos de la localidad que conocían a Aguilar. También encomendaron a un antropólogo social para que haga un informe sobre la vida en el paraje rural durante la dictadura. Quieren demostrar que estaban aislados de lo que pasaba en el país y que no sabían que había desapariciones de personas ni apropiaciones de niños y que su patrón tenía una fuerte influencia sobre ellos”.


Sobre la demora en el avance de la causa por delito de lesa humanidad, Iud dijo que “no hay diferencia en otros casos, porque hay algunos que son más antiguos y están más atrasados”. Sin embargo, el abogado contó que “Abuelas no ofreció prueba y que se mantiene la posición observadora de lo que resuelva la Justicia, porque Estela no renuncia formalmente a la querella”.


Por su parte, la fuente del círculo íntimo de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo afirmó que “Estela no interviene más activamente para acelerar el proceso por los sentimientos de Ignacio, quien quiere a sus padres de crianza y no cree que sean culpables. Ella toma en cuenta la posición de su nieto”. 


“Que mis viejos Juana y Clemente puedan terminar en la cárcel por mi historia... es algo que no podría soportar. Ellos viven cerquita de mi casa, tienen una hermosa relación con mi hija”, le dijo Montoya Carlotto a Gatopardo. 


En tanto, Carlotto le confió a la revista Gatopardo que la relación con su nieto está en un “impasse”. “Sé lo dificil que es descubrir el engaño, saber que tus padres no son lo que decían que eran. Pero mi verdad es otra. A mi nieto se lo robaron, no fue que otros lo habían abandonado y éstos los adoptaron después. Él dice que los perdonó, yo no soy quién para perdonar ni para juzgar. En todo caso sería Laura (su hija). Y Laura no está. Esa herida no cicatriza. Para mí, ellos no son sus padres adoptivos, son apropiadores. Para él, son sus padres, que lo criaron bien y con amor. Entonces, trato que no sufra por lo que pienso. Me invita a su cumpleaños y voy sabiendo que ellos están en el mismo salón, pero no voy a tener ninguna conversación con esa gente porque el dolor trasciende”.
 

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